M83

“Fantasy” da comienzo con unos acordes suspendidos de guitarra acústica. Son los de la instrumental “Water Deep”. Rápidamente, un suave manto sonoro cubre el espacio con sintetizadores atmosféricos, pensemos que analógicos, y trémolos de guitarra eléctrica que te lanzan hacia los inicios del dream pop. Tras este chapuzón iniciático, emerges a la superficie como en un videojuego para descubrir de pronto otro mundo, la ciudad resplandeciente de Obi Wan Kenobi y Qui-Gon Jinn en las profundidades del planeta Naboo, o el cinemascope de “20.000 leguas de viaje submarino”. “Beyond Adventure” es el lema del single digital, o no-single, “Oceans Niagara”. De momento, una de las mejores canciones del año apoyada en imágenes por el estupendo videoclip que ha dirigido Yann Gonzalez, el también talentoso hermano mayor de Anthony.

No puede haber aventura más libre que la interpretación de una música. Pero Gonzalez nos presenta a su alienígena de látex, horrible y entrañable, como salido de una secuela B de “Stranger Things”, o quién sabe, de la misma galaxia Messier 83, el Molinillo Austral de la lejana constelación de Hydra, para facilitarnos un poco las cosas con sus metáforas maravillosas. La magia consiste en transformar ese mundo interior que Gonzalez ha venido modelando durante más de veinte años en algo musicalmente tan apabullante como “Fantasy”. Un logro discográfico tardío y desacomplejado, curiosa maduración retrofuturista de una propuesta con antecedentes detectables: la poción mágica contiene pizcas de Wagner, Neu!, Moroder, Vangelis, Heldon, New Musik, Cocteau Twins, The Stone Roses, Underworld o Panda Bear. En el fondo, todos emparentados y llevados a un punto óptimo de cocción, una especie cumbre esférica de eurodisco, prog-synth y ambient-pop. Y sin necesidad de saltar al hiperespacio.

En lo formal, M83 no es que haya evolucionado espectacularmente desde discos como “Before The Dawn Heals Us” (2005) o el exitoso “Hurry Up, We’re Dreaming” (2011). “Fantasy”, su noveno álbum, concebido durante la pandemia y registrado entre Antibes, su ciudad natal terrícola, y Los Ángeles, simplemente supera cualquier expectativa con su combinación feliz de enfoque conceptual –también visual–, grandes canciones –como “Laura”, o “Kool Nuit”, cantada por Kaela Sinclair– y una abigarrada producción que sabe intercambiar saturación por intenso sabor. Este músico francés de cuarenta años confiesa albergar poco aprecio por la realidad exterior y no lo juzgamos mal por ello. Al contrario, es pura valentía políticamente incorrecta blindada con un indiscutible aporte a la comunidad global, quizá la de heroicos teen-freaks capitaneados por una criatura galáctica que, según nuestros informes, es el mismo Gonzalez, aunque podría ser cualquiera de nosotros, el “otro” derridiano, “Us And The Rest”. “Fantasy” lo tiene todo, y mejor que nunca: distinción, emoción, inmersión, alucinación, pasión, evasión. Y llega en el momento justo. ∎