La pareja de moda sigue copando titulares a cada gesto, tanto en lo personal como en lo artístico. El último captado por toda la bancada digital es el videoclip de “VAMPIROS”, tema incluido en su EP conjunto de reciente publicación, “RR”.
Apenas tres semanas después del cacareado clip de “BESO”, la pareja formada por Rosalía y Rauw Alejandro regresa al ojo público bajo el impulso visual de “VAMPIROS”, clip rodado en la ciudad de Barcelona y Esplugues de Llobregat bajo las órdenes del solicitado realizador Stillz –joven talento que ya había trabajado con la cantante de Sant Esteve Sesrovires para la elaboración de otro videoclip: “Candy”– y con el apoyo logístico brindado por la productora Canada.
Sin recurrir a la galería de imágenes y vídeos de sus smartphones, como en su anterior propuesta do it yourself, la pareja se presta ahora a un vídeo de envoltura estilizada y ritmo acelerado que conceptualmente los presenta como un dúo de vampiros urbanos, con similitudes a los que dieron vida en celuloide Tilda Swinton y Tom Hiddleston en “Solo los amantes sobreviven” (Jim Jarmusch, 2013). Los encarnados por la pareja española-puertorriqueña se dedican a recorrer la noche barcelonesa, a la que dan punto y final relajándose en su lujosa guarida: un edificio singular del arquitecto Xavier Corberó (1935-2017).
La ciudad mediterránea y alguno de sus templos nocturnos más legendarios –no participaremos aquí indicando los lugares para no favorecer la masificación de estos– sirven de decorado para esta grácil correría de desenfreno hedonista. Rodado en 16mm con una cámara de seguimiento nerviosa y de eje inestable, exceptuando las escenas de amanecer en la casa, cuando la realización se apacigua, el trabajo del realizador colombiano-estadounidense se sirve de cierta iconografía y estética chupasangre registrada en la cultura popular a través del cine y la televisión. Desde la recurrente “Blade” (Stephen Norrington, 1998) o la ochentera “Jóvenes ocultos” (Joel Schumacher, 1987), pasando por la televisiva “True Blood” (Alan Ball, 2008-2014) o por referencias más libres como la mentada película de Jim Jarmusch. Bulle también la sombra del Polanski de “La semilla del diablo” (1968) y “El quimérico inquilino” (1976) en la recreación de ese trío de personajes de edad más avanzada que beben en una mesa ante la mirada intimidante de los dos vampiros. ∎