De Ramala, con orgullo.
De Ramala, con orgullo.

Entrevista

Sama’ Abdulhadi, la cabina como trinchera

Se dio a conocer gracias a Boiler Room, en septiembre de 2018. A raíz de aquella sesión en Ramala, empezó a tener más actuaciones. Al principio, para hacerse un nombre y acumular experiencia, iba donde la llamaran y no le importaba cuánto le pagaban. Cuatro años más tarde, se ha convertido en habitual en los carteles de grandes festivales y aprovecha el altavoz que le da la música para denunciar lo que sucede en su país. Charlamos con ella poco antes de su paso por las conferencias de PrimaveraPro –en el CCCB, el 9 de junio– y de su actuación en Primavera Sound el 10 de junio.

Hablamos con Sama’ Abdulhadi el mismo día en que la periodista Shireen Abu Akleh fue asesinada –durante una operación del ejercito israelí– mientras informaba desde Yenín, en Cisjordania. La DJ y productora afincada en Ramala –nacida en Jordania hace 32 años; ha vivido en aquel país, pero también en Líbano, Reino Unido, Egipto y Francia– lleva todo el día posteando información en su cuenta de Instagram y, cuando me conecto a la videoconferencia, lleva su ya legendaria anilla de granada colgada del cuello. “Para los artistas, hablar de Palestina puede arruinar tu carrera”, afirma. “Pero necesitamos seguir haciéndolo, porque siempre nos están atacando en todas las plataformas y de todas las maneras posibles”.

Ante esta realidad ella ha encontrado en la música un refugio. Y su cara se ilumina cuando habla de su trabajo como DJ o de la primera rave a la que acudió en Oriente Medio. Pese a que sus sesiones se caracterizan por un techno que ella misma siente cercano al que se escucha en la capital alemana –y sí, lo es–, las ofertas para pinchar en Berlín son escasas más allá del festival Fusion –cuyo promotor se ha convertido en uno de sus principales apoyos– o de un club cuya invitación siempre declina por la postura del mismo ante el conflicto palestino-israelí.

“La música es universal y el hecho de que la electrónica no se base en un instrumento específico permite que más gente tenga impacto en ella. De hecho, los primeros sonidos electrónicos fueron creados a la vez tanto en Egipto como en Alemania, sin estar en contacto, y siempre ha habido sonidos electrónicos en la música egipcia. Y también es una música más inclusiva que otros géneros”

¿Cómo está siendo volver a estar de gira después de la pandemia?

La energía que hay ahora es una locura. Es muy bonito y emocionante ver a tanta gente en la pista de baile compartiendo esa energía; se ha echado de menos. A la vez es surrealista ver todo esto pasando de nuevo: no sabes si es real o si estás soñando.

¿Cómo has salido adelante durante la pandemia?

Luchando e involucrándome en muchos proyectos distintos: streams, EPs, recopilatorios, remixes, cursos, proyectos pequeños… Y fui a pasar tiempo con mis padres. Estuve metida en muchos proyectos diferentes gracias a mi equipo. Sin él no sé cómo lo habría hecho, porque me buscaban proyectos literalmente debajo de las piedras.

Streaming en Monegros Desert Festival, el 1 de agosto de 2020: tiempos de pandemia.

Cuando pinchas sueles llevar la anilla de una granada de mano porque quieres evidenciar la situación que se vive en Palestina. ¿Te ha servido para abrir conversaciones después de alguna actuación?

Sí, vienen a hablar mucho conmigo y tengo muchas conversaciones políticas, lo que es bueno porque el techno siempre ha sido político e inclusivo. Ha creado espacios, ha roto barreras, etc. Y puede que la gente esté dejando de lado la política, pero nos afecta a diario. Cuando se trata de Rusia y Ucrania todo el mundo quiere hablar de ello, pero si se trata de Israel y Palestina nadie quiere hacerlo. Es injusto.

Supongo que el Boiler Room que protagonizaste en 2018 fue una forma de romper estereotipos sobre la música que se escucha en Oriente Medio. Y una manera de devolver el techno a sus orígenes, a los márgenes.

El techno es realmente inclusivo, sobre todo porque fue creado por gente muy diversa. Algunos de los nombres más importantes de la escena electrónica no son europeos. La música es universal y el hecho de que la electrónica no se base en un instrumento específico permite que más gente tenga impacto en ella. De hecho, los primeros sonidos electrónicos fueron creados a la vez tanto en Egipto como en Alemania, sin estar en contacto, y siempre ha habido sonidos electrónicos en la música egipcia. Y también es una música más inclusiva que otros géneros; por ejemplo, yo, viniendo de Palestina, de repente puedo pinchar en el escenario principal del festival Fusion, en Alemania, con gente aplaudiendo, bailando y disfrutando. Fue uno de los momentos más felices de mi vida, porque me sentí aceptada en la forma artística que me apasiona. Y ni siquiera sé por qué me apasiona el techno, pero es lo que me enamoró y por lo que sigo ahí.

29 de septiempre de 2018: un Boiler Room para la historia.

¿Recuerdas tu primer contacto con la música electrónica?

Mis amigos me llevaron a un club sin saber qué noche era, si la de hip hop o la oriental. Y resultó ser una especie de mini rave al estilo libanés. Pinchaba Satoshi Tomiie, un DJ de Japón. Fue la primera vez que escuchaba techno y no había mesas, no había luces, no se veía nada, solo la gente bailando y liberando esa energía. Empecé a bailar y no paré. Me sentí tan libre en ese momento... No pensaba en nada más, y esa es una de las razones por las que lo amé, porque me libera de la política y de las cosas que siempre me están dando vueltas en la cabeza. Me desconectó de todo y me transportó a otro lugar y dejé salir toda esa energía. Fue una ruptura. Como meditar. Me sentí tan completa que quise experimentarlo de nuevo. Y aquí estoy.

Has vivido en muchos países y supongo que en cada uno has estado expuesta a música muy distinta. ¿Cómo te ha influido a la hora de pinchar?

Crecí más cuando vine a Europa, porque tuve la oportunidad de ver a más DJs y aprender más. Es algo que me ha ayudado mucho. Aparte de eso, lo único que echo de menos es mi hogar.

“El mundo tiene una imagen errónea sobre nosotros, y creo que la música es una de las formas de desafiar esa concepción y que nos escuchen. Si logro montar un festival en Palestina la gente irá, si es un lugar seguro y divertido. Además, tenemos una comida increíble, la mejor comida del mundo, y la gente más maja del mundo”

Siempre dices que te gustaría organizar un festival en Palestina y convertirlo en una especie de meca del techno. ¿Lo ves factible?

Sí, aún estoy trabajando en ello. Una de las razones por las que lo quiero hacer es porque el mundo tiene una imagen errónea sobre nosotros, y creo que la música es una de las formas de desafiar esa concepción y que nos escuchen. Si logro montar un festival allí la gente irá, si es un lugar seguro y divertido. Además, tenemos una comida increíble, la mejor comida del mundo, y la gente más maja del mundo. Esa es precisamente una de las razones por las que me enamoré de Latinoamérica, porque es justo como en mi casa: la gente, la hospitalidad, el amor, la energía, la forma en que quieren divertirse y vivir.

Con su legendaria anilla de granada colgada del cuello.
Con su legendaria anilla de granada colgada del cuello.

También has tenido una residencia en Beatport y estás implicada en Radio Alhara. ¿Es una forma de reunir a la diáspora palestina a través de la música?

Son proyectos pequeños que terminan desapareciendo porque la situación es horrible en todas partes, honestamente. Si quieres hacer algo en Líbano, de repente la situación empeora. En Siria empezaron a hacer cosas y luego empeoró. Y así en todas partes. No recuerdo la última vez que hubo una fiesta en Palestina, porque están matando a gente todos los días, o echándola de sus casas o llevándola a la cárcel. Todos los días nos despertamos con una nueva historia de terror, así es la vida bajo la ocupación.

Fuiste encarcelada por las autoridades palestinas durante ocho días, en diciembre de 2020, a raíz de una actuación en Nabi Musa, en los alrededores de Jerusalén. ¿Qué pasó y cómo lidiaste con la situación?

Estábamos haciendo el stream para Beatport en un antiguo enclave cultural que resultó ser también un lugar religioso del que no teníamos constancia. Se está llevando a cabo una investigación para ir a juicio, pero cada vez que tenemos fecha para el juicio sucede algo en el país y se pospone, así que aún estamos esperando. Pero creo que se trata más de un caso de opinión pública. ∎

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