Las Nubes es una banda de indie rock de Miami formada por Ale Campos (guitarra y voz) y Emile Milgrim (batería), con dos álbumes grabados hasta la fecha: “SMVT” (Sweat, 2019) y “Tormentas malsanas” (Sweat, 2024). Este último está editado y distribuido en nuestro país por el sello gaditano Spinda Records. Combinan con gusto y acierto la pegada eléctrica con la melodía pop y ciertamente sorprende que no hayan tenido más reconocimiento.
Quizá para remediarlo, esta semana inician su primera gira europea, que empieza en nuestro país. En febrero tocarán en San Sebastián (12), Madrid (13), Oviedo (14) y Barcelona (28), mientras que en marzo actuarán en Sant Feliu de Guíxols (1) y Torredembarra (2). Ale Campos, de madre cubana y padre argentino, nos habla por videoconferencia, en español, desde su hogar en Miami.
En breve vais a iniciar vuestra primera gira de conciertos por Europa, incluida España. Empecemos entonces por el principio, para presentaros a los lectores que aún no os conozcan. ¿Cómo os conocisteis y cómo decidisteis montar una banda?
Emile y yo nos conocimos en Sweat Records, una tienda de discos en Miami donde ambas trabajábamos. Un día entró un amigo que es promotor de conciertos, y había escuchado algunas de las canciones que yo escribía, y me preguntó si quería abrir para la banda japonesa Shonen Knife. Le dije que sí, pero que no lo quería hacer sola –por aquel tiempo aún no tenía una banda–, y Emile que estaba allí dijo “yo quiero tocar la batería”. Así que ahí empezó el grupo, en 2017.
Tú eres la principal compositora. ¿Es así? ¿Tienes la idea del tema clara desde un principio o lo vas perfilando con Emile?
Sí, yo compongo todas las canciones, suelo grabarlas en una demo incluso con batería para darle a Emile una idea de por dónde va. Después le mando la demo sin la batería y ella añade su parte. Luego, cuando la empezamos a ensayar juntas, a veces hablamos y sugerimos cambios para que el tema suene mejor.
¿Desde el principio tuvisteis claro cómo queríais sonar? ¿Con esa distorsión y potencia en las guitarras y las dulces melodías vocales?
Sí, sí, en ese momento yo estaba escuchando bandas como Best Coast, Vivian Girls… cosas así, melódicas, pero que a la vez podían ser más heavies. Aquí, en Miami, hay muchas bandas de hardcore, punk, música bien pesada, y yo también quería tener esa identidad de Miami en mi música.
En este sentido, ¿qué otros artistas o bandas favoritas fueron vuestros referentes a la hora de encontrar vuestro camino?
Ah… es que yo escucho tanta, tanta música. Tengo como unos mil discos en vinilo en casa. Escucho bastante indie rock de los noventa, cosas como Pavement, Guided By Voices, The Breeders, pero también me gustan muchas bandas de Argentina, como Él Mató A Un Policía Motorizado, Fin del Mundo, Las Ligas Menores; me encanta Juana Molina, que no tiene nada que ver con eso, es más experimental. Pero luego, por otra parte, también me gustan bandas como Unwound, que es post-hardcore. Lo que hago es como una mezcla de todo lo que me gusta.
Precisamente, tenía preparada la pregunta de si te gustaban bandas argentinas, pero ya me has respondido. Aquí entraron con mucha fuerza como hace un década, algunos de la mano de una importante banda de Granada, Los Planetas.
¡Sí, los conozco, me encantan! También me gusta mucho otra banda española, creo que son más viejos, Ataque de Caspa. De hecho, estamos preparando una versión de una canción suya para esta gira.
Quizá hayáis percibido que los críticos musicales, sobre todo los varones, tenemos tendencia a comparar a bandas de chicas –o lideradas por chicas– con otras bandas de chicas. En vuestro caso, has mencionado antes otros grupos de mujeres que han jugado con el esquema ruido-melodía como Vivian Girls o Best Coast; también podríamos mencionar a las Dum Dum Girls o, yendo más hacia atrás, The Breeders, Lush o Veruca Salt. ¿Consideráis que se hagan estas conexiones un recurso perezoso y básico o le encontráis cierto sentido?
No, mira, si la comparación es con una banda buena yo no me ofendo, pero si es con una banda culera y el único motivo de la mención es que hay chicas, entonces pienso “¡vamos!, ¡échale ganas!”. Pero si citas a Vivian Girls o Best Coast, ellas son una gran influencia, a mí me encantan. Alguna vez también he leído que sonamos como The Breeders; yo las amo. Entonces eso para mí no es una tontería, tiene todo el sentido.
Por cierto, ¿seguís trabajando en la tienda de discos?
No, yo terminé de trabajar allí hace unos dos años y estuve por lo menos diez. Ahora solo doy clases de guitarra, además de estar en Las Nubes; y toco la guitarra con Iggy Pop también.
Ese es uno de los datos que más aparecen al buscar información sobre vosotras en la red, vuestra amistad con Iggy Pop –era cliente habitual de la tienda de discos– y que tú formas parte de su banda. ¿Ha influido este hecho en vuestra forma de tocar o de componer?
Creo que no, su música es tan icónica y ligada a un momento del rock y el punk –él inventó un género prácticamente– que siento que es algo único. De forma que tocar con él lo separo de mi forma de componer con Las Nubes.
“Tormentas malsanas” es vuestro último álbum, el segundo tras “SMVT”. El primero tenía su encanto lo-fi. Quizá sonaba más pop, pero el salto en la producción de este último es notorio, y aunque se mantiene la línea melódica hay más contundencia, ¿no?
La manera en que grabamos el segundo disco fue totalmente diferente. El primero lo hicimos en la bodega de un amigo, que a veces tenía los micrófonos prendidos, a veces se le olvidaba. Yo no diría que fuera un fracaso, pero sí muy distinto. Esta vez lo grabamos con otro amigo que se llama Jonathan Nuñez, de la banda Torche, y él es bien preciso en la manera de producir y grabar. Suele hacer sus propios amplis y tiene una idea en la cabeza de cómo quiere que suenen las cosas, y eso es lo que yo quería para este disco: lo nuestro con el sonido de Torche, que es bien ruidoso pero a la vez limpio y perfecto, y con él lo logramos hacer. Jon es meticuloso y nos hacía repetir varias tomas; esto es tan opuesto a la forma de grabar el primer disco que para el próximo quiero intentar hacer algo como en el medio.
A ver, “SMVT” con su sonido lo-fi a lo Guided By Voices o Television Personalities también tenía su encanto.
Sí, por eso quiero intentar recuperar algo de eso y hacer algo como en el medio.
También se percibe una expansión de vuestro modo de componer. El ejemplo más claro: los diez minutos de “Caricia”, que empieza como una dulce nana psicodélica y estalla en un rock de alto voltaje. O “Pesada”, donde combináis un patrón rítmico casi stoner con una línea vocal muy Animal Collective o The Beach Boys.
¡Cool! Sí, en este disco nos tomamos más tiempo, casi dos años, lo queríamos hacer bien y experimentamos e intentamos diferentes cosas con las voces. A mí me encanta lo que hace Juana Molina con su voz, con los loopers, y quería probar algo así. Con “Caricia” me inspiré mucho en una banda mexicana que se llama El Shirota, en una canción suya larguísima, casi instrumental, “Carreta furaçao”, y quería intentar algo así, era como un reto para mí.
“Tormentas malsanas” alude al tiempo en los veranos de Miami. Es curioso, porque aquí tenemos la imagen de una eternamente soleada Florida. Imagino que tendrá otras connotaciones también.
Sí, en el momento en que estábamos grabando el álbum nuestra bajista acababa de tener un hijo y no pudo estar en el disco, yo estaba pasando por un divorcio y él era integrante de la banda también, así que perdimos a dos miembros de pronto. Muchas de las canciones son sobre perder algo. También en relación con la adicción a las drogas. Yo perdí a un primo en esa época y una amiga perdió a su bebé en el hospital. Fue un momento duro, pero tienes que seguir p’alante, creer que es una tormenta que va a pasar. Así es como veo muchas cosas en la vida. Yo lo relaciono con el tiempo meteorológico. Aquí en Miami no tenemos otoño, ni invierno, es puro verano todo el año, el calor te da duro y la temporada de huracanes cada vez es más extrema.
En el primer disco todas las canciones estaban cantadas en inglés excepto “QSW”, y en este último prácticamente la mitad son en español.
Sí, casi mitad y mitad inglés y español y una –“Agua plástica”– en portugués. Yo nací bilingüe, el español fue mi primer idioma y además acá en Miami si no sabes español en algunos lugares te jodes, porque hay mucha gente que no habla inglés. Hay mucha gente de Latinoamérica: cubanos, venezolanos, argentinos, puertorriqueños, hay de todo acá. Aunque mi español quizá no es tan bueno como mi inglés, es mejor que el de otras personas de mi edad. Es muy gracioso porque hice una entrevista en español en México y alguien se enojó porque yo pronunciaba las palabras en inglés como una gringa (se ríe). Al final quería representar en el disco mi identidad y por eso lo del mitad y mitad.
¿Estáis componiendo nuevas canciones o preferís dejarlo para después de la gira?
Yo siempre estoy componiendo algo. Ahorita empecé un proyecto con mi pareja que se llama Ana No Duerme, y andamos grabando cosas por fun, y tengo algunas para Las Nubes que quiero empezar a ensayarlas con las chicas. Este año va a ser un poco difícil, porque después de estas tres semanas de gira voy a viajar bastante para tocar con Iggy. Los momentos en que esté en casa voy a tratar de juntarnos para componer y ensayar y al menos sacar un EP este año. Eso sería genial.
Volviendo a Miami. Es mundialmente conocido por su escena de música latina, incluso por la música dance electrónica facturada allí. ¿Qué tal es la escena punk o rock? ¿Hay bandas y clubes donde tocar?
El problema que tiene Miami es que muchos de los lugares donde hacen shows no duran tanto tiempo, pero la escena rock local es bastante resistente y siempre encontramos una manera de hacer conciertos; en una bodega, en una casa, en algún bar que nos lo permite. Pero, sí, hay una escena de punk, de hardcore, una escena de noise. Acá se hace el International Noise Conference cada año. La escena de acá es algo muy especial para nosotras.
¿Nos podrías mencionar alguna banda?
¡Sí! MOLD!, The Creature Cage, Antifaces… Hay muchas, ahora no me acuerdo de todas.
Por último, no sé si preguntarte por el único tema de conversación posible cuando se habla de los Estados Unidos en febrero de 2025. ¿Como ciudadana del país estás harta de que se os pregunte por el gobierno de Donald Trump?
Nosotras nos decimos: “¿Cómo puede suceder otra vez? ¿Por qué?”. Es algo que da miedo, porque nos están quitando los derechos a todos menos a los hombres blancos, y es tan injusto que me dan ganas de irme de acá. ∎