Desde luego ha sido un finde intensito en el plano nacional, con congresos a ambos lados del PPSOE en plena vorágine de la corrupción –menudo veranito nos espera– por el caso Ávalos-Koldo-Cerdán, festivales en varios puntos calientes del Estado, un concierto de Rauw Alejandro en plan salsero mafioso, los Iron Maiden rockeando de nuevo, el grand finale del Orgullo, el chupinazo de San Fermín… Pero lo cierto es que los ojos de casi todo el planeta, sobre todo el que nos interesa más a nosotros, el más musiquero, han estado estos días puestos en distintos puntos del Reino Unido. Concretamente tres: Cardiff, que recibía la primera actuación de Oasis desde 2009 marcando el pistoletazo de salida de una de las giras de reunión más esperadas –tal vez la que más– de la historia, la de los hermanos Gallagher; Birmingham, que despedía a los papás de la vía comercial del heavy metal, Black Sabbath, con todos los honores: prácticamente un festival con toda la plana mayor de melenudos en formato supergrupo acompañando el último tango de Ozzy Osbourne, Tommy Iommi y compañía; y Londres, donde Fontaines D.C. terminaban de convertirse en banda generacional en las Islas Británicas con un macroconcierto en Finsbury Park en el que han estado acompañados por KNEECAP, Blondshell, Cardinals, Been Stellar y Amyl And The Sniffers.
Han sido sin duda los grandes acontecimientos de un fin de semana en el que Reino Unido también ha celebrado el concierto de Dua Lipa en Wembley, el Gran Premio de Silverstone de F1 y unos apasionantes octavos de final del campeonato de Wimbledon, con un Djokovic y un Alcaraz espectaculares y tensión en el lado femenino pese a una también grandísima actuación de Sabalenka.
Para la facción experimental, ahí va también una recomendación reciente, el disco conjunto del londinense Cherrystones y los capos del sello –DDS– en el que ha editado sus trabajos más relevantes, el dúo de Mánchester Demdike Stare: “Who Owns The Dark?” es probablemente el experimento más amenazador y oscuro que han entregado cualquiera de los tres productores, un agujero negro de texturas desintegradas, un tapiz de girones noise, found sounds y compresiones opresivas, una misa de no wave en un entorno posapocalíptico; una sorpresa prácticamente inexcrutable.
Y ya por último, un par de avisos de cara al otoño y su abultado calendario de conciertos: en primer lugar, la banda mexicana Maldita Vecindad, fundamental del ska latino, celebrará cuatro décadas de trayectoria con dos fechas en nuestro país, el 4 de septiembre en La Riviera de Madrid y el 6 de septiembre en el marco del festival Vive Latino de Zaragoza; después, los héroes bostonianos de la conversión del hardcore en asunto de masas, Turnstile, están a punto de agotar entradas en Barcelona –Sant Jordi Club, 24 de noviembre– y Madrid –Palacio Vistalegre, 27 de noviembre–, así que si aún no te has decidido es el momento.