Cuando
Jules Shungu Wembadio Pene Kikumba nació el 14 de junio de 1949 en Lubefu, su país no se llamaba todavía Zaire ni República Democrática del Congo, como se conoce ahora. Entonces era simplemente el Congo Belga y todavía quedaba más de una década para conseguir la independencia. El colonialismo y la catequesis cristiana marcaron los primeros años del joven Jules, que vio cómo sus padres fallecían siendo todavía un adolescente. Su padre, exsoldado del ejército belga, no quería que su hijo se dedicara a la música, pero el chaval decidió seguir los pasos de su madre, plañidera profesional y cantante en funerales, en los que de niño comenzó a despuntar. Un detalle muy sintomático, ya que la voz de quien luego se convertiría en
Papa Wemba siempre tuvo un timbre quejumbroso, melancólico y triste. En una entrevista de 2014 señaló que
“cuando comencé a cantar música pop, abandoné por completo la música religiosa. Pero esa influencia ha estado siempre presente en mi voz”.
Reconocido admirador de Sam Cooke, Tabu Ley Rochereau y la Fania All Stars, el rock también influyó en sus inicios, lo que le hizo adoptar el nombre de Jules Presley en sus primeros escarceos musicales de los años sesenta. Ya como Shungu Wembadio, a los 20 años entró a formar parte de
Zaiko Langa Langa, grupo que se convertiría en uno de los puntales del soukous o congo-rumba, siguiendo los pasos de los pioneros Franco Luambo Makiadi, Tabu Ley o Pepe Kalle, artistas todos ellos muy influidos por la música afrocubana y sobre todo por la rumba, que ellos adaptarían a los ritmos tradicionales de su tierra en el clásico fenómeno de ida y vuelta, y con un toque de guitarra serpenteante y alegre como principal seña de identidad. En 1974, junto a otros componentes de Zaiko Langa Langa creó un nuevo grupo,
Isifi Lokolé, de vida efímera (solo un año), cuyo acrónimo respondía a las siglas del rimbombante Institut du Savoir Ideologique pour la Formation des Idoles. Es allí donde comenzó su fama como formador de ídolos y donde de forma definitiva cambió su nombre por el de Papa Wemba. Tampoco duraría mucho más su siguiente aventura,
Yoka Lokolé.
En diciembre de 1976 pasó una breve temporada en la cárcel acusado de haber intimado con la hija de un general, y al año siguiente creó su grupo más conocido,
Viva La Musica, nombre elegido tras escuchar las arengas de los componentes de Fania All Stars en un concierto en Kinshasa. Con el propósito de aunar las influencias de la salsa, el rock, el soul y la varieté francesa con el soukous, Viva La Musica se convirtió en una especie de comuna de músicos a la que, siguiendo las huellas de la República de Kalakuta de Fela Kuti, llamaría Village Molokai, influido por la película sobre la leprosería del Padre Damián en Molokai que le había impactado de pequeño. De Viva La Musica saldrían futuras estrellas del soukous como King Kester Emeneya, Fafa de Molokai y, sobre todo, Koffi Olomide.