Sparks

La chispa de los hermanos Ron -enjuto, bigotillo de lápiz, 79 años- y Russell Mael –brioso, alta costura, 76– nunca se apaga. Más o menos cada tres años reaparecen niquelados, indolentes al paso del tiempo, dispuestos a brindar con un nuevo sorbo de su extraña música pop. Seguro que la procesión de los años va por dentro, pero Sparks superaron el Rubicón existencial del COVID consiguiendo mantener ondeante la bandera de su idiosincrática propuesta gracias a discos como “Annette” (2021) o “The Girl Is Crying In Her Latte” (2023). “MAD!” será su vigésimo octavo álbum y saldrá el 23 de mayo en el sello londinense Transgressive por el que firmaron el año pasado. A él pertenecen los dos singles digitales que han salido de momento, “Do Things My Own Way” a principios de febrero y ahora “JanSport Backpack”. Son también la primera y segunda pista del disco, respectivamente.

Distinguidos por su propensión a la sátira y a no casarse con nadie, creo que siguen solteros aunque su vida personal es incierta; los Mael a estas alturas no van a cambiar de método. “JanSport Backpack” contiene todo lo que puede esperarse de ellos: los habituales recursos fonéticos –el aliterativo título del tema–, la apertura de significado –siempre existe, pero hay que descubrirlo– o el producto de consumo –lo superficial– como molde para transmitir la idea –lo profundo, aunque sea corrosión o un simple recado–. Una opción: sumergidos como nos encontramos en la era neocapitalista, podría pasar que nuestra pareja –edad indeterminada, espíritu joven– nos abandona y ya nunca veremos cómo se aleja su ondulante cabellera, sino la trasera de una mochila indiferenciada que pronto se confunde entre la multitud de cientos de figuras indistinguibles.

Ron suele echar mano de objetos ordinarios, marcas conocidas –“iPhone” o más indirectamente “Scandinavian Design”– y situaciones normales para crear piezas como “JanSport Backpack” que te atrapa como un bote de sopa –Andy Warhol– o un inodoro descontextualizado –Marcel Duchamp– aunque no tenga un estribillo reconocible, o toda ella lo sea en total staccato salvo por un largo puente con el que trata de suavizar la naturaleza percutante de su art pop. Ni complejo ni sencillo, sino todo lo contrario. Puro Sparks. ∎