Floreciente metamorfosis.
Floreciente metamorfosis.

En portada

Fontaines D.C.

“Hay mucha esperanza en este disco”

Fotos: Alfredo Arias

03.09.2024

“Romance”, el cuarto álbum de Fontaines D.C., publicado a finales de agosto, es la apuesta más arriesgada de los dublineses. Pese a que siempre se han mostrado reacios a encasillarse, todos sus trabajos habían tenido una línea lógica en su progresión. Hasta ahora. Atrás han quedado la actitud combativa y las atmósferas más subterráneas. La digestión lenta de este álbum evaluará la metamorfosis.

C

abellos tintados, vestimenta colorista y un corazón en la portada de su próximo álbum. Las imágenes que llegaban vinculadas a Fontaines D.C. evidenciaban que algo estaba cambiando en la formación. Atrás quedaba el Dublín gris y los chicos con apariencia grunge. Con todo, era difícil de prever la mutación que llegaría con “Romance” (32 County Love Train-XL-Popstock!, 2024). Una banda prácticamente irreconocible, con un concepto alejado de todo lo que hasta ahora les había consagrado como un grupo de referencia. Nadie podía presagiar lo que se estaba cocinando en el estudio de un castillo de París en el que se gestaba su nuevo trabajo.

La percepción inicial y en distancia corta es que hay convicción en el nuevo rumbo. Que Fontaines D.C. no quería sacar un disco más y que la banda abogaba por dar un golpe en la mesa y no dejar a nadie impasible. Y que los diferentes miembros temían aburrirse y no arriesgarse a alcanzar un punto de inflexión, por mucho que eso implicase un riesgo. Guitarras acústicas, teclados, la espiritualidad como subtexto y un nuevo productor, James Ford, que tenía que materializar la nueva realidad.

El silencio prevalece en una azotea de Madrid, ciudad a la que se han trasladado varios componentes de Fontaines D.C. para explicar “Romance”. Conor Deegan, bajista, llega al emplazamiento con un par de moños y una camiseta que reivindica a su banda –la completan Grian Chatten (voz), Carlos O’Connell (guitarra y teclados), Conor Curley (guitarra) y Tom Coll (batería)– en unos tiempos ya pretéritos. Su carácter es tímido, pero acepta con amabilidad las preguntas que giran alrededor de la nueva identidad de los suyos. A mitad de la entrevista, dejará de responder en solitario.

Grian Chatten, Conor Deegan y Carlos O’Connell.
Grian Chatten, Conor Deegan y Carlos O’Connell.


¿Piensas que el nuevo disco puede polarizar a vuestro público?

Conor: Sí, puede polarizar. Creo que algunas personas se asustaron cuando vieron nuestra nueva sesión de fotos. Se sorprendieron por cómo iba la música. Creo que estamos consiguiendo nuevos seguidores, pero algunos de los más veteranos se lo están cuestionando un poco. Dicen: ¿Dónde está la vieja banda que tanto nos gusta?”. Están asustados por la forma en que vestimos ahora, nuestros dientes y todo eso. Pero creo que es hermoso que la gente se cuestione por qué les gustaba algo y reafirmarse o pasar a otra cosa.

La primera sensación puede causar un shock a los más habituados al sonido Fontaines D.C.

Conor: Buscábamos cosas que nos emocionaran. Llegamos a un punto en el que escuchábamos la misma música de siempre y estaba completamente muerta para nosotros. Todo resultaba muy aburrido. Intentamos dar con algo que nos conmoviera, que nos emocionara, para seguir encontrando el amor y la pasión por la música. Y, sinceramente, lo que más nos ha entusiasmado ha sido el hip hop, por los ritmos y la onda y lo guay que era. También nos dio pistas sobre cómo apoyar la voz de Grian. Creo que la transición fue fácil en ese marco.

¿De qué músicos estamos hablando?

Conor: Siempre escuchamos diferentes tipos de música. Y nos fuimos armando de valor para expresarlo a medida que avanzaban los discos. Por ejemplo, en nuestro segundo álbum empezamos a tener algo más de shoegaze y de viejas bandas como Suicide y su “Frankie Teardrop”. Ahora estamos en este mundo donde tenemos la confianza en nosotros mismos y nuestro productor para ir a por algo inspirado en el hip hop, en la vieja escuela, el boom bap, bandas como A Tribe Called Quest o Wu-Tang Clan.

Y habéis comentado alguna vez que también tuvieron algo que ver Sega Bodega o Shygirl.

Conor: Es cierto, pero esa inspiración tiene que ver con algo más espiritual. Ves a Shygirl en el escenario y la ves siendo extravagante pero queriéndose a sí misma. Ya sabes, todo es amor. Ella no se está riendo de sí misma, sino haciendo su arte de esa manera alocada. Y es muy inspirador.

En la canción que abre el disco cantáis: “Quizá el romance sea un lugar”. ¿Es un preámbulo?

Conor: Sí, totalmente. Es un reposicionamiento. Es un cuestionamiento de qué significa la palabra “romance”. ¿Dónde puede situarnos? ¿Es siquiera un sentimiento? ¿Es un lugar? Puede ser algo bueno o malo. Y también está la idea de que quizá el cuestionamiento y la incertidumbre sean importantes, el proyectar o no proyectar este romanticismo en nuestras vidas y la importancia de impulsarlo. Las diferentes canciones tienen diferentes aspectos del romanticismo o de perderlo o luchar por nosotros.


“Creo que estamos consiguiendo nuevos seguidores, pero algunos de los más veteranos se lo están cuestionando un poco. Están asustados por la forma en que vestimos ahora, nuestros dientes y todo eso. Pero creo que es hermoso que la gente se cuestione por qué les gustaba algo y reafirmarse o pasar a otra cosa”

Conor Deegan



¿Existe alguna vivencia personal detrás de todo esto?

Conor: No fue el punto de partida, pero sí el que unió las canciones. Teníamos un montón de ideas y canciones diferentes, tal vez cuarenta, antes de entrar en el estudio. Porque todos escribimos constantemente en la carretera, en las pruebas de sonido o las habitaciones de hotel, y hay un momento en el que traemos estas ideas juntas, las escribimos en una pizarra, vemos todas, trabajamos sobre ellas y vemos cuáles son buenas o malas, qué hace que sean interesantes y qué hace que funcionen juntas. Y en este álbum fue la idea de romance. En el último disco había como una Irlanda romántica que se había acabado y trasladaba la pregunta “¿dónde encajo en esta nación?”. Por ejemplo, Carlos canta en “Horseness Is The Whatness” y se cuestiona cuál es el sentido de la vida, porque él pensaba que era el amor. Y cree que tal vez podría ser otra cosa. Y suenan los latidos de su hija cuando estaba en el útero. Así que muestra que, a partir de esta incertidumbre en tu vida, puedes mirar a tu alrededor y preguntarte: “¿Qué puede ser la vida?”. Y puedes encontrar este significado.

¿Había una necesidad de mostrar una cara más amable, menos combativa, de Fontaines D.C.?

Conor: Yo diría que sí, pero hay canciones como “Starburster” que tienen momentos bastante polémicos.

Pero son puntuales, menos que en álbumes anteriores.

Conor: Tal vez vivimos en un mundo menos sombrío. Intentamos expandir nuestro sonido y se volvió más colorido, y eso inherentemente hace que las cosas parezcan menos sombrías. Y sí, creo que hay mucha esperanza en este disco. Era mucho más difícil luchar por la esperanza en nuestro primer disco y, por supuesto, en el segundo.

¿Estáis en un punto de no retorno? ¿Podéis recuperar el sonido previo?

Conor: Me gustaría volver a tener ese sonido. Pero, como digo, creo que no estamos atados a un sonido. Así que me gusta la idea de que algún día vayamos a hacer un álbum en el que solo haya instrumentos acústicos. Podría salir cualquier cosa, creo que podemos hacer álbumes siempre si no nos atenemos a un sonido. Me encantaría hacer un disco solo con canciones tradicionales.

Corazón irlandés.
Corazón irlandés.

Un nuevo sonido

La transformación de Fontaines D. C. es mucho más manifiesta cuando irrumpe Carlos O’Connell. El músico madrileño –nacido en Villanueva de la Cañada, de padre español y madre irlandesa; vive en el país materno desde hace más de un decenio– ha embadurnado su cabeza con un tinte que ha dejado un intenso color rosa como poso. También son coloridos los dijes que adornan su gruesa cadena. Parece estar celebrando su reciente paternidad. Le explica a Conor que el castellano es una de las diferentes lenguas que se hablan en el país en que nació. Ahora es él, mucho más locuaz, el que adquiere el protagonismo.

¿Cual es la responsabilidad del nuevo productor en el cambio que ha habido en vuestro sonido?

Carlos: Creo que lo que hace a James Ford realmente bueno es que es muy ordenado y organizado, así que crea sonidos similares y una energía. Y si tiene un propósito es estupendo. James puede dejar un espacio en el que podemos meter cosas. Así que el sonido se hace más grande o es el mismo pero con idéntico flow. Y de repente todo suena ordenado. Se ve la organización desde el principio y aparece un espacio que hay que rellenar, y luego la música comienza a ser mucho más amplia. Por eso es bueno, porque es capaz de mantener el orden. Creo que es muy difícil hacer eso.


“En nuestro segundo álbum empezamos a tener algo más de shoegaze y de viejas bandas como Suicide y su ‘Frankie Teardrop’. Ahora estamos en este mundo donde tenemos la confianza en nosotros mismos y nuestro productor para ir a por algo inspirado en el hip hop, en la vieja escuela, el boom bap, bandas como A Tribe Called Quest o Wu-Tang Clan”

Conor Deegan



Grabasteis tres discos con Don Carey, vuestro anterior productor, con una atmósfera muy diferente en cada uno de ellos. ¿Queréis hacer una progresión similar con James Ford?

Conor: No lo sé. No he pensado en eso, no creo que fuera una decisión consciente cambiar nuestro sonido. Simplemente sucedió de forma natural.

Carlos: Creo que estamos siempre escuchando música diferente y la compartimos con los demás, es constante. Y nunca hemos pensado en tener un sonido como banda. No tenemos miedo a hacer algo que no suene a Fontaines. A veces ha ocurrido que ha sonado algo que no nos ha gustado. Pero no tenemos miedo de hacerlo porque no permitimos que Fontaines defina el sonido.

En vuestros trabajos siempre hay un espacio para hablar de Irlanda. ¿Sucede en “Romance”?

Conor: Escribimos de lo que nos rodea. Y creo que hace unos años que no vivimos en Irlanda, así que quizá se pueda distanciar un poco. Pero no creo que lo irlandés sea algo de lo que podamos escapar. Sí, creo que incluso en “Starburster” hay una referencia a la GPO, la oficina de correos.

Carlos: La GPO es la Oficina General de Correos y en el edificio hay un montón de agujeros de bala por la revolución. Así que sigue habiendo referencias.

Hemos hablado de la influencia del hip hop, pero hay canciones como “Bug” que tienen algo de britpop.

Carlos: Yo personalmente no lo escucho. Bueno, supongo que Blur sí. Pero no me gusta Oasis.

Conor: Para ser honesto, en realidad me gustan menos a medida que pasa el tiempo. Simplemente no han crecido. Yo solía pensar que ellos y sus entrevistas eran tan cool, y esa actitud… Y estoy un poco más agradecido por lo que tengo ahora. Estar en su posición, en la que son multimillonarios y siguen siendo unos capullos, es como ¡vamos, tened un poco de perspectiva!

Las claves del romance.
Las claves del romance.


El año pasado Grian Chatten, lanzó su primer álbum en solitario. ¿Ha tenido alguna repercusión en vuestro nuevo disco?

Carlos: Creo que realmente lo ayudó a explorar y a tener más confianza. Creo que se puede escuchar en su voz, ha desarrollado un tipo de voz suave con la que coqueteaba en discos anteriores, pero que nunca había llegado a ser tan hermosa. Ahora se nota que conoce más su voz, que tiene mucho más control sobre ella. Eso viene de hacer ese álbum en solitario. Creo que está cantando de manera diferente en este álbum porque tiene la confianza suficiente.

También las guitarras son diferentes en este álbum.

Carlos: Hay muchas guitarras acústicas, yo estaba tocando mucho. Y por lo general, cuando tocamos en Fontaines en el estudio y la sala de ensayos, Grian nunca toca un instrumento, solo canta. Pero ha estado tocando mucho la guitarra acústica, así que eso le permitía estar preparado para desarrollar otro tipo de música. Pero tener ese ancla, más guitarras, los teclados, creo que funciona. Es más libre porque el sonido es muy bueno.

Los teclados tienen también un protagonismo inédito hasta ahora.

Carlos: He tocado sobre todo los teclados, no toco mucho la guitarra en el último disco. Estuvo genial, pero también fue un poco aburrido. Ha ocurrido así porque el año pasado no estuvimos de gira ni nada. Estaba en casa y cogí los teclados. No pensé que los iba a utilizar en Fontaines, pero al final ha ocurrido así. Ha estado bien y ha sido emocionante. Pero al cabo de un rato echaba de menos mis guitarras.

Conor: Creo que ha estado muy bien usar sonidos como el del mellotron. Desde que escuchamos el material de The Beatles de mediados de los sesenta y lo que hicieron con él… cómo ayuda a la transición entre todas estas secciones extrañas y a través de los estados de ánimo… Es un instrumento muy útil para eso.


“Estoy volviendo a escuchar todas las cosas que me gustaban cuando era adolescente: Nirvana, Alice In Chains y Deftones… Ahora mismo estoy realmente muy pillado con Badly Drawn Boy. Estoy empezando a escuchar mucha más música española. Y estoy obsesionado con Antonio Vega. Creo que es uno de los mejores letristas de la historia”

Carlos O’Connell



Debido a todos los cambios, ¿el proceso de grabación ha sido más duro?

Carlos: Creo que ha sido mucho más duro. Sí.

Conor: Estábamos tratando de ser más ambiciosos. En el pasado ensayábamos mucho las canciones y las grabábamos. No creo que ningún álbum nos haya llevado más de tres días grabarlo, pero esta vez nos llevó mucho más tiempo. También porque intentamos salir de ese sonido bonito y organizado en el que todo era inmaculado. Y lo hicimos en una especie de mansión espeluznante también, que lo hace más difícil.

Carlos: Fue mucho tiempo de grabación. Supongo que era más ambicioso, con más atención al detalle.

¿Teníais claro desde el principio cómo iba a ser?

Carlos: Había algunas cosas que estaban sin terminar. No sabíamos cómo iban a quedar las canciones terminadas, ni siquiera su estructura.

La última canción del disco, “Favourite”, es quizá la más optimista. ¿Queríais acabar proporcionando esa sensación?

Carlos: Realmente quería que el álbum terminara así. Ha sido agradable tener un viaje y luego acabar en un lugar amoroso porque te hace querer seguir adelante. Podíamos haber cambiado la estructura del álbum y acabar de forma más deprimente, pero así sientes que puedes pasar por todos estos momentos y, aun así, seguir adelante, ya sabes: “No te detengas”.

“Favourite”, clip realizado por Fontaines D.C.

¿Cómo crees que combinarán en directo las nuevas canciones con las antiguas?

Carlos: Creo que va a funcionar muy bien, la verdad,

Conor: Hemos experimentado. Quiero decir, ya hemos hecho dos giras con algunas de ellas.

Carlos: Tocamos “Starburster” y “Favourite”... Y “Romance” funcionará, la primera canción como una intro al show creo que va a ser bastante fácil, sobre todo porque tenemos un nuevo miembro que toca en vivo con nosotros.

¿Quién es?

Carlos: Chili, una amiga nuestra. Toca teclados y un poco de guitarra acústica para las nuevas canciones, pero también está haciendo cosas en las canciones antiguas. Así pueden sentirse en el mismo universo sonoro.

Muchas de las bandas de llamada crank wave se han distanciado en sus últimos trabajos de su universo más reconocible, formaciones como IDLES, vosotros o Black Country, New Road.

Carlos: No soy un gran fan de ninguna de ellas, tampoco tengo ningún problema, no hay beef. Pero no son mis bandas de referencia.


“Estoy pensando en un par de artistas más recientes que, para mí, son realmente inspiradores, han hecho un sonido que es a la vez nuevo y viejo: Rosalía y C. Tangana. Esos hermosos guiños, una especie de respeto al pasado con el que me relaciono en el sentido de cómo tratamos de honrar nuestra irlandad

Carlos O’Connell



¿Cuáles son entonces?

Carlos: Para ser honesto, en este momento estoy volviendo a escuchar todas las cosas que me gustaban cuando era adolescente: Nirvana, Alice In Chains y Deftones… Ahora mismo estoy realmente muy pillado con Badly Drawn Boy. Estoy empezando a escuchar mucha más música española. Y estoy obsesionado con Antonio Vega. Creo que es uno de los mejores letristas de la historia, es tan bueno como Leonard Cohen o Shane MacGowan; creo que está ahí arriba con Sinéad O’Connor. Y empecé a escuchar algo divertido, raro pero brillante, Massiel. Una canción, específicamente, que se llama “El amor”. Conseguí ese single de siete pulgadas en una tienda. Es raro componer una canción con ese nivel de emociones. Y estoy pensando en un par de artistas más recientes que, para mí, son realmente inspiradores, han hecho un sonido que es a la vez nuevo y viejo: Rosalía y C. Tangana. Esos hermosos guiños, una especie de respeto al pasado con el que me relaciono en el sentido de cómo tratamos de honrar nuestra irlandad.

Hubo un miembro de Fontaines D.C. que comentaba que aspiraba a que fuerais como Nirvana y tuvierais solo tres discos.

Carlos: Tú dijiste eso…

Conor: Lo que dije es que todas las mejores bandas tienen tres álbumes. Y creo que ese era mi objetivo. Y cualquier cosa después de eso sería un bonus. Para ser honesto, los tres primeros eran un reto y cualquier otra cosa me hace feliz. ∎

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