En el ámbito de la literatura pop especializada en música, la historia oral es un formato recurrente y atractivo con varios trabajos ejemplares. “Por favor mátame. La historia oral del punk” (Legs McNeil y Gillian McCain, 1996), “Tenemos la bomba de neutrones. La historia nunca contada del punk de Los Ángeles” (Marc Spitz y Brendan Muller, 2001) o “Todo el mundo adora nuestra ciudad. Una historia oral del grunge” (Mark Yarm, 2011) son lecturas necesarias para cualquier aficionado a los libros musiqueros. Tanto como “Pequeño circo. Historia oral del indie en España” (Nando Cruz, 2015) o las todavía recientes “No sonamos mal. Crónica oral de la nueva escena indie de guitarras” (Dani Vega, Enrique Zamorano y Víctor Terrazas, 2024) y “Fiesta y rebeldía. Historia oral del rock radical vasco” (Javier Corral “Jerry”, 2025), si atendemos a la producción realizada en nuestro país.
Con “The Come Up. Historia oral del hip hop” (“The Come Up. An Oral History Of The Rise Of Hip-Hop”, 2022; Liburuak, 2025; la traducción es de Tito Pintado), el periodista estadounidense Jonathan Abrams suma una nueva aportación a este subgénero narrativo tras “All The Pieces Matters. The Inside History Of The Wire” (2018), tomo consagrado a los entresijos de la determinante serie televisiva “The Wire (Bajo escucha)” (David Simon, 2000-2008). Redactor en plantilla del prestigioso ‘The New York Times’, cabecera para la que cubrió información sobre la NBA durante años y en la que sigue trabajando como reportero especializado en deportes, Abrams asume la compleja misión de reunir en un solo volumen a muchos de los artífices de la ascensión del género que domina el juego en la música popular contemporánea a nivel global. Es un matiz a tener en cuenta porque la traducción del título al castellano sustrae ese rise del original, y el trabajo del autor, estructurado con criterio no solo cronológico sino también geográfico, abarca desde principios de los setenta hasta la primera década de este siglo y en Estados Unidos.
Partiendo del Bronx neoyorquino, Abrams traza su apasionante zigzagueo por el mapa de la Unión haciendo escala en Los Ángeles, Filadelfia, Long Island, Miami, Atlanta, Houston, Memphis, Nueva Orleans, el Área de la Bahía de San Francisco, Chicago o Detroit para recoger una imponente batería de testimonios que incluye a DJs, raperos, ejecutivos discográficos, promotores de conciertos, periodistas especializados, productores o mánagers. Detallar un índice onomástico que incluye a decenas y decenas de ilustres se antoja imposible, pero sepan que aquí van a leer declaraciones de Kurtis Blow, DMC, Grandmaster Caz, Russell Simmons y Faith Newman de Def Jam, miembros de The Bomb Squad, Kool Moe Dee, Cormega, Afrika Baby Bam, Monica Lynch de Tommy Boy Records, Ice-T, Monie Love, Paris, Ice Cube, Marley Marl, Daddy-O, Salaam Remi, Killer Mike, Young MC, DJ Nu-Mark, Peanutt Butter Wolf, Brother Marquis, Easy Mo Bee, Big Gipp y Khujo de Goodie Mob o Rhymefest, entre otros muchos.
Con sus valiosas aportaciones, también con mucha paciencia y no menos oficio, el autor compone un enorme puzle de 600 páginas que ofrece visión panorámica sobre el nacimiento y desarrollo del género en Nueva York y alrededores, aportando claves de carácter social y material a la misma. También nos ayuda a comprender mejor su expansión por todo el país y los elementos específicos del sonido que aportó cada escena local, con prolijas paradas en las de California y el arco sureño, explicando, en definitiva, su tránsito desde el territorio de la subcultura underground al ámbito del consumo mayoritario global.
Habrá quien eche en falta nombres –imposible convocar a todos– o quien afee la escasa atención dedicada a según que fenómenos –por ejemplo a Wu-Tang Clan–, pero estamos ante un libro que propone un recorrido lo suficientemente estimulante como para seguir ahondando en el asunto, por ejemplo con lecturas complementarias tan recomendables como el colosal ensayo “Generación Hip-Hop. De la guerra de pandillas y el grafiti al gangsta rap” (Jeff Chang, 2005). ∎