Parece que Medalla abren etapa tras pasar su particular duelo, plasmado en su anterior disco titulado precisamente con esa palabra. Que nadie piense que están fuera de forma o desorientados buscando un camino. De aquella fase, el cuarteto barcelonés –Eric, Joan, Josep y Marc– ha salido engrasado y con los cuernos afilados, a tenor de las dos últimas canciones con que nos ha obsequiado.
Si hace dos meses y medio fue “BMW 666”, que podríamos interpretar como una respuesta macarra al cochismo nihilista y masculino, ahora le toca el turno a “Amigo mercado”. No es una oda (que por otra parte nunca sobraría) a Rosendo esta que comienza con el cavernoso bajo de Josep. En cuanto entra la voz de Eric, acompañada aquí de las gallegas Bala, nos damos cuenta de que Medalla están en su era furiosa. Con la que está cayendo, como para no, claro, pero esta vez la banda la toma con esta entelequia que nos atormenta cada día. Ese mercado en el que todo se compra y se vende: nuestra fuerza de trabajo, el alma de cada cual un poco o, si hablamos de música, las posibilidades de un artista no ya de triunfar, sino de poder siquiera construir una trayectoria.
“Amigo mercado”, publicada por su propio sello Estudio Mazmorra, cuenta con dos alusiones, una menos velada que otra. Quien todavía conserve memoria no podrá escuchar la frase “¡Es el mercado, amigo!” sin que su cerebro viaje a 2018, cuando Rodrigo Rato –expresidente de Bankia, exdirector del FMI, dos veces vicepresidente del Gobierno de España y ministro de Economía en las dos legislaturas de Aznar– la usó en sede parlamentaria para excusar su responsabilidad en la última crisis bancaria. Después sería condenado por corrupción y blanqueo de capitales. Medalla nos hace también echar mano del Génesis. Como lo oyen. Concretamente, del pasaje bíblico en que Dios marca a Caín advirtiendo de que, quien le haga daño, será vengado siete veces, como sucede con el obrero en esta canción. Ya advertimos de que los barceloneses andan en su prime heavy, enchufados, peleones, poniéndonos los dientes largos de cara a más entregas. ∎