El arma de la rapidez. Foto: Alfredo Arias
El arma de la rapidez. Foto: Alfredo Arias

Entrevista

Aiko el grupo: “La industria de la música está repleta de pesados”

Once pildorazos, rápidos y sinceros, componen el segundo trabajo de Aiko el grupo. La formación no ha cambiado sus señas de identidad, pero ahora, en disco, tiene una sonoridad más potente que los acerca a sus directos. El secreto sigue residiendo en los estrechos vínculos personales que los unen y que impulsan su creatividad.

Las propuestas de las noches eternas suelen diluirse al día siguiente, pero Tere Iñesta (guitarra y voz), Bárbara López (teclado y voz) y Lara Miera (guitarra y voz) lograron que las confesiones de una de esas veladas se materializasen en un grupo que es la banda sonora de su amistad. La posterior incorporación de Jaime Acosta (batería) habilitó el despegue definitivo de Aiko el grupo, que ahora publica su segundo largo insistiendo en su fórmula de punk-pop directo como herramienta para difundir las sensaciones que les provoca todo lo que es ajeno a su microcosmos, lugar este último en el que encuentran su confort.

El único miembro masculino de la banda es el primero que llega a la entrevista, un físico rumbo al doctorado acostumbrado a guardar un discreto segundo plano. Cuando llegan ellas, todo se acelera, como las canciones que componen “Me están apuntando con un arma” (Elefant, 2023). Sus voces conforman todas las letras del álbum y en una mesa de un bar madrileño muestran su complicidad en cada una de las respuestas, siempre acompañadas por anécdotas o guiños que delatan que lo principal, más allá de la música, es el vínculo entre ellas.

Con esa premisa se entiende mejor un disco cuyo título procede de un sentimiento compartido, de estar entrando en una etapa vital con el ancla todavía en la precedente. “Es una sensación de ansiedad general, no tanto en lo musical, sino en general, en la vida, crecer…”. Con tiempo por delante aún para llegar a la treintena, el cuarteto percibe que todo va cambiando. “No es que la vida se haya hecho más jodida de repente. Igual con 10 años mi vida era más jodida objetivamente hablando, pero yo no era consciente y ahora sí que lo soy. Es un poco ir gestionando todo lo que va viniendo”, asegura Bárbara.

La huida hacia adelante es una mirada retrospectiva a modo de “refugio o terapia”, a veces recurriendo a los tiempos del instituto con una perspectiva crítica en “Niños furbito y niñas lo que sea” y en otras ocasiones rememorando el tiempo libre con el videojuego “GTA”. El leitmotiv sigue siendo la percepción de lo cotidiano, la materia prima de la que se alimenta Aiko el grupo. “Intentamos expresarnos de una manera directa”, asegura Tere, “y hablar de nuestras propias vivencias”. Lara añade: “Hemos tenido una necesidad de desahogo”.

Jaime Acosta, Bárbara López, Lara Miera y Tere Iñesta. Foto: Alfredo Arias
Jaime Acosta, Bárbara López, Lara Miera y Tere Iñesta. Foto: Alfredo Arias

Del mismo modo que ocurría en su debut, “Va totalmente en serio” (Elefant, 2020), esa búsqueda de alivio procede en algunos casos de rupturas amorosas. “Romantinski”, que narra la decepción de Bárbara con un novio letón, fue el primer sencillo de su nuevo LP. Ellas prefieren quitarle importancia a la inclinación hacia este tema: “Las vivencias románticas se repiten. Lo que pasa es que a nosotras nos ha dado por contarlo y expresarlo así. No es que seamos las únicas a las que les han roto el corazón”, reconoce Tere.

En la misma dirección apunta “Soy una fracasada estúpida”, la colaboración con Mujeres. A pesar de que el sonido sugiera que la idea procede de los catalanes, el tema ha sido compuesto en su totalidad por Aiko. La camaradería vincula ambas formaciones. “Han venido a todos nuestros conciertos y nos han apoyado”, explica Lara. Tere resalta que “también nos permitió acercarnos a ellos a nivel amistoso, lo suficiente como para que la colaboración fuera natural, porque habíamos crecido con ellos y como éramos fans y nos caíamos bien, pues dijimos ‘oye, ya que hemos hecho esta canción que se parece tanto a Mujeres, ¿por qué no invitarlos?’”. La casualidad quiso que los álbumes más recientes de los dos grupos salieran al mismo tiempo.

Otro nombre que aparece en los créditos es el de Axolotes Mexicanos, en “Es la forma que tienes de ocultar algo que hay en tu mente”. Una banda “referente”, de una idiosincrasia similar, con la que comparten sello y cuya participación surgió de forma más predeterminada, como recuerda Lara: “Dejamos un hueco en la canción, pensábamos que era demasiado instrumental y que pegaba que cantara alguien. Pensamos ‘¿quién mejor que Olaya para hacerlo, que se le ocurren unas frases que van a ser parecidas y va a entender perfectamente el rollo de la canción?’”, asegura, refiriéndose a Olaya Pedrayes, la vocalista de Axolotes Mexicanos.

“No es que la vida se haya hecho más jodida de repente. Igual con 10 años mi vida era más jodida objetivamente hablando, pero yo no era consciente y ahora sí que lo soy. Es un poco ir gestionando todo lo que va viniendo”

Bárbara López

Y también es necesario comprender que lo que tiene que decir Aiko se resume en poco más de dos minutos, como mandan los cánones del punk más elemental. Según Jaime, los pildorazos tienen esa duración porque “tocamos muy rápido; entonces, aunque haya parte A, parte B y parte C de la canción, en dos minutos te las has ventilado”. Lara va más allá: “Tú tienes una percepción que es desde dentro y luego está la de fuera. Y siempre vas a tender a pensar que es un poco tostón para la gente, que luego no es así, pero cuando creas tienes esa sensación de ‘no quiero ser una pesada que haga un desarrollo instrumental de seis minutos’”.

Una parte de las decisiones sobre cómo tenía que sonar el grupo han recaído sobre Carlos Hernández, que también ha trabajado con Carolina Durante, Triángulo de Amor Bizarro, Airbag o Sr. Chinarro. El productor les ha dado un envoltorio más compacto y contundente, más parecido al que tienen en directo. Bárbara admite que “ha aportado a todos los niveles, también en el personal; yo me tomo más en serio a mí misma ahora que en el primer disco”. A pesar de su experiencia, Hernández, aseguran, ha huido del paternalismo, sugiriendo más que imponiendo y permitiendo que el cuarteto desarrollara sus aptitudes con naturalidad.

No siempre el trato con los hombres dentro del ámbito musical ha sido tan positivo. “K pesao” es un bofetón contra el machismo, contra “todos esos viejos que se te acercan y te tocan cuando no quieres que te toquen”, señala Lara. Bárbara es más determinante: “La industria de la música es un sitio bastante repleto de pesados. Y es muy hostil. Antes de tocar en un bolo no está bien que un técnico te diga ‘esto es ridículo’. Ya bastante bagaje de impostoras llevamos de casa sin necesidad de habernos subido al escenario; ya dudo lo suficiente de mí misma para que alguien me diga eso”.

“K pesao”, vídeo realizado por GRAPA.

La canción, además, tiene un breve pasaje instrumental más sombrío de lo acostumbrado que definen como “la parte esotérica”. “También sirve para descansar en los conciertos, porque no paramos de cantar y nos quedamos afónicas”. A Jaime es una cuestión que no le afecta, al igual que los latigazos contra los excesos masculinos. Él parece ser el niño mimado, y admite que en la banda “hay otras dinámicas más femeninas, o típicamente femeninas, más de cuidado y cariño”.

Como Cariño o Ginebras, por no hablar de otras mujeres de géneros más ajenos como Clara Peya o Júlia Colom, Aiko el grupo es un ejemplo más del empoderamiento femenino en la música, algo que se percibe dentro y fuera de nuestras fronteras. “Estamos mejorando. No puede ser que durante casi toda la historia de la música solo se escuche la perspectiva de la mitad del planeta. A mí personalmente lo que me pasa es que ya me ha aburrido y me parece más interesante otra perspectiva que no se conoce”, asegura Lara, que tiene un referente claro: “Estamos aquí porque Hinds se han comido toda la mierda por ser un grupo de cuatro tías”.

“Las vivencias románticas se repiten. Lo que pasa es que a nosotras nos ha dado por contarlo y expresarlo así. No es que seamos las únicas a las que les han roto el corazón”

Tere Iñesta

Cabe preguntarse también de dónde procede la atracción hacia Aiko el grupo, una banda alejada de la modernidad, la tecnología o las redes sociales, hacia las que todas ellas se muestran reacias. La honestidad puede ser una de las respuestas, aunque Jaime señala otra: “Para mí es la universalidad. Es verdad que habláis de cosas vuestras que os han pasado, pero a nuestro público le han pasado cosas muy parecidas. Al final la gente conecta con ese mensaje y yo creo que por eso el grupo le mola a la peña”. Y Tere lo completa: “Es muy tragable. Musicalmente, precisamente por ser corto, por ser rápido y por ser pop, es muy fácil de escuchar”.

La excepción es la despedida de “Love Song”, una balada acaramelada que compusieron con una guitarra española en un balcón. “Nos gusta acabar así los discos, es como la guinda del pastel”, explica Tere. En su trabajo previo, esa guinda se llamó “Por qué no dices la verdad”. Y, en ambos casos, ese tipo de cierres también sirven, subraya Lara, para mostrar “que somos capaces de hacer una tralla tremenda, pero que también podemos hacerlo más calmado”.

Al igual que ese adiós, el encuentro también acaba de forma apacible, apelando a la nostalgia, aún cercana, de cuando “flipaban” en los festivales porque las invitaban a cerveza. La forma en la que han realizado el trayecto que conecta una noche de locura con el asentamiento en la escena musical sigue siendo el latido que da vida a la banda. Porque pese a los conciertos, las colaboraciones o el reconocimiento, el grupo al que se refiere Aiko es el de unas amigas que un día soñaron con hacer música para seguir divirtiéndose juntas. ∎

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