Una de las mayores críticas que recibió el considerado por algunos medios mejor disco del año, “Renaissance”, de Beyoncé, fue que la Knowles se apropiaba de una lucha y una cultura, la reivindicación de lo queer y la escena de las ballrooms, que le era ajena. No ha sido la primera que lo ha explotado (lo hizo, por ejemplo, Madonna con su “Vogue” en 1990), pero es cierto que esperó a que todo el movimiento cobrase una nueva esfera de influencia gracias al trabajo bien hecho de la serie de Ryan Murphy “Pose” (2018-2021) o el reality de HBO “Legendary” (2020).
Esperábamos que este debate ya estuviese superado, pero cabría preguntarse qué pensarán estos guardianes de la corrección política y promotores de las olimpiadas del oprimido del nuevo álbum de Honey Dijon, productora de dos tracks del LP de Bey, además de remezcladora de su single principal, “Break My Soul”. ¿Está suficientemente legitimada una DJ nacida precisamente en la meca del house, Chicago, de piel negra, transexual y defensora de los derechos LGBTQ+, y que se curtió en el más estricto underground por mucho que ahora forme parte de la realeza de la dance music, encabece festivales pinchando para decenas de miles (los mismos ceros que cobra por sesión) y produzca para, ejem, una supuesta illuminati? Su respuesta me la trae al pairo porque la nuestra la tenemos clara: por supuesto que sí, reina.
“Black Girl Magic” es el segundo álbum de Honey Dijon, de nuevo lanzado bajo el paraguas de Classic Music Company, el sello de Derrick Carter y Luke Solomun, este último actuando también como coproductor. Cómo no, la DJ aprovecha aquí para poner en el foco una nueva generación de personas queer y de color con la intención de “mantener la cultura en la conversación”. Son hechos más que palabras: por el disco desfilan sospechosos habituales, como el gurú del Chicago house Mike Dunn, nuevos favoritos del underground como Channel Tres, alborotadoras drag como la superestrella carioca Pabllo Vittar…
En total, quince tracks de ambrosía house, y en cada uno de ellos hay al menos un vocalista invitado, reforzando la idea global de que este es, sin lugar a dudas, el lanzamiento más celebratorio y orgulloso de Honey Dijon. En definitiva, un testamento de lo que significa ser negro y queer y de la felicidad que irradian por ello en la pista de baile. En “Black Girl Magic” los hitos se suceden constantemente, como por ejemplo cuando consigue reconvertir a Eve, icono femenino rap de la época Y2K, en diva house en “In The Club”, con unos bajos que atronan. O en “Show Me Some Love”, Sadie Walker y Channel Tres compiten entre gemidos y energía calenturienta para ver quién tiene más confianza en sus posibilidades carnales.
Son sin duda los rastros de influencia de referentes indiscutibles para Honey Dijon, como el “From The Mind Of Lil Louis” (1989) de Lil Louis y el “Tourism” (1998) de Danny Tenaglia. Pero la DJ también ha querido recalcar que “Black Girl Magic” se nutre de la introspección y la necesidad de revindicación social y racial surgida por los confinamientos y el estallido de agitación civil que provocó el asesinato de George Floyd. Por ejemplo, Kameelah Waheed reflexiona en poesía spoken word sobre las diferentes formas de amar, incluida la que encontramos en la música (“el amor del DJ me ayudó a sobrevivir”). Y en “Not About You”, Hadiya George nos recuerda que estamos en esta juntos y que nos dejemos de egoísmos (“No va de ti, no va de mí: va de nosotros”). Esto es un espacio seguro e inclusivo en la forma de himnos hedonistas high energy que van a mantener las pistas de baile chorreando sudor por unos cuantos años. ∎