Álbum

The Lemon Twigs

A Dream Is All We KnowCaptured Tracks-Popstock!, 2004

¿Es posible que The Lemon Twigs sean auténticos? Definitivamente lo son. Aunque parezca que están reinventando la rueda con un nuevo género musical, su encanto radica en su capacidad para refrescar lo conocido y hacerlo sentir nuevo. Los hermanos Brian y Michael D’Addario son originarios de Hicksville, Long Island, y ahora residen en Nueva York. Irrumpieron en la escena con “What We Know” (2015), un lanzamiento en casete limitado a 100 copias, detalle que mostraba ya cierta vanidad. Oficialmente, su álbum de debut fue “Do Hollywood” (2016). Su música se eleva como audaz experimento que fusiona la psicodelia de los años sesenta con la extravagancia teatral de los setenta, todo envuelto en una estética visual que combinan con sus peinados excéntricos, los pantalones de bengala y gafas de sol teñidas de rosa. Parece que se hubieran quedado atrapados en el metaverso a través de un malabarismo temporal que los sitúa constantemente entre los sesenta y setenta.

A la hora de editar su nuevo trabajo no se han andado con rodeos: “A Dream Is All We Know” es la continuación del notable “Everything Harmony” que publicaron hace justo un año y nos permitió charlar con ellos. Se recomienda escuchar primero este disco, ya que sería como comenzar una serie de televisión directamente en su segunda temporada. Su sonido sigue tomando influencias clásicas y hurtando de The Beatles, Simon & Garfunkel, The Beach Boys, Big Star o Todd Rundgren –tanto Jody Stephens, batería de Big Star, como Rundgren colaboraron en su disco “Go To School” (2018)–, por nombrar algunas.

Repasemos ahora el dogma establecido por el dúo neoyorquino en esta nueva obra. Hablemos primero de la atmósfera melódica antediluviana y cándida en temas pop como “Church Bells”, prácticamente una parodia al estilo de los Beatles, o “They Don’t Know How To Fall In Place”, con una melodía principal que persiste siempre, en todas partes y al mismo tiempo durante sus tres minutos y medio. En este combo entraría también Sweet Vibration”, la canción más Beach Boys de todas. Las influencias de la banda californiana se ciernen además sobre los alegres arpegios de la pista de apertura, “My Golden Years”.

La nostalgia desliza como una sombra sobre la quietud en la melodía de “A Dream Is All I Know, canción que trata sobre la impermanencia y la naturaleza onírica de nuestra vida cotidiana. Lo hace también “In The Eyes Of The Girl”, coproducida por Sean Ono Lennon, y en “Ember Days”, en la que nos parece escuchar a Burt Bacharach. Por otro lado, las dulces voces de los hermanos D’Addario se hacen evidentes cuando el tempo enciende el pop-rock de “How Can I Love Her More?” y “Peppermint Roses”; esta última quizá sea la canción más incómoda del disco, fusionando un rock más acerbo con ciertos sortilegios turcos.

Gustan especialmente la ardiente “Rock On (Over And Over)”, que parece una versión juvenil de los Eagles. Pero la palma se la lleva “How Can I Love Her More”, con sus versos guiados por el theremín y sus voces inquietantemente wilsonescas.

La excelencia de este disco es innegable: la composición nunca se despega de los clásicos, es profundamente conmovedora y viene cargada de sonidos-dinamita. Representa, sin lugar a dudas, el cenit creativo de The Lemon Twigs. Si aún no te has rendido ante el encanto de esta banda, tal vez sea el momento de plantar ramitas de limón en tu jardín de melómano. ∎

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