El pensamiento mágico de Blonde Redhead.
El pensamiento mágico de Blonde Redhead.

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Blonde Redhead

Una invitación a cenar… y a respirar

Fotos: Charles Billot

14.11.2023

El trío neoyorquino ha regresado con “Sit Down For Dinner” tras casi una década de silencio. Más cálido y acogedor que nunca, el álbum retoma su peculiar propuesta trazada desde el noise hacia un pop expansivo, experimental y cosmopolita, que ha explorado –y marcado– el dream pop, el shoegazing y el indie rock. Hablamos con Kazu Makino poco antes del inicio de su gira europea –el 18 de noviembre tocarán en el festival Primavera Weekender– sobre su celebrado regreso y evolución sonora.

Treinta años cumple ya Blonde Redhead. “Sí, eso me dice la gente, aunque no se siente que hayamos estado tanto tiempo juntos”, nos susurra –a través de videollamada y un tanto resfriada– la cantante, teclista y guitarrista Kazu Makino. Hablamos de “Sit Down For Dinner” (section1-Popstock!, 2023), un tan inesperado como afortunado álbum de regreso desarrollado a lo largo de cinco años entre la ciudad de Nueva York, el norte de dicho estado, Milán y la Toscana.

Tras una larga estancia en la isla de Elba, la cantante y multinstrumentista está de vuelta en Nueva York, ciudad de cuyo underground emergió el multicultural trío: ella proveniente de Japón y los gemelos Amedeo Pace (voz, bajo y guitarra) y Simone Pace (batería y teclados) nacidos en Milán y criados en Montreal, hasta que se trasladaron a Boston para estudiar en Berklee College Of Music. Casi una década ha pasado desde su último larga duración, “Barragán” (Kobalt, 2014), un álbum de propulsión minimalista que agravó las tensiones latentes y dejó a la banda exhausta, mientras Makino se aventuró en solitario con “Adult Baby” (2019).

Curiosamente fue en estos años de silencio cuando las nuevas generaciones se toparon con el grupo, aunque no a través de sus obras estelares –“Melody Of Certain Damaged Lemons” (Touch And Go, 2000), “Misery Is A Butterfly” (4AD, 2004) o “23” (4AD, 2007)–, sino gracias a “For The Damaged Coda”, un tema creado como divertimento que apareció en la serie “Rick And Morty” (Justin Roiland y Dan Harmon, 2013-) y se convirtió no solo en el tema identificativo del Morty Malvado, sino en un popularísimo meme.

“Sit Down For Dinner” vuelve a conectar, aunque más cercano y terrenal, con su mística de antaño y con ese arco meticulosamente trazado desde el rock ingeniosamente ruidoso de sus orígenes a un pop experimental y cosmopolita que tan bien aprovechó y dejó huella en las esferas del shoegazing, el dream pop, el indie, el chamber pop y la neopsicodelia.

Inspirado inicialmente por la experiencia de aislamiento durante la pandemia y el libro de Joan Didion “El año del pensamiento mágico” (2005), sobre la repentina muerte de su esposo y su llamada a disfrutar el momento, “Sit Down For Dinner” reflexiona sobre la mortalidad y el envejecimiento, el amor y la pérdida, la angustia y la incomunicación.

Un día “te sientas a cenar y la vida, tal y como la conoces, se acaba”, cita Makino a Didion en la pieza en dos partes que da título al álbum. La balada, hipnóticamente melancólica, de pronto se vuelve vitalista, con pulso contagioso y hasta bailable. “La letra es increíblemente oscura, pero la canción es vibrante, ligera, alentadora. No es algo que hubiera hecho antes y me emociona haberlo podido plasmar así”, confiesa Makino.

Navegando entre los efluvios de fragilidad agridulce, romanticismo distante y oscura exuberancia melancólica tan característicos de la banda, “Sit Down For Dinner” resulta, no obstante, el álbum más cálido y acogedor en su catálogo: melódico y relajado incluso en las profundidades líricas más oscuras; inmersivo pero espacioso. “Lo queremos ventoso, como si estuviéramos tocando al aire libre y la batería fuera arrastrada por el agua”, contaba la cantante sobre las sesiones de grabación. Era una invitación a cenar… y a respirar.

De nuevo en el camino: Kazu Makino, Simone Pace y Amedeo Pace.
De nuevo en el camino: Kazu Makino, Simone Pace y Amedeo Pace.


¿Por qué tuvimos que esperar casi una década para un nuevo álbum? Parecía que la banda se había diluido. ¿Qué os hizo volver?

Sí, estábamos un poco perdidos como banda y yo necesitaba alejarme un poco. En el camino hice un álbum en solitario que me dio muchísima energía. Me dio una fe renovada en la música y mayor confianza. Pero igual no estaba segura de cuándo o cómo haríamos un nuevo álbum de Blonde Redhead, o de si lo haríamos. Paradójicamente, con la pandemia se dio el contexto para que pudiera regresar a los Estados Unidos y logramos crear el ambiente perfecto para volver a hacer música con Amedeo (se refugiaron en el norte del estado de Nueva York, alquilando casas de campo, con piano incluido). Por eso tenemos un nuevo álbum.

Tengo entendido que los procesos creativos solían ser intensos y hasta dolorosos. ¿Esta vez fue más llevadero? En medio de la catástrofe mundial de la pandemia, ¿la música se convirtió en refugio en lugar de ring de combate?

Sí. Normalmente hacer música es doloroso, pero el mundo era más doloroso entonces. Así que hacer música fue como el paraíso, nuestro lugar seguro. Era la única cosa que sabíamos que teníamos que hacer y fue casi como una medicina. Todos los miedos, la desesperación, todas las cosas que no pudimos hacer o expresar se metieron en la música. Y no sé cómo, pero el álbum terminó sonando bastante optimista, alentador.

Has dicho que al principio tenías tus dudas respecto a trabajar sola. Tras tu álbum “Adult Baby”, ¿te sentiste más confiada y liberada? ¿Crees que esta vez tus aportaciones pudieron tener un mayor impacto en la banda?

Sí, mucho. Además me traje al productor de mi disco en solitario, Sam Owens. Él fue quien grabó y mezcló gran parte de “Sit Down For Dinner”. También viví con él durante la pandemia, así que facilitó el proceso. Y creo que gran parte de los enfoques y de la energía que tenía mi álbum fue adoptada en este disco.

¿Cambió el proceso de composición y desarrollo del disco? ¿Cómo lo asumieron Amedeo y Simone?

Por supuesto, porque tuve tanta libertad con mi álbum… Yo suelo sufrir mucho al escribir música, pero me di cuenta de que no tenía que ser así. Y ahora quería pasar un buen rato juntos, que lo disfrutáramos. Cuando estaba haciendo mi álbum en solitario, Amedeo estaba tan impresionado que me dijo: “Podríamos trabajar tan duro como lo has hecho en tu álbum, me gustaría poner el mismo tipo de energía en el disco de la banda”. Él también quería probar. Así que cuando comenzamos a trabajar le dije: “Quiero hacerlo de esta nueva manera y esa será la única forma en que lo haré. No voy a llorar ni sufrir por esto. Si quieres, si me dejas, tendremos un nuevo álbum de Blonde Redhead”. Y aquí lo tenemos. En realidad el proceso es casi lo mismo, solo que más libre. A veces es muy fácil, a veces es muy difícil y toma mucho tiempo. Pero no hay fórmula.

Vuestro sonido, más cercano al noise en sus orígenes, ha ido evolucionando, incursionando e influyendo en diversos géneros como el dream pop, el shoegazing, la neo psicodelia... ¿Qué os interesó explorar en este disco?

Mmm… En realidad se trata solo de seguir tus instintos. Todos los demás tienen los suyos, así que es como una pequeña batalla de instintos. Yo traté de hacer honor a los míos lo mejor que pude. Pero nosotros nunca tenemos en mente algo como un objetivo. Es ver algo delante de ti y tratar de perseguirlo, pero… es diferente a una meta. Yo nunca he sido muy ambiciosa al hacer música. Estoy bien habitando en nuestro espacio, que no está demasiado concurrido o repleto. Intentamos probar ritmos, conceptos, sonidos. Pero en cierta manera creo que nuestra sensibilidad realmente no ha cambiado mucho. No necesitamos pensar en cambiar, somos lo que somos. Es más importante no perderte en este océano de información y de diferentes generaciones. Lo que sacas afuera es lo que eres. Y realmente no pienso en ninguna otra cosa. Si me gusta, es lo suficientemente bueno.

Este disco parece tener arreglos menos recargados, una ensoñación más despojada. ¿Buscabais un sonido un poco más minimalista o accesible?

No tengo ni idea. Yo sé lo que me gusta, pero no necesariamente el camino para llegar allí. De eso se trata el viaje: no sabes, no hay un libro de texto o una guía. Tú solo pruebas y lo haces. En general yo no escucho música de otros cuando estoy componiendo. No quiero otras influencias, solo trato de escuchar mi propia alma. Lo que realmente me gusta es no tener que seguir el sendero de otro. Quizá no sé definir lo que me gusta, pero sé lo que es. Me gustan las cosas que te tocan, que te mueven, que tienen aire. La sección rítmica es primordial, el groove puede ser muchas veces más importante que las armonías. Las cosas que te impulsan, que te empujan, las líneas de bajo, el ritmo, el groove son clave para mí.


“Normalmente hacer música es doloroso, pero el mundo era más doloroso entonces. Así que hacer música fue como el paraíso, nuestro lugar seguro. Todos los miedos, la desesperación, todas las cosas que no pudimos hacer o expresar se metieron en la música. Y no sé cómo, pero el álbum terminó sonando bastante optimista, alentador”

Kazuo Makino



También destacan los contrastes: una vulnerabilidad atravesada por el ruido, melodías frágiles con arreglos turbulentos, o letras oscuras y hasta aterradoras presentadas con una melodía dulce o incluso alegre, como en “Sit Down For Dinner Pt 2”. ¿Buscáis expresamente esas tensiones y contrastes?

Sí. Yo en mi vida cotidiana me enfoco en cosas muy intensas, no pienso en superficialidades. Lucho y suelo pensar en cosas complejas, densas y vitales, muchas veces dolorosas. Pero entonces, cuando hago música, cuando toco o canto, sé que muchas veces surgen de forma linda. Pero no estoy pensando o buscando lo bonito. Solo emergen de esa manera, simplemente suenan así y no tengo control sobre eso. Supongo que es la combinación, la catalización de lo que somos. Trabajamos con lo que tenemos y ojalá que de esa forma podamos llegar a algo atractivo con lo que las personas puedan conectar.

En los inicios teníais intereses musicales diferentes. Tú tendías más al noise y luego a Gainsbourg y la cultura francesa, Simone estaba más interesado en la música brasileña y Amedeo estaba más encaminado al jazz y a la improvisación. ¿Cómo lograsteis articular vuestras diferencias estéticas y cómo se expresan ahora?

Bueno, yo también he estado muy expuesta a la música brasileña. Tuve una pareja de Brasil, un músico, por lo que pasé bastante tiempo allí. Conocí a Gal Costa, compartí con Caetano… artistas así. En Blonde Redhead tenemos mucha afinidad con la música brasileña. Y, sí, también la música francesa de los sesenta y setenta fue una gran influencia. Ahora escucho todo tipo de música, también pop. Pero cuando hago mi música trato de no pensar en lo que me gusta, porque no importa. Eso aparece o emerge de cualquier manera, sin siquiera pensarlo. Somos como una bolsita de té: todo lo que tienes y sientes te atraviesa.

Sí, esta vez también se sienten muchos ecos de la música académica que contaste que te ponían tus padres. Has dicho que “Rest On Her Life” estaba inspirada en versiones de Bach de Swingle Singers, pero también “Kiss Her Kiss Her” resuena un poco a “A Whiter Shade Of Pale” y, por tanto, a Bach.

¡Oh, guau! Maravilloso.

Igualmente, siempre te ha enloquecido el blues. ¿Cómo ha impactado en vuestro sonido?

En realidad casi toda la música, cuando no viene de lo clásico, está basada en el blues. La gente siempre decía: “Beatles o Stones”. Yo siempre me fui por los Stones. Ahora aprecio a los Beatles más que nunca, pero tengo una atracción irremediable por los Stones. Amo lo que hicieron, cómo lo hicieron, cómo tocan. Y me di cuenta de que ellos son originales como banda, porque son unos fans devotos del blues. Hicieron una música original tan bella, deformando el blues. Cuando me di cuenta de eso pude identificar lo que me gustaba y con qué trabajar. Y mi background es algo entre el blues y la música clásica.

Trío de arte.
Trío de arte.


Comentaste que lograste desarrollar el tema “Melody Experiment” al abordarlo un tanto fuera de tono, como en el blues. ¿De qué manera?

Sí, empecé a cantarlo un poco fuera de tono o, bueno, como a mitad de la nota, y todo funcionó. Creo que ganó mucha fuerza de esa manera, porque es lo que gran parte de los cantantes de blues hacen. No buscan llegar a la nota que está escrita exactamente, sino que juegan alrededor. Tú solo te deslizas sobre ella, doblas la nota como una forma de darle más expresividad, de transmitir algo más personal. Aretha Franklin, por ejemplo, nunca intentaba simplemente llegar a la nota, iba rodeándola, aspirándola desde otro lado hasta llegar allí. Eso te da una expresividad increíble. Y para mí esta canción daba para eso, es espaciosa, tiene aire y te da la sensación de estar como suspendida.

El álbum “Barragán” fue un homenaje al arquitecto mexicano Luis Barragán, los temas principales de “Sit Down For Dinner” están inspirados en un libro y siempre habéis hecho guiños a Jean-Luc Godard o Pier Paolo Pasolini… Pareciera que otras artes suelen inspiraros. ¿Cómo es el proceso de trasladar los conceptos o emociones del cine y otras artes a la música?

Creo que la música que hago, sea una canción o un álbum, es como un diario de vida, de las cosas que voy atravesando y de lo que me ha ido conmoviendo a lo largo del tiempo. Esa es la mejor manera en que puedo explicarlo. Siento que es un proceso bastante directo y que mientras más lo haces es más fácil lograr una conexión entre lo que estás viviendo o atravesando y la música que escribes. No suele haber mucha distancia, es como si todo eso aterrizara directamente en la canción.

Las nuevas generaciones conocieron a Blonde Redhead en gran parte gracias a “For The Damaged Coda”, que apareció en la serie “Rick And Morty”. ¿Es verdad que la creaste casi como un juego para matar el tiempo mientras Amedeo y Simone descansaban?

Sí, es cierto. Es una canción en la que no puse ningún esfuerzo. Simplemente estábamos en el estudio y empecé a mezclar muchas voces, porque no había nada más que hacer en ese momento.


“Si eres humano no puedes no pensar en lo que está pasando en Gaza. Yo no puedo soportarlo, quiero que pare. Todo luce tan horrible, tan espantoso en este momento, pero creo que todo el mundo está enterándose de lo que está pasando y espero que no haya más confusión respecto a quién es el opresor y quién es la víctima”

Kazu Makino



“For The Damaged Coda” también se convirtió en un meme, siendo el equivalente de la tristeza más profunda. ¿Dónde crees que radica el poder de expresividad de esa canción con la que tanta gente conecta? ¿La incluís en el repertorio?

No tengo ni idea, no entiendo para nada este fenómeno. Y no, nunca la incluiremos en el set.

¿Cómo habéis preparado el show en vivo y la gira? ¿Os centraréis en el nuevo disco o haréis un recorrido histórico por esos treinta años de carrera?

Me encantaría tocar solo canciones nuevas, pero no podemos. Así que mezclaremos. Pero estamos muy emocionados con tocar las nuevas canciones y compartirlas con las personas en directo. La mejor forma de poner a prueba tu nueva música es verla en vivo. Si algo te gusta, quieres verlo, no solo escuchar una versión exacta de lo que está grabado; quieres vivirlo. En todo caso, tampoco es posible hacerlo como en el álbum, porque solo somos tres personas y hay tantas pistas, capas y arreglos que no hay forma de hacerlo en directo. Solo tienes que escoger lo que más te gusta y tocarlo.

Este disco presenta varias reflexiones vitales. Pero aunque parte de una tragedia colectiva, la pandemia, la mirada es más bien íntima y personal. ¿Cómo estáis viviendo las actuales catástrofes del mundo, como la guerra en Ucrania, los bombardeos de Israel a Palestina y la crisis humanitaria en Gaza?

Este álbum habla mucho sobre la muerte y hemos visto tantas muertes en tan corto tiempo… Para mí es difícil no pensar en eso cuando estoy tocando. Si eres humano no puedes no pensar en lo que está pasando en Gaza. Yo no puedo soportarlo, quiero que pare. Siempre he estado al tanto de la historia de Palestina, estoy sensibilizada al respecto. Y es importante. Todo luce tan horrible, tan espantoso en este momento, pero creo que todo el mundo está enterándose de lo que está pasando y espero que no haya más confusión respecto a quién es el opresor y quién es la víctima. Espero que se les garantice su seguridad, sus casas y su libertad. Todos tenemos el derecho de vivir. Y nadie será libre hasta que esto pase. ∎

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