Fermí y Conxita Herrero, Tronco, hacen canciones porque se lo pide el cuerpo y también porque les gusta juntarse y celebrar que, a pesar de todo, seguimos vivos. Quizá, tras su tercer lanzamiento de la mano de Elefant Records, ya no se pueda decir que lo suyo es un secreto a voces.
No sé si sería por mensaje de audio o de viva voz, pero un día Conxita Herrero me soltó que iba a montar un grupo con su hermano Fermí. No mucho después, nos reunimos unos cuantos en el patio de la casa en la que ambos vivían con su madre, en El Prat de Llobregat, para oír por primera vez a Tronco: canciones tan sencillas como los quintos y el plato de olivas frente a los que una amiga te cuenta que la ha cagado con alguien o que ha empezado a trabajar en una hamburguesería. Fermí a la guitarra y haciéndole el eco a los naufragios y a las alegrías que canta su hermana, que, además, es ilustradora, fanzinera y, últimamente, también podcaster. “Son vehículos distintos”, se explica ella, “pero el objetivo siempre es sacarlo: hablemos sobre esto, homenajeemos esto otro”.
De entre sus fanzines, los hay que son tan diáfanos como hojas blancas en las que, con rotulador negro y en letras grandes, Conxita verbaliza aquello que la tiene en vilo o la solivianta. “Por si me muero mañana / escribiré otro poema / sobre las cosas que pasan / las que me pasan a mí”, declara al inicio de “Dejarlas ir”, uno de los trece temas de “Nainonai” (2021), el tercer LP que les saca Elefant, de nuevo con Eloy Bernal haciendo su magia en el estudio. Fermí sigue en El Prat, terminando sus estudios de interpretación, pero Conxita vive en Bilbao, así que tuvimos que recurrir al Zoom para charlar un rato.
Hablemos de tener un lugar donde vivir. “La casa de tus sueños”, que fue el primer adelanto de vuestro nuevo disco, es una canción muy evocadora que a su vez me lleva a pensar en las luchas por el derecho a la vivienda. ¿Tener una casa es hoy un sueño imposible?
Conxita: Creo que sí, que no vamos a tener una casa en propiedad en la vida. Pero, en realidad, esta canción la escribimos para mi madre, que hace años que quiere irse del Prat. Sueña con ello, porque no tiene dinero para comprarse una casa ni mucho menos. Hace algún tiempo, fue a mirar una casa muy antigua en Vilanova y me pidió que la acompañara. Fui con ella, pero pensé en escribirle esta canción, como si fuera el tipo de cosa que le dices a una persona a la que quieres aunque sabes que no es verdad: ya verás cómo lo vamos a conseguir.
La espontaneidad de vuestros directos, en los que podéis volver a empezar alegremente una canción o interpelar con mucha familiaridad al público, es intransferible. ¿Os asaltan remordimientos respecto a ser más profesionales?
Fermí: Es algo que va bailando un poco. Ahora, en los conciertos, nos repartimos los roles y yo me dedico a decir todo eso que los grupos tienen que decir: “comprad discos, acaba de salir un single, seguidnos en redes…”.
Conxita: Mientras que yo estoy siempre en plan “qué bochorno”, pensando si los músicos del mundo nos aborrecerán por estar ocupando un lugar que no nos pertenece legítimamente. Pero es mi carácter: igual que no sé hacerlo de otra manera en ningún ámbito de la vida. Por mucho que quisiera ser muy profesional, tendría que luchar contra los elementos. Luego, es cierto que al ver que va funcionando ganas cierta seguridad.
Fermí: Y que la profesionalidad puede residir en muchos sitios. Hay aspectos en los que ser profesionales nos preocupa más que en el espacio concreto del escenario.
Vuestras canciones hablan de una forma tan franca sobre la cotidianidad y las cosas irrisorias que nos pasan que uno podría esperar encontrar en “Nainonai” alguna anécdota de la pandemia. Pero está completamente ausente del disco.
Conxita: Sí que escribí canciones durante el confinamiento; había una que se llamaba “Delirios de la fiebre”, pero con el paso de los meses vi que no me sobrevivían porque hablaban de algo muy encapsulado en el tiempo. Mientras que una canción en la que me rompen el corazón funcionará siempre. Quizá es que estoy obsesionada con las relaciones y no me parece tan interesante hablar del confinamiento.
¿Sobre qué no haríais canciones?
Conxita: Yo creo que por poder, pueden hacerse canciones sobre cualquier cosa si el tema te interesa y de veras quieres hablar de ello. Lo que encuentro más complicado es forzarlo para aparentar algo. Todo lo que no sea impostado, funcionará, incluso si hablas de que te está saliendo un grano.
Conxita, en “Dejarlas ir” dices estar “enfadada con todos los cineastas”. Me llamó la atención esa frase.
Conxita: Me refería un poco a todos estos escándalos que salen día sí y día también, aunque en realidad no me refiero tanto a los cineastas en particular como al poder de los hombres. Estoy enfadada con los cineastas porque he confiado en ellos, me han vendido películas que me han hecho sentir bien o confiar en el mundo, y al parecer muchos son unos impresentables. Es más bien una decepción.
“Yo no creo que se acabe de entender qué significa invertir tiempo en hacer un dibujo o una canción, porque no solo es el que le dedicas en el momento, sino también todos los años que has estado formándote”
Conxita Herrero
Los late shows dominicales que hicisteis durante el primer confinamiento se convirtieron en todo un ritual que unos cuantos agradecimos mucho. Diría que a vosotros también os daban mucha vida.
Fermí: Mucha, y también nos dieron tablas para saber cómo se cocina un show sin público. Nos hicimos un poco streamers, algo que en aquel momento parecía que iba a volverse habitual. También sufríamos a veces, pero la del domingo era una jornada muy especial.
Fermí, el año pasado sacaste una casete a tu nombre. ¿Te picó el gusanillo de contar y cantar tus propias historias?
Fermí: Sobre todo, sentí potestad para poder hacerlo: cuando ves que alguien cercano a ti se permite ciertas cosas, te sientes poderoso para hacerlas también. Es un camino muy bonito el de escribir canciones.
Conxita: Yo, por ejemplo, empecé a hacerlas porque vi que mi amiga María el Problema, sin saber componer ni tocar la guitarra, había montado un grupo.
¿La entrada de Eloy Bernal como productor cambió vuestra forma de componer o plantear las canciones?
Fermí: No repercute: confías en que lo que has hecho se va a completar con la intervención de Eloy, sea cual sea.
Conxita: Que él esté de productor implica que la canción original es un boceto al que le van a pasar cosas. Y menos mal, ¿sabes? Como que nos da seguridad tenerle en el equipo.
En uno de los pódcasts de “Polvorilla”, que pueden escucharse en Ivoox, Conxita ironizaba sobre el chantaje de la visibilidad. ¿Creéis que está empezando a entenderse que los artistas emergentes también han de pagar facturas?
Conxita: Yo no creo que se acabe de entender qué significa invertir tiempo en hacer un dibujo o una canción, porque no solo es el que le dedicas en el momento, sino también todos los años que has estado formándote... A mí siguen proponiendo trabajos de ilustración muy mal pagados a los que digo que sí porque no puedo decir que no, pero si sigues recibiendo este tipo de encargos significa que no estamos educados en este aspecto.
Fermí: Es que no es que haya un mercado que se cuide de que todo el mundo pueda sobrevivir, sino que cuanto menos se le pueda pagar a alguien, mejor. Si no te pones un mínimo, estás jodido.
Conxita: Pero incluso nosotros, que no vivimos ni muchísimo menos de Tronco, si un amigo nos hace un diseño para una camiseta, le tenemos que pagar. Y yo estoy pelada, no tengo un duro, pero sé que es muy importante valorar esto y valorarlo económicamente, no solo dando las gracias. Es fácil entenderlo con un lampista o con un taxista y debería ser fácil también con un músico, un actor, un fotógrafo o alguien que hace entrevistas.
El texto promocional de Elefant para el disco dice de “Nainonai” que podría ser el “Popemas” (2002) de esta generación. Igual Nosoträsh os cogieron muy jóvenes, así que os quería preguntar a cada uno por un disco que os gustaría haber hecho.
Conxita: A mí me encantaría ser autora de cualquiera de las Vainica Doble o de Lorena Álvarez.
Fermí: Yo voy a decir “El día de suerte de Juan Gómez” (2014), que es el segundo disco de El Kanka.∎
La mayoría de quienes acuden a un concierto de Tronco saben perfectamente a lo que van: de ahí la calidez que desprenden sus encuentros con el público. “Mi gente”, que diría Fermí. Podemos preguntarnos si su fórmula tan franca y sencilla es, a la vez, en cierto modo inmarcesible. Esta historia, que empezó con hits a pequeña escala como “Pez en bicicleta”, va a seguir desgranándose paralela a las primaveras que pasan, igual que las canciones del dúo van enriqueciendo el universo de los fanzines y las viñetas que Conxita dibuja y publica en cómics como “Gran bola de helado” (Apa Apa, 2016). Para este año, o quizá para el siguiente, se espera una nueva recopilación de historietas.
Al fin y al cabo, siempre hay algo que contar. Y qué mejor forma de hacerlo que en forma de canción. La entrada del grupo en Elefant en 2017 y la incorporación de Eloy Bernal como productor añadió una nueva capa a sus melodías, que se detecta ya en su debut “Abducida por formar una pareja” (Elefant, 2017). Prácticamente, los desdobló: por un lado, sus directos, y por el otro, los discos, que Bernal recubre con imaginación acercando sus canciones desgarbadas al pop de ensueño marca de la discográfica. En temas insólitos como “La jungla”, que cierra su segundo álbum, “Tralará” (Elefant, 2018), Conxita da un paso atrás para que Fermí cante poniendo voz de androide y casi parece que estemos escuchando a un grupo ignoto de la movida.
En “Nainonai” se marcan un par de versiones de Vainica Doble y Simon & Garfunkel, y es que hacer patente su entusiasmo por las canciones de otros les gusta casi tanto como cantar las suyas. También les gusta estar bien acompañados: la hermosa portada del LP es de su amiga Andrea Ganuza y las ilustraciones interiores, que Conxita ha pintado con acuarela, son de Lucas Naranjo. No sabemos qué les deparará el futuro, pero como dicen en las películas de Marc Ferrer, “no te preocupes: el pop hará que tu vida sea mucho más divertida”. El pop o el punk y la canción protesta, que es como también se han definido alguna vez. Lo que ellos quieran. ∎