En el nuevo adelanto de “Hard Headed Woman”, álbum que Loma Vista publicará el 29 de agosto, Margo Price reivindica el derecho a soñar pero sin soltar el pulso combativo: “Don’t Wake Me Up” es una letanía de fugas interiores, un country alucinado que recorre bares de mala muerte, waffle houses, cementerios del sur y zonas residenciales idénticas mientras se niega a despertar en un mundo que ya no la representa. “The way this world is going, ain’t where I’m at”, canta Price con esa mezcla suya de firmeza rota y lucidez rural, y suena como un guiño consciente al legado de Bob Dylan. La canción comparte ADN con “Subterranean Homesick Blues”, que es el tema que abre el álbum “Bringing It All Back Home” (1965) de Bob Dylan, no solo en el discurso continuo, sino en el fondo político y existencial: renunciar al presente como forma de resistencia. Todo empezó con unas notas dispersas en un cuaderno que su pareja y colaborador, Jeremy Ivey, rescató tiempo después. Ella lo cuenta así: “Jesse Welles es otro artista insurgente que se ha labrado su propio camino, y no tiene miedo de decir la verdad al poder... Estoy deseando verlo en el Newport Folk Festival este verano”.
Price y Jesse Welles –el icono emergente del folk contestatario, que acumula millones de oyentes y ha sabido adaptar el espíritu de Dylan, llevando las canciones de protesta al scroll diario de millones de usuarios y al barro sureño– forman aquí una dupla de renegados lúcidos. Cada uno en su esquina, pero afinados en la misma frecuencia sin la necesidad de un meteorólogo para saber por dónde sopla el viento.
Price, que en el anterior adelanto del disco –“Don’t Let The Bastards Get You Down”, del que hablamos aquí– ya citaba a Kris Kristofferson, Sinéad O’Connor, Margaret Atwood y Rodney Crowell, afianza en esta canción el mismo pulso combativo del tema anterior: una base de country clásico, distintas cuerdas que van desde el bajo al pedal steel, pero todas contando la misma historia con el colmillo afilado. “Don’t Wake Me Up” es un canto al autoengaño como única forma de cordura y se inspira en parte en la obra inagotable de uno de los poetas favoritos de Margo Price, Frank Stanford. Soñar no es evadir, es elegir el propio paisaje mental ante un mundo demasiado feo para habitarlo con los ojos abiertos y que proclama en su estribillo: “I’d rather be living it up, up in my head”. Esto es country a la manera de Margo Price: fiel a la tradición, con la terquedad justa y el corazón en carne viva.
“Hard Headed Woman” se perfila como el trabajo más libre y beligerante de Price hasta la fecha. Producido por Matt Ross-Spang y grabado en RCA Studio A (el templo de John Prine y Loretta Lynn), es también el primero que la artista firma íntegramente en Nashville. Allí donde nació su carrera y donde ha tejido un camino paralelo al de la industria. Como ella misma ha expresado: “Espero que este disco inspire a la gente a ser valiente, a arriesgarse y a ser sin tapujos quienes realmente son, en una cultura que hace todo lo posible por moldearnos a todos por igual”.
La dirección del videoclip corre a cargo de Hannah Gray Hall y cuenta con coreografía de Kylie Price y cameos en escenarios como Last Chance Liquors o The Chrome Bar. En él vemos a Margo vestida de rojo atravesando los paisajes que la canción invoca y sosteniendo carteles con frases sacadas directamente de la letra, a lo Dylan. Detrás de esa estética sureña hay una cartografía interior de emociones. Y en ella, Price sigue soñando fuerte y bien despierta. ∎