Fernando Naval, Tommy Dewolfe, Paco “Frankie” Ríos y Jorge Betrán. Foto: Sharon López
Fernando Naval, Tommy Dewolfe, Paco “Frankie” Ríos y Jorge Betrán. Foto: Sharon López

Entrevista

Camellos: “El puto ‘hype’ vende”

El cuarteto madrileño –ninguno de sus componentes lo es, pero como si lo fueran– acaba de publicar su nuevo álbum. Es el tercero en seis años y confirma que siguen siendo ajenos a las modas y el “molar”. “Manual de estilo” es su trabajo más cercano al rock: los muestra con la lengua más afilada, pero con un sonido más comedido y más pesado. Es más maduro y más adulto y demuestra que están más seguros de sí mismos que nunca.

Podríamos estar debatiendo eternamente sobre la muerte del rock’n’roll y no llegaríamos a ningún acuerdo. Mientras departimos –así empezó esta charla con Camellos– puede ser que aparezca el Uoho, que está haciendo la promoción de su nueva gira de conciertos en lo que se perfila como despedida definitiva de Extremoduro, y que un grupo de chavales de menos de 20 años se acerque en tropel a pedirle una foto. Es una bonita metáfora para esta entrevista y quizá también para definir el tercer disco de la banda integrada por Paco “Frankie” Ríos (voz y guitarra), Fernando Naval (voz y guitarra), Jorge Betrán (batería) y Tommy Dewolfe (bajo). El rock siempre estará ahí para quien quiera escucharlo, no entiende de modas. Y Camellos, que siempre han ido también un poco a la contra, han querido hacerle su homenaje y lanzar “Manual de estilo” (Limbo Starr, 2022), su aproximación más canónica al género hasta la fecha.

Podrían haber insistido en los sonidos que les han llevado a asentarse como una de las bandas más estables de la escena madrileña. “Quizá el primer disco era más punk, el segundo era más pop y, sí, este es más rock”, explica Jorge. “Si siguiéramos haciendo lo mismo no seríamos Camellos, y si no te gusta, como digo con Fer, pues me suda la polla, a alguien le gustará”. Pero han preferido seguir su propio camino. Lejos de la obligación de molar, algo que de forma constructiva le reprochan a muchas bandas. Lejos de mitomanías y hypes insostenibles y lejos de esconderse si no llenan un concierto. “Parece que a las bandas emergentes les da vergüenza serlo, dar conciertos para 20 personas. Yo estoy muy orgulloso de haber ido creciendo poco a poco con Camellos y haber asentado un público más o menos fiel y constante”, reconoce Paco.

Han rebajado lo explícito, pero siguen conservando su mala leche y reconocen que lo vivido en la pandemia les ha hecho “ponerse panfleteros” muchas veces. No entienden los “‘sold outs’ de la pandemia”, lo de celebrar que vayan 16 personas sentadas a una sala de más de 100. Tampoco que se vitoreen las medidas de Ayuso agarrándose al clavo ardiendo del mal menor. Mucho menos la proliferación de festivales cuando se supone que acabamos de atravesar uno de los periodos más críticos para el sector. “Menos mal que aún hay un público que no va a los conciertos por el molar”, dice Fernando. “Son ellos los que sostienen las salas de ciudades pequeñas como Alicante, Huesca, Santander y los que hacen que un grupo como nosotros siga girando y no tenga que encerrarse en Madrid o en Barcelona. Tener que seguir peleando en las salas más periféricas te hace tener que ser mejor porque, si no, no te va a ver ni el tato”. Nos sentamos con ellos tres –los compromisos laborales hacen que sea difícil ver a los cuatro juntos fuera de un escenario, estudio o local de ensayo– para comentarlo en una terraza de la plaza del Dos de Mayo, en una mañana por fin soleada.

¿Cuándo empezasteis a gestar “Manual de estilo”?

Fernando: El disco lo hemos hecho en plena pandemia.

¿2020?

Fernando: En récord de calor en Sevilla.

Jorge: Empezó a gestarse a finales de 2020 y ya en 2021 lo terminamos de hacer y de grabar. La pandemia permitió a Fer y a Paco empezar a sentar los cimientos de lo que luego pudimos trabajar en el local.

Paco: Fuimos en dos tandas al estudio La Mina.

Fernando: Siempre hacemos lo mismo, grabamos primero los singles y luego ya el resto.

Paco: Y bien, hemos seguido nuestra dinámica de siempre, hacer las cosas sobre la marcha, pensando lo justo. No a matacaballo, obviamente hay demos y maquetas de hará dos años, y se parecen poco a lo que ha terminado de salir.

Jorge: Ha sido la vez que más tiempo hemos tenido en el estudio y eso también se nota a nivel sobre todo de detalles, arreglos… El primer disco eran quince canciones y acabamos en dos días, imagínate.

Fernando: Cantando las quince canciones en una tarde…

“Respecto a las letras, yo creo que, aunque tienen menos desenfreno y quizá menos locura, sí tienen mala leche. No tenemos los puños apretados, pero creo que sí hay mala leche”

Paco “Frankie” Ríos

Que cuando llega la última ya estás muriendo, ¿no?

Paco: Hay temas en los que se nota muchísimo que ya no tenemos voz, sí. No lo calculamos bien eligiendo las más complicadas de afinar al principio y eso… Un espíritu muy punk el de aquel disco.

Jorge: Con el segundo disco la intención fue muy buena, pero hubo una muy mala idea de fondo, que fue no hacer un parón para sentarnos a grabar. Y nos encontramos con que teníamos que compaginar grabación y conciertos: pues estábamos un sábado en León tocando por la noche y al día siguiente a las seis de la mañana en pie porque teníamos que estar a las once en el estudio. Con este disco terminamos de grabar y aún nos quedaban tres o cuatro días en el estudio, y nos permitimos arreglar algunas cosas, darle una vuelta. Yo de hecho regrabé varias baterías porque se cambiaron algunas configuraciones.

Paco: De hecho, tuvimos que frenarnos para no hacernos una paja, de repente, en plan disco de Yes. Se arreglaron detalles pero intentando no pasarse.

Fernando: La barbacoa y la piscina también nos quitaron tiempo, ¿eh? Dejábamos a Raúl con la mezcla y ya está.

Supongo que con todo el rollo de la pandemia os vino bien esto, estaríais de buen humor.

Paco: De hecho, hicimos una toma de tres horas en las que solo éramos nosotros gritando por una habitación, para hacer capas.

Rock de la calle. Foto: Sharon López
Rock de la calle. Foto: Sharon López

Os iba a comentar un par de cosas sobre el disco que creo que ya están más o menos contestadas. Es un disco más bonito, más limpio, y además me parece que tiene algo menos de mala leche. ¿Cómo lo veis?

Fernando: Sí, es más pausado.

Jorge: En lo sonoro, sí. El sonido sí puede ser menos agresivo.

Fernando: Las letras sí que creo que siguen transmitiendo esa mala leche que siempre ha estado presente en Camellos. Pero sí que es verdad que es más pausado, no solamente por la forma en la que grabamos el disco, que también, sino porque estábamos en un punto en el que queríamos experimentar con sonidos de rock más densos, más pesados, más lentos.

Jorge: Era una idea que siempre había estado más o menos presente.

Paco: Cuanto menos de moda esté el rock, más queremos hacer rock.

Fernando: También creo que es nuestro disco más redondo. Estábamos buscando tomarnos más en serio a nosotros mismos, que al final es una lucha interna. Y hemos llegado a un punto en que la gente que nos rodea o el sello creen más en nosotros que nunca, y eso nos ha hecho creer más y tomarnos más en serio.

Esto lo hablé una vez con Carolina Durante, que decían que hay que tomarse muy en serio el juego. No puede dejar de ser un juego porque dejas de disfrutar y pierde el sentido, pero tampoco puede dejar de ser serio y profesional.

Paco: Estoy totalmente de acuerdo con lo del juego porque creo que la frescura está ahí. Creo que estar en esa dinámica te relaja, te permite salirte de los límites autoimpuestos y proponer cosas aunque sean poco ortodoxas o estén un poco fuera de sitio. Pienso que antiguamente se jugaba más con la imperfección, y es algo que no se debería de haber perdido. Respecto a las letras, yo creo que, aunque tienen menos desenfreno y quizá menos locura, sí tienen mala leche. No tenemos los puños apretados, pero creo que sí hay mala leche.

Fernando: Algunas de nuestras frases más salvajes están en este disco. “Liberal en lo político, retrasado en lo mental” es una frase bestia, o “Si tienes hambre, elige comer; si tienes sueño, elige soñar”. Igual antes era más descarado, más directo, aquí puede ser más simbólico o un poco más abstracto, pero el mensaje está ahí.

“Algunas de nuestras frases más salvajes están en este disco. ‘Liberal en lo político, retrasado en lo mental’ es una frase bestia, o ‘Si tienes hambre, elige comer; si tienes sueño, elige soñar’. Igual antes era más descarado, más directo, aquí puede ser más simbólico o un poco más abstracto, pero el mensaje está ahí”

Fer Naval

Hay algo de madurez en este álbum, da la sensación de que habéis dado un paso vital respecto a vuestros dos discos anteriores. ¿Puede ser?

Fernando: Hablábamos mucho de esa sensación de petar un concierto y al día siguiente levantarse y volver a la rueda de la vida normal. Como ya hemos hecho dos LPs de los que nos sentimos orgullosos, puede que ahora haya un toque de, sin querer, melancolía o madurez para tomarnos en serio. Ya sabemos lo que es, hemos aceptado la rueda y la rutina. Y sí puede haber algo de melancolía en aceptar eso.

Paco: Claro. Hay gente que piensa que como llevamos seis años, tres discos y un EP y nos va bien, podemos hacer dinero con la música y tal. Que vivimos de esto cien por cien y de puta madre, que me levanto a las once, me fumo tres cigarros y me vengo a hablar contigo. Y eso obviamente no es así. Nosotros llevamos seis años compaginando nuestros curros con la banda. Lo llevamos bien pero es agotador. Yo a veces curro hasta los fines de semana, y tienes que intentar compaginarlo con los conciertos. Y lo mismo hay peña que se piensa que llegamos, tocamos y nos suda todo la polla, y para nada. Sacamos siempre uno o dos ensayos semanales, toca hacer la carga y descarga y nos tomamos muy en serio los bolos. Cuantos más años pasan así, más funciona la banda y más en serio nos lo tomamos y más interés le ponemos, porque vemos que cada vez tiene más sentido. Pero, al mismo tiempo, más hemos aguantado esa rueda y, al final, cuando te pones a escribir, pues tienes más ganas de decir que no quieres que te tomen el pelo en lugar de que te has ido a currar de empalmada a las seis de la mañana. Que no quiere decir que un día no lo vaya a hacer ni que de repente me vaya a poner a escribir sobre la declaración de la renta, pero sí que lo ves todo con una perspectiva un poco más adulta.

Fernando: Sí, quizá esa amargura sí la detecto.

Paco: Mira Sleaford Mods, es un grupo supervitalista, que transmite muchísima energía con su música, pero si escuchas las letras son muy deprimentes, muy de señor de 50 que trabaja en una oficina y se quiere tirar por la ventana.

El segundo disco –“Calle para siempre”, 2019– fue muy bien, seguramente mejor de lo que esperabais.

Fernando: Mucho mejor de lo que esperábamos, de hecho.

¿Habéis tenido algún choque fuerte de expectativas versus realidad?

Jorge: La pandemia fue un bofetón porque ese año tenía buena pinta. Veníamos de hacer sold out en muchas ciudades grandes de España, a veces hasta con dobles pases. Estábamos rodadísimos, con muchos conciertos cerrados, los festivales que se venían… y de repente todo se fue a la mierda. Fue un corte de meada heavy cuando parece que venía lo más dulce. Pero, bueno, a lo mejor sin esa pandemia tampoco hubiéramos hecho este disco porque a lo mejor no nos hubiéramos sentado a grabar con tanto tiempo para darle vueltas a las cosas. No hay mal que por bien no venga.

Fernando: Incluso antes de “Arroz con cosas” hicimos una versión de “Gold” de Spandau Ballet (se refiere a “Gol”) que fue nuestro primer hit, pero no lo podíamos monetizar (risas). O cuando fuimos de gira a Santander y Asturias y nos vinieron a ver entre los dos conciertos como unas 20 personas.

Paco: A mí, justo antes de la pandemia me pilló que me había ido al paro más o menos voluntariamente, pero como la banda iba bien pues consideramos que iba a ser yo el primero que se desenganchara del mundo laboral para tirar del grupo y progresivamente ir haciéndolo el resto. Tu imagínate mi cara cuando se puso serio lo de la pandemia. Porque a veces parece que no tengo sentimientos, pero obviamente me dejó un poco jodido. ∎

Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados