Un trabajo para
The Weeknd que capta inmediatamente la atención con los avisos parentales de “contenido explícito” y “violencia gráfica”. Tras la toma de precauciones se inicia un tour frenético, una escalada de violencia originada por unos atracadores que intentan fugarse con un cuantioso botín mientras dan esquinazo a la policía. Intercambio de disparos, ejecuciones, rehén, persecuciones, explosiones y un par de giros finales se dan la mano en una espiral de violencia, ruido y acción desatada. Aunque no es por la historia, reproducida en infinidad de thrillers criminales y cine
noir de toda época y condición, ni por una violencia explícita que no arrugaría el entrecejo de Ferrara, Tarantino, Refn y compañía. Es un punto de vista en primera persona (o cámara subjetiva) que asimila los códigos visuales de los FPS (Shooters) lo que distingue a esta pieza.
Una práctica que su director, el ruso
Ilya Naishuller, ha convertido en marca de agua de su estilo visual. Primero con el espectacular videoclip
“Bad Motherfucker” (2013) de Biting Elbows –banda en la que milita–, que se transformó en pieza viral gracias a ese visceral y espectacular estilo que captura toda la acción en un falso plano secuencia en cámara subjetiva. Un ejercicio que ha llevado a un paso superior con el largometraje “Hardcore Henry” (2015), la culminación de la estética del videojuego en el cine, y un esfuerzo que ya ha sido acogido en festivales del nombre de Toronto o Sitges.
Pese a que el envoltorio ya no resulta tan original ni impactante, a que su acción frenética y estruendosa desluce el componente sonoro al que sirven las imágenes y a que la materialización y desenlace del atraco es aún menos novedoso, “False Alarm” cumple con el encargo de generar ruido, y por ende visitas, de cara a promocionar el segundo single de este
nuevo LP del canadiense. ∎