“Anatomía de un instante” (2025) lo tenía difícil: narrar, una vez más, los hechos que propiciaron el intento de golpe de estado de 1981 en el Congreso de los Diputados. Un complejo momento de la historia de España en el que la democracia tuvo que recorrer un verdadero campo de minas. La serie, dirigida para Movistar+ por Alberto Rodríguez (Sevilla, 1971), está basada en el libro de 2009 de Javier Cercas, un ensayo que es ante todo un brillante análisis de una imagen, cuando las cámaras captaron un momento único: tres hombres que no se agacharon frente a las balas de los golpistas. Una instantánea que Cercas analizó minuciosamente, abriendo la imagen hasta hacernos comprender cómo esta se había producido. La adaptación televisiva, por su parte, abandona la forma ensayística y se centra en narrar, desde la muerte de Franco hasta el fallido golpe de Estado, la vida de estos tres protagonistas. Hablo del por entonces presidente del Gobierno Adolfo Suárez, del general Manuel Gutiérrez Mellado –era el vicepresidente– y del líder del Partido Comunista de España Santiago Carrillo, aquí interpretados por Álvaro Morte, Manolo Solo y Eduard Fernández.
“Anatomía de un instante” tiene algo pedagógico que se agradece, aunque la voz en off tienda a ser explicativa y reiterativa, como si no confiara en el espectador ni en la propia narración. Ni siquiera es un narrador con entidad propia, aunque al final entendamos, en un plano de unos segundos, que pertenece a un periodista sin rostro, un hecho anecdótico. A pesar de ello, la serie logra transmitir la inquietud y el miedo de una época marcada por el poder de los militares franquistas, los atentados de ETA –a la que apenas se menciona– o los asesinatos de la ultraderecha. Suarez es visto aquí más que como un héroe, cosa que se agradece, como un jugador de cartas que supo aprovechar sus bazas en el momento adecuado. Resulta sorprendente ver cómo el personaje se va deshinchando a partir del episodio tercero, cuando pasa su tiempo en un despacho sin contacto con el mundo. No se dan explicaciones claras respecto a ello y simplemente queda abandonado por la propia narración.
El verdadero protagonista es en realidad Gutiérrez Mellado, quien se jugó el cuello al traicionar a sus compañeros de filas y facilitar que los militares se tragasen la nueva democracia. Un personaje magníficamente interpretado que demostró una gran valentía al ayudar a liquidar la vieja guardia franquista. Por otro lado, “Anatomía de un instante” sorprende por el crudo retrato que ofrece de Juan Carlos I y su inacción durante el golpe. Un personaje antipático que corresponde con la imagen actual del exmonarca.
Aunque “Anatomía de un instante” esté lejos de series como “Exterior noche” (Marco Bellocchio, 2022) o las obras pioneras realizadas para televisión por Roberto Rossellini durante los años sesenta y setenta, supone un paso adelante a la hora de afrontar seriamente episodios de la historia de España atendiendo al contexto social y político, y no a las leyes dramáticas en las que solo importan los conflictos personales de los protagonistas. Tampoco recurre como otras series a personajes cool, a bandas sonoras cargadas con éxitos de la época o al abuso de colores chillones. En ese sentido, el trabajo de Alberto Rodríguez es meritorio. Esperemos que abra la puerta a una narración de episodios de la historia española de forma rigurosa y entretenida. ∎