Por sorpresa, sin previo aviso, se completa la trilogía discográfica de Mr. y Mrs. Carter, esa relación cuyos más recientes vericuetos han sido parte de la cultura popular: los ricos también lloran. Después de la acusación pública de infidelidad formulada por Beyoncé en el rabioso
“Lemonade” (2016) y del mea culpa entonado por Jay-Z en “4:44” (2017), llega la escenificación definitiva de una reconciliación que parece sincera o, al menos, rentable.
“Everything Is Love” cierra esta especie de
meet & greet por fascículos que, en parte, ha humanizado a la pareja.
“Tengo problemas reales como tú”, suelta Beyoncé en
“BOSS”. Los problemas reales de alguien que es capaz, eso sí, de
cerrar el Louvre para rodar el videoclip que acompaña al explosivo single
“APESHIT”: pocas maneras más efectivas de denunciar esa tiranía caucásica impuesta históricamente en el arte, ya señalada por Jay-Z en aquel
“Watch The Throne” (2011) que lanzó con Kanye West (
“put some colored girls in the MoMA”, reclamaba entonces en “That’s My B**ch”).
Por encima de su marido, de la Mona Lisa –plasmada en la portada–, de polémicas con Spotify (
“NICE”), por encima, en realidad, de todo, emerge la colosal figura de una Beyoncé (
“it’s Beyoncé, nigga, oh my god”, resume Jay en
“HEARD ABOUT US”) que canta como siempre y, sobre todo, rapea como nunca en este disco que, más que una formal renovación de votos, termina pareciendo el baile posbanquete nupcial:
The Carters invitan a barra libre de hip hop, soul, trap, bass music y, en definitiva, pop de plena actualidad. ∎