Colorida ampliación del campo de batalla para la mallorquina Maria Hein: variedad de ritmos, de texturas y de enfoques en un segundo disco que tiene mucho de ese precoz crecimiento que muestran algunos/as de sus compañeros/as de sello. De lo acústico a lo electrónico, de lo austero a lo florido, de lo tradicional a lo contemporáneo. Se nota que están Ferran Palau y Sr. Chen a los controles. Músicos y productores inquietos ambos. Con el oído atento. Alérgicos a la foto fija. Siempre en movimiento. Si uno siente la necesidad de desmarcarse del propio sello personal que ha ido imprimiendo (a fuego lento) a sus discos y el otro sigue haciendo girar su rueda pop con un olfato y una concreción que no andan muy lejos de Alizzz (y que ha transitado de los patrones polirrítmicos de Pharrell Williams o Timbaland a un sonido mundialista que remite a Gorillaz), la ecuación resultante bien podría ser lo que aquí confluye: una diversidad de cadencias y de coloraciones que se pone al servicio del lirismo de la compositora de Felanitx, ya evidente en aquel prometedor debut que fue “Continent i contingut” (2021). Se adivinaba este giro ya en “Club” (2023), su anterior single, junto a Julieta.
Quizá lo que gana en disparidad de tintes y en contemporaneidad se pierde (algo) en insularidad, al menos esa que nos parece advertir a quienes identificamos la delicadeza de algunas propuestas (pienso también en Maria Jaume, en quien también se adivinaba el influjo indefinible de Maria del Mar Bonet), quizá desde una visión tópica y romantizada –quién sabe– de lo que es la música balear para quienes no vivimos allí. Este no deja de ser un giro, si no radical, sí muy considerable.
Tan solo dos baladas al piano, las que abren y cierran (“ES PERFIL D’ES TEU COS” y “TANTES COSES A DIR-TE”, esta con Socunbohemio), podríamos imaginar formando parte de su debut. Y tampoco de forma muy clara. En cualquier caso, el arsenal melódico resplandece. Sin aquella finura, sí. Pero con rotundidad. “MERCURI I MART” es una irreprochable pieza de synthpop (casi) perfecto a lo The Postal Service. Liviana y pegadiza. “FIU FIUUU” recuerda a PinkPantheress y esos destellos de música para videojuegos, que –intuyo– podrían justificar el apunte a la estética kawaii de su hoja de prensa. El Auto-Tune y los sísmicos subgraves de “SA PELL MA TORNA BLANCA” la acercan a Marina Herlop, mientras la sombría “SOLITUD”, entre la síncopa R&B y la neblina del witch house, podría casar con lo que hace su compañera de sello Iris Deco.
Lo más impactante es “CANSADA DE TU”, seductor pop electrónico que deriva en un final, gracias a la presencia de Rita Payés, en forma de copla (¿o es una habanera?), con unas guitarras acústicas que cuesta escuchar a lo largo del resto del disco. La narrativa del disco está clara, en torno a las distintas fases de una relación sentimental (Rosalía o Queralt Lahoz han seguido un patrón similar en sus últimas entregas), y bienvenido sea el desdén por el inmovilismo, pero parece más un disco de producción, de arquitectura sonora en primer plano, que de pura composición o mero songwriting, a tenor de la amplia distancia que lo separa de su predecesor. Como si el continente oscureciera el contenido, negando la ambivalencia del título de su debut. Quizá solo sea un prejuicio de quien firma esto, pero uno esperaba una progresión más gradual. ∎