Canción del día

Ben Kweller feat. MJ Lenderman

Oh Dorian2025
¿Cómo afrontar el dolor de la tragedia?
¿Cómo afrontar el dolor de la tragedia?

Te pasas la vida dando vueltas a tu vida, se lee en el relato “Dando vueltas” del libro “El cómputo de los días” (2004) de Sam Shepard. Página 285. ¿Aún no lo tienes? Pues bien, parece que el californiano Ben Kweller va a pasar lo que le queda de la suya (el 16 de junio cumplirá 44 años) dándole muchas a la muerte de uno de sus dos hijos, Dorian Zev Kweller, en febrero de 2023 en un accidente de tráfico. Solo tenía 16 años. Cómo no hacerlo, lo de las vueltas. “Oh Dorian” es el cuarto single de adelanto del que va a ser su próximo disco, “Cover The Mirrors”, que se va a publicar justamente mañana y es el séptimo de su carrera (aunque antes del primero, de 2002, ya había lanzado tres en plan homemade).

Todos hemos escuchado el “Tears In Heaven” de Eric Clapton (que levante la mano quien no) o alguna, o todas, las que Nick Cave ha compuesto tras los decesos de sus hijos Arthur y Jethro. En este sentido, la letra de esta conmovedora “Oh Dorian” va por un camino parecido a la de “Waiting For You” del australiano: el anhelo explícito del imposible regreso. Pero Ben le da un tono más cercano, menos de salmo y más de carta escrita a mano que se manda a sí mismo, describiendo al chaval en las primeras estrofas – “Chico de cristal, Géminis / con un millón de canciones en su cabeza / no importaba si estabas en lo cierto o errado / él te creía / con su sonrisa de verano y su risa fresca / el cabello largo ondeando al viento / no había nada como estar a su lado”– para luego irse preguntando lo que nunca tendrá respuesta: “Oh, Dorian, ¿dónde te fuiste? / Oh, Dorian, házmelo saber / Oh, Dorian, mi mejor amigo / No puedo esperar a estar contigo otra vez”. Amor y dolor. Dolor y curación.

Kweller ha contado en “Oh Dorian” con la colaboración de MJ Lenderman –la canción no habría desentonado en su “Manning Fireworks” (2024), prima hermana como parece que es de “You Don’t Know The Shape I’m In”–. Juntos desprenden aquí esa calmosa sensación del rock mecido a medio tiempo para ser escuchado con la ventana abierta, la de un hay que seguir adelante aunque la procesión vaya por dentro, como si se hubieran propuesto (ahora fantaseo) anestesiar/ralentizar aquel “Keep On Chooglin’” de Creedence Clearwater Revival, por más que, como reconoce Kweller, porque no le queda más remedio, “desde que él se fue, lo puedes ver en la cara de todo el mundo / nada es tan divertido”. ∎

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