A la espera de conocer cómo se concreta el anuncio emplazado para el próximo viernes,
Kendrick Lamar sigue alimentando su relevancia en la música de nuestro tiempo con cada nuevo gesto. A la altura de su proyección musical, se cuentan sus videoclips. El último, diseñado entre
Dave Meyers &
The Little Homies (Lamar y Dave Free), es una demostración de (virguería) técnica y estética al servicio de un discurso sólido e irónico, en parte soterrado, pero dispuesto a salir a la superficie a la segunda o tercera escucha.
Ocurre lo mismo con su videoclip, un trabajo cargado de simbolismo que se va aclarando a medida que se suman visionados. Todo arranca con el rapero metido en la piel de un papa iluminado por un haz y la cabeza agachada. Sin abandonar ese rol papal o sacerdotal, a lo largo de toda la pieza Lamar nos encomienda “ser humildes”, especialmente a sus compañeros de gremio. De hecho, hay mensajes sutiles en la letra que parecen apuntar directamente hacia Big Sean (
“Damn, Sean, what happened to the humble attitude?”;
“I’m like, ‘Niggas took the flow, but I’m still standin’ too”).
Pero no todo se reduce a pullas personales: en menos de tres minutos tiene tiempo de airear su encuentro con Obama, lanzar dardos al mundo de la moda y su jaula del cuerpo perfecto o dar breves apuntes sobre el racismo y la brutalidad policial. En esta época de desbarajuste moral, el de
“To Pimp A Butterfly” se desmarca del prototipo de
rapstar con sus mandamientos éticos, y lo hace desde una posición de autoridad, con dosis generosas de sarcasmo y sin desgastar su carisma.
Una imagen que sale reforzada gracias a las magnéticas y poderosas imágenes que componen este trabajo: pantallas partidas, ojo de pez esférico, ángulos de cámara y movimientos poco recurrentes y un simbolismo religioso que parece iluminar la mayor parte de los fotogramas. Todo bajo una cuidada estética, pero a su vez con plena intencionalidad respecto a las letras que acompañan. En el cúmulo de referencias en la paleta audiovisual utilizada por Dave Meyers y The Little Homies cabe desde “The Young Pope” (HBO, 2016) y “La última cena” de Leonardo Da Vinci hasta “Cómo ser John Malkovich” (Spike Jonze, 2000), el clip “Formation” de Beyoncé o este
clásico publicitario de la marca Grey Poupon.
La actitud responsable del rapero frente a sus feligreses, el adiestramiento del ego, la autenticidad por encima de lo postizo o el entendimiento entre actitud y ética son parcelas que adquieren significado en el reinado de Lamar. En la era Trump, el mundo necesita los salmos del Papa Lamar. ∎