Fred Gibson, alias Fred again.., sigue estrujando su momento, esa racha de inspiración y creciente popularidad que lo ha visto pasar de productor y compositor pop medio anónimo a estrella capaz de liderar macrofestivales, Reading y Leeds incluidos; primera figura de la música de baile que los encabeza en la historia.
“ten days” es, ahí queda eso, su quinto álbum en tres años; uno de ellos, además, cofirmado con Brian Eno, al parecer antiguo vecino de sus padres. A esos discos largos hay que añadir el recopilatorio “USB” (2022), de lo mejor que ha publicado: la versión más nocturna, sudorosa y fantasmagórica de un sonido nunca exento de melancolía subyacente, de acordes menores con resultados mayores.
Puede que en el posterior “Actual Life 3 (January 1 - September 9 2022)” (2022) empezara a asomar la sospecha de la redundancia –la combinación de samples cotidianos y producciones épicas ya no sorprendía–, pero el estupendo “ten days” invalida los peores comentarios hater a base de producciones depuradas y una indiscutible capacidad emotiva.
El marco conceptual resulta bastante reconocible: hablamos, de nuevo, de un disco en forma (más o menos) de diario, sobre (así es) diez días y los momentos felices o menos felices que los definieron. Y también encontramos algunas, digamos, grabaciones de campo de su “actual life”, esta vez para dar forma a pequeños paréntesis. Pero “ten days” muestra al artista emergiendo de su propia sombra, buscando nuevas formas de esculpir sus llamadas al hedonismo más melancólico posible.
Quizá nunca ha sonado tan luminoso como en la casi inaugural “adore u”, con la participación vocal de Obongjayar, especie de revisión house del “I Wish It Was Me” de aquel. Ese sample de Prince Markie Dee (del “Stick ‘Em” de Fat Boys, para ser precisos) redirige fluidamente la mezcla hacia el hip hop en un puente violentamente feliz. Obongjayar no es la única luminaria invitada a la fiesta: una de las sorpresas de “ten days” es que haya menos voces anónimas y más estrellas, caso de Sampha, que se acerca más que nunca al pop en “fear less”; el ubicuo Anderson .Paak, espléndido y ágil en la drum’n’bass “places to be”, o SOAK, especie de Aidan Moffat realmente romántico en una “just stand there” más hablada que cantada. (También suena la gran Emmylou Harris, pero vamos a ignorar ese fallido intento de country sintético que es la remezcla de “where will i be”, del álbum de 1995 “Wrecking Ball”).
En las sempiternas redes, algunos quieren estropear el momento a Gibson haciendo consideraciones innecesarias sobre su (alta) clase social y tildándole (de forma peyorativa) como versión dance de Coldplay. Son comentarios que se revelan inútiles, sobre todo, escuchando un par de extractos de “ten days”. El primero es “ten”, con la revelación emo-R&B Jim Legxacy empujada a la pista de baile sin consideración. Y el segundo es el final “backseat”, conjuro de magia blanca compuesto de aparentes samples del “Sunshine Baby” de The Japanese House y elementos de un antiguo tema de Scott Hardkiss (el icono de la escena rave de San Francisco) con el alias God Within: “Infinitely Gente Blows (Aural Hallucination Mix)”. Negar el valor de estas producciones sería una irresponsabilidad moral. ∎