La rueda no para de girar. Las dos son conscientes de que un disco como “BITCHES IN BUSINESS”, cerca de una hora de música justo cuando la atención se cotiza más cara que nunca, hay que cuidarlo. Hay que hacer que el esfuerzo luzca, que es también una manifestación de cierta conciencia de clase. Del lanzamiento hace medio año y por eso no existe, de momento, el proyecto concreto de otro larga duración. Pero se equivoca quien piense que Laüra y Felinna no están trabajando en más música. De hecho, esta conversación de finales de verano se produce solo semanas después de que vuelvan a Barcelona tras grabar nuevos temas en la capital alemana y en la de la Costa del Sol. “Berlín ha sido una oportunidad junto a otras mujeres de todo el mundo. En Málaga estuvimos con Foyone y Faenna, que son amigos. Ha sido más por salir de aquí e ir a trabajar con otra gente en otros estudios, hemos querido viajar en vez de esperar a que venga la gente. Son temas más en formato ‘colabo’ que de un disco”, apunta Laüra.
Lo que ocupa el presente de las Ninyas es, además de su última canción publicada, “BETTY BETTY”, la gira de presentación del “BITCHES…”. Un tour que entre este otoño y la primavera de 2025 las va a llevar por prácticamente toda la geografía del país. Este mes de diciembre actuarán en Valladolid (5) y Valencia (7). El 31 de enero en Bilbao. En febrero, citas en Santiago (14), Gijón (15) y Zaragoza (21). El 21 de marzo turno para Málaga. Y el 10 de mayo, concierto en Madrid.
Estos conciertos los han pensado como espectáculos en los que el baile y la puesta en escena sean importantes. “Cuando nosotras vamos a un concierto valoramos mucho el show. Intentamos sorprender y mejorar todo el rato”, señala Felinna, que también habla de un buscado cambio de vestuario. “Reforzamos nuestra identidad, sí, somos mujeres, pero no somos el plus para tu festival o la cuota para tu disco. Han sido muchos años de adoptar la estética de los hombres porque era lo que había, pero eso se acabó”. “Somos muy exquisitas en el sentido de querer encontrarle una magia a todo. Y no solo en las letras, sino también en cuanto a conceptos visuales”, añade Laüra. “Los raperos aquí nunca han bailado. Solo los Solo tenían un tema que se llamaba ‘Baila o te mato’. Para mí, bailar en un concierto de rap es algo casi obligatorio”.
Fue hace ya tres años cuando apostaron plenamente por la música. Concretamente, decidieron dejar de trabajar en una tienda de ropa para dedicarse plenamente a su arte. Aunque no le hagan ascos a algún que otro egotrip (casi un mandamiento del estilo) en sus canciones, a poder darse el gusto de comer de carta y no menú, el fardar por fardar se queda en los altavoces. ¿Se siguen sintiendo más cerca de la tienda de ropa que de un cochazo? “¡Cien por cien!”, no duda Felinna. “Estamos bien, y somos agradecidas, pero hay veces que nos cuesta llegar a fin de mes. El concepto de ser ‘bitches in business’ es exactamente eso”. En su música sigue habiendo nervio ante las injusticias sin que ello las paralice. Laüra: “Hemos aprendido a entender que nosotras no podemos resolver el mundo. Hemos soltado esa responsabilidad. Hay personas que pueden verse reflejadas o encontrar motivación en nuestras letras, pero estas no van a cambiar un problema social. Porque yo diga ‘en Barna o heredas o te las apañas’ no van a regular el alquiler. Tampoco podemos obligar a la gente de mi barrio a escucharnos. La gente obrera está cansada de escuchar sus problemas porque lo último que quieres es recordarlos. Cada vez hay menos predisposición a escuchar algo realista, la gente quiere olvidarse de cómo le va. Igual a alguien una de mis letras le puede empoderar, pero otra va a decir que vaya turra”.