Calientes y a lo loco.
Calientes y a lo loco.

En portada

bar italia

Se sirve la quinta ronda

Fotos: Rankin

14.10.2025

El trío británico solo ha necesitado un lustro –muy bien aprovechado: cinco álbumes y muchísimos conciertos en su haber– para establecerse entre los favoritos de la parroquia independiente –facción guitarras– y convertir la publicación de su nuevo álbum –“Some Like It Hot” sale este viernes, y es brillante– en algo bastante parecido a un acontecimiento.

U

nas semanas antes del lanzamiento de “Some Like It Hot” (Matador-Popstock!, 2025), nos citamos con bar italia en el Inhala Hotel Garden, en pleno centro de Madrid. El trío londinense formado por Nina Cristante (voz), Jezmi Tarik Fehmi (guitarra y voz) y Sam Fenton (guitarra y voz) llega este viernes con su quinto disco listo para servirse en barra. Antes ya habían despachado una ronda doble con “Tracey Denim” y “The Twits” (los dos publicados en 2023 por Matador), que se sumaron a los primeros tragos de culto “Quarrel” (2020) y “bedhead” (2021), ambos en el sello World Music. Una carta de bebidas que va del grunge 3.0 al nightmare pop, con toques de britpop torcido y folk lo-fi. O como ellos mismos han decido llamarlo: puramente “rock’n’roll”.

bar italia es un nombre heredado de un café del Soho de Londres, pero también un juego perfecto para describirlos: un local siempre abierto donde nunca sabes qué vas a encontrarte. Tenemos bocetos caseros y canciones de calibre hollywoodiense, vídeos que parecen tráileres de una peli underground o conciertos que lo mismo te llevan al pogo que a un silencio absoluto.

Con más de 160 directos en dos años, han pasado de banda esquiva –sin fotos, sin entrevistas– a conjunto musculoso capaz de incendiar festivales y agotar varias noches seguidas en Nueva York o Los Ángeles. Los buscamos en Madrid para hablar de todo esto y lo hicimos justo antes de que regresen a España en octubre con dos citas de brindis: el 23 en La (2) de Apolo en Barcelona y el 24 en la sala MON de Madrid.

Sam Fenton, Nina Cristante y Jezmi Tarik Fehmi.
Sam Fenton, Nina Cristante y Jezmi Tarik Fehmi.

El disco se titula “Some Like It Hot” (“Con faldas y a lo loco”, la versión en español), como la película de Billy Wilder, una elección que bien merece explicación...

Sam: Cuando escuchamos ese título sentimos inmediatamente que era el adecuado. Tenía un estilo directo, un efecto instantáneo. No estábamos pensando en la película en sí ni en lo que pasa en ella, sino más bien en su lugar como referencia cultural. Fue más una cuestión de vibra, de asociación inmediata, no tanto un significado literal.

Vuestro sonido ha pasado de casi bocetos caseros a algo mucho más amplio, más cercano a una escala hollywoodense. ¿Cómo se ha dado esa evolución?

Jazmi: En un sentido práctico, se debió a las oportunidades que tuvimos. Antes componíamos en un dormitorio, con lo que teníamos a mano, y ahora trabajamos en estudios con otro tipo de herramientas. Pero si tuviéramos que volver a hacer música en una habitación ya no sonaría como entonces, porque las circunstancias, el momento y el conocimiento que tenemos ahora son distintos. Y del mismo modo, si hubiéramos estado en un estudio en aquella época, tampoco habría sonado como ahora. Nunca pensamos en términos de “vamos a sonar más grandes”, simplemente surgió: ¿vamos al estudio esta vez?, ¿probamos esto ahora? Era lo que teníamos enfrente, las posibilidades que se nos ofrecían.

¿Qué lugar creéis entonces que tiene este álbum en vuestra trayectoria? ¿Ruptura, síntesis o un nuevo comienzo?

Nina: En cierto modo, todo lo que mencionas está pasando al mismo tiempo. El disco nos llevó un año de trabajo y en ese período vivimos de todo: nuevos comienzos, finales, cosas que iban bien, otras que no tanto. Todo eso está dentro del álbum.

A la hora de componer, teniendo en cuenta que nunca se sabe quién va a cantar la siguiente estrofa ya que os alternáis, ¿cómo decidís quién y cuándo?

Sam: Cuando estamos escribiendo tenemos secciones instrumentales, y muchas veces todavía no están completas. Puede que falten las baterías o el bajo. Pero en cuanto alguien tiene una idea vocal para esa parte, la graba, aunque sea solo un primer boceto. A partir de ahí vamos construyendo la canción. Nos vamos turnando para grabar nuestras voces y después la estructuramos.

¿Nunca escribís para el otro?

Sam: Cada cual escribe su propia parte vocal, nunca escribimos lo que otro va a cantar.


“En cuanto alguien tiene una idea vocal para esa parte, la graba, aunque sea solo un primer boceto. A partir de ahí vamos construyendo la canción. Nos vamos turnando para grabar nuestras voces y después la estructuramos”

Sam Fenton



Para este disco grabasteis en México. ¿Cuál fue el motivo de hacerlo allí en Panoram Studios?

Sam: Teníamos un concierto en el festival Corona Capital, en diciembre, y nos pareció un buen lugar para quedarnos un poco más. Queríamos terminar el disco y alguien nos recomendó Panoram, que es un estudio precioso, increíble. Así que decidimos trabajar allí. No sabíamos cuánto nos iba a gustar ni lo inspirador que iba a ser, pero resultó ser un sitio perfecto. Al final terminamos el álbum allí.

Es el momento de hablar de vuestras canciones. En “Cowbella” aparece una mujer misteriosa, un retrato que parece casi una obsesión. ¿Es una mujer real?

Nina: En realidad, cuando escribí esa letra no lo sentí como una obsesión. Estaba pensando mucho más en las giras. La mujer de la canción la vi una sola vez, en un desayuno, cuando estábamos de paso entre una ciudad y otra. No le vi la cara, solo la parte de atrás y el pelo largo. Y a partir de ahí escribí un poema. Luego empecé a especular sobre todas las cosas que podrían haberla llevado a estar sola, desayunando en medio de la nada. No es tan habitual ver a mujeres de cierta edad solas en un lugar así. Además estaba nevando fuera, lo que ya lo hacía muy cinematográfico. Yo, que soy italiana, estaba en mitad de la nada en Estados Unidos. Fue más un juego: partir de un par de segundos y expandirlos hasta crear toda una trama.

El vídeo musical de “Cowbella” es una locura, aún no lo entiendo. Es claustrofóbico, con habitaciones y situaciones ambiguas. ¿Cómo surgió la idea?

Nina: No lo dirigimos nosotros. Lo hizo nuestro amigo artista Ben Schumacher con su hermano Luke y Aidan Pontarini. Fue la primera vez que dejamos el control y le pedimos a otra persona que se encargara de dirigir un vídeo. En principio no estaba pensado que nosotros fuéramos el centro de la trama, pero al final ellos querían que actuáramos y terminó siendo así. De hecho, hay grabado un vídeo de una hora que todavía no se ha publicado. El argumento es muy complicado… A veces pensamos que lo que salió a la luz es casi un tráiler de todo lo que rodaron.

El video de “rooster”, en cambio, no tiene nada que ver. Vosotros solos tocando en una habitación...

Sam: Nunca habíamos hecho un vídeo en el que apareciéramos tocando como banda. Y todos tenemos en mente ejemplos de vídeos que nos encantan en los que pasa eso. Sabíamos que en algún momento íbamos a tener que hacerlo. Yo, personalmente, tenía miedo de hacerlo en el momento equivocado, pero cuando surgió la oportunidad pensamos que era la forma adecuada, que podíamos hacerlo de una manera divertida. Y así salió.

“rooster”. Dirigido por Simon Mercer y bar italia.

Uno de los temas más impactantes es “Marble Arch”, donde se mezclan imágenes muy duras, como un suicidio, pero luego tiene un ritmo juguetón. ¿Cómo trabajáis ese contraste?

Sam: La canción empezó con ese ritmo juguetón, con esa base un poco descarada, y luego a partir de ahí surgieron las letras. Muchas veces nos sale de manera natural escribir la letra en dirección opuesta a la sensación que da la música. Quizá porque, en cierto modo, nos produce hasta rechazo la idea de acompañar un ritmo alegre con una letra igualmente alegre. Preferimos contradecirlo.

Nina: Hay una tradición muy fuerte de hacerlo: en el blues, en el country… todo el mundo lo hace. Dicen cosas intensísimas sobre una música que parece todo lo contrario. No es que lo inventáramos nosotros, está ahí desde hace tiempo.

En “Fundraiser” parece haber una crítica a la fama. ¿De dónde salió esa rabia?

Sam: Personalmente, yo no me sentía lo bastante famoso como para criticar la fama. Quizá desde fuera pueda parecer eso, pero yo no lo estaba pensando así (ríe).

Jazmi: Yo sí lo estaba pensando. Para mí sí que había algo de crítica a esa idea de la fama, incluso con un punto de “fama acosadora”, por decirlo de alguna manera, y si no hubiera estado hablando de eso, entonces sería un escenario muy extraño. Así que, sí, en mi caso había esa intención.

Nina: Nunca decimos “vamos todos a escribir sobre este tema”. Cada cual escribe lo suyo con total libertad. Por eso es curioso escuchar lo que la gente interpreta después.

El aspecto visual de la banda resulta muy llamativo. He visto que habéis expuesto también vuestros propios dibujos. ¿Cómo de importante es para vosotros?

Nina: Siempre nos ha gustado ocuparnos de esa parte. Lo hemos hecho durante bastante tiempo nosotros mismos, y no solo por conveniencia, sino porque realmente disfrutamos pensándolo juntos. No tenemos exactamente la misma visión, y eso es lo interesante: a veces yo me conformaría con una idea, pero los otros dos la cuestionan y eso nos obliga a llevarlo a otro sitio. Esa tensión hace que al final el resultado sea una combinación real de nuestras ideas. En realidad pasa lo mismo que con la música: es un trabajo de colaboración en el que cada cual aporta algo, y esa mezcla es lo que define la estética final de bar italia.


“A veces yo me conformaría con una idea, pero los otros dos la cuestionan y eso nos obliga a llevarlo a otro sitio. Esa tensión hace que al final el resultado sea una combinación real de nuestras ideas”

Nina Cristante



Al principio había mucho misterio en torno a la banda, y ahora, con tanta gira y algunas entrevistas, la exposición es mucho mayor. ¿Cómo vivís ese cambio?

Nina: Al principio pasaron dos años sin que tocáramos en directo, y además estábamos en un sello como World Music, que es conocido por Dean Blunt y por ser muy críptico, poco dado a la exposición. Eso nos asoció automáticamente con una cierta idea de misterio. Luego empezamos a tocar en directo, pero todavía no había demasiada demanda de entrevistas. Con la firma con Matador y las giras todo cambió. Empezaron a llegar y nosotros mismos sentimos que ya teníamos la experiencia suficiente como para hablar de cosas que podían ser interesantes. Al principio todo era siempre la misma historia y ahora en cambio surge de forma natural. La exposición vino sola, como parte del proceso.

Luego está todo el tema de las etiquetas. De repente unos dicen que sois post-punk, otros que sonáis shoegaze, britpop, etc. ¿Con cuál os sentís más identificados?

Jazmi: Entiendo que haya una necesidad humana de categorizar y subcategorizar, pero personalmente prefiero ampliarlo y quedarme con rock’n’roll. Creo que ese paraguas lo abarca todo mejor que términos más pequeños como post-punk. Para mí, rock’n’roll describe mejor lo que hacemos.

Habéis hecho 160 conciertos entre 2023 y 2024, ¿qué habéis aprendido?

Sam: Cuando empezamos a tocar en directo éramos bastante inexpertos. Al principio hay muchas cosas que no suenan bien, que sientes que están mal, y tienes que aprender a solucionarlas. Poco a poco vas entendiendo cómo hacerlo y, al mismo tiempo, hay momentos mágicos en los que sientes una conexión increíble con el público y el sonido funciona de forma casi perfecta. Con el tiempo aprendes qué cosas generan una buena reacción y qué elementos hacen que tú mismo te sientas bien en el escenario.

¿Cómo diríais que se transforma vuestra música en un festival como Glastonbury o Coachella frente a una sala pequeña?

Jazmi: Es muy distinto, porque en los festivales no siempre tocas para gente que viene específicamente a verte. Muchas veces son públicos mezclados y eso cambia la relación con el ego. Si en un club, como cuando tocamos en Madrid, la mitad de la sala se fuera a mitad del set, nos sentiríamos fatal. En un festival es normal porque quieres ver varios conciertos y cambias de escenario. Yo mismo lo hago. También hay más ruido, más distracciones, es de día y ves con mucha más claridad lo que hace la gente. Todo eso afecta a cómo recibes lo que pasa.

Sam: Además, las canciones toman otra personalidad en ese contexto: algo íntimo puede sonar como un himno, o al menos esa es la sensación. Así que lo positivo es aceptar ese carácter distinto y apoyarse en él.

Emergiendo con fuerza y sin complejos.
Emergiendo con fuerza y sin complejos.

¿Improvisáis en los conciertos?

Jazmi: Hay pequeños momentos de improvisación todo el tiempo. Mucha gente piensa que improvisar es reservar un espacio para experimentar, pero en directo se improvisa constantemente de forma accidental. Si me salto una nota, tengo que buscar la manera de volver al sitio sin que suene extraño, y eso ya es improvisar. Si Liam, nuestro batería, pierde una baqueta, tiene que improvisar hasta recuperar el ritmo con otra. A mí me pasó que me electrocuté en un festival y tuve que improvisar qué hacer, solté la guitarra y seguí de otra forma. Son micromomentos continuos.

Sam: Y también está la expresión. Puedes tocar las mismas notas y el mismo ritmo, pero el modo en que lo haces varía según la sala, tu estado de ánimo o cómo está tocando el resto. Con la voz pasa igual. Nunca siento que esté repitiendo exactamente la misma interpretación. A veces incluso un error se convierte en parte de la canción si lo repites.

Jazmi: Como dice la frase, “si te equivocas, hazlo dos veces para que no suene a error”.

¿Recordáis cuándo os disteis cuenta de que estabais creciendo de verdad?

Sam: Sí, en Nueva York. Llegamos a tocar cinco conciertos seguidos en pequeños clubes y todos se agotaron. Lo mismo en Los Ángeles la semana siguiente. Fueron dos semanas muy intensas, y lo más increíble no fue solo la cantidad de gente, sino lo entregados que estaban, el ruido, la energía. También estaba el glamur de entrar en Nueva York y sentir que allí la gente realmente quería escuchar nuestra música. Fue una locura, nos dejó alucinados

Jazmi: Me acordé hace poco de una escena porque volvimos a pasar por la misma calle. Nada más aterrizar, fuimos a comprar una tarjeta SIM y, a los diez minutos de haber llegado, alguien pasó en un coche, nos reconoció y gritó nuestro nombre. Fue surrealista. Luego caminamos para ir a comer algo y vimos carteles nuestros en las paredes. Ahí sí que pensamos “esto es de verdad”.

Nina: También en Londres hubo conciertos muy especiales al principio, por ejemplo en The Shacklewell Arms o The Barfly. Estaba a reventar, la gente cantaba nuestras letras y había mucha gente de la industria. Fue muy fuerte sentirlo en nuestra propia ciudad.


“Londres no es una ciudad fácil para vivir: es cara, dura, y eso inevitablemente alimenta una cultura muy expresiva. La gente necesita volcar en algo esa dificultad diaria, y eso acaba creando escenas fuertes”

Nina Cristante



¿Qué tiene Londres para que surjan tantas bandas al mismo tiempo?

Nina: Hemos vivido allí mucho tiempo, así que no siempre es fácil ver la ciudad a distancia porque es nuestro hogar. Sam es de Londres, Jezmi viene de las afueras y yo me mudé desde Italia siendo muy joven. Londres no es una ciudad fácil para vivir: es cara, dura, y eso inevitablemente alimenta una cultura muy expresiva. La gente necesita volcar en algo esa dificultad diaria, y eso acaba creando escenas fuertes. Además, confluyen personas de todo el mundo y esa mezcla siempre genera cosas positivas. También hay una herencia cultural enorme, pero el Brexit ha hecho que mucha gente se mueva a otros sitios, y ahora París, por ejemplo, está muy viva culturalmente, también Milán en la moda… Todo eso repercute. Londres sigue siendo importante, pero ya no tengo claro que sea el mejor sitio como antes.

¿Qué habéis aprendido de vuestros proyectos paralelos, como Double Virgo o NINA, que hayáis trasladado a bar italia?

Sam: En mi caso, los proyectos paralelos son un espacio para explorar cosas que no hago con bar italia. No es que no pudiera hacerlas aquí, pero me apetece probar en otro marco, como en Double Virgo. También es una cuestión práctica: con bar italia hay implicaciones económicas de estudio, de tener que aprovechar el tiempo.

Nina: Para mí es distinto, porque mi proyecto NINA es en solitario. No lo veo como un laboratorio de cosas que no haría en bar italia. He girado sola y eso me ha enseñado mucho: cómo estar en un escenario sin nadie más, cómo gestionar la voz y el cuerpo de otra manera. Todo eso influye en lo que hago ahora en la banda. ∎

Etiquetas

Contenidos relacionados