Riad Sattouf, árabe del futuro con premio. Ilustración: Pablo Ríos
Riad Sattouf, árabe del futuro con premio. Ilustración: Pablo Ríos

Son solo tebeos

Angulema, cosecha de cincuenta ediciones

Salvando pandemias, protestas por parte de unos autores en busca de mejores condiciones y, este año, el debate #metooBD que acabó con la anulación de la exposición de Bastien Vivès y otro debate sobre la censura, el referencial Festival de Angulema celebró del 26 al 29 de enero sus cincuenta ediciones bajo la presidencia, muy oportuna, de Julie Doucet, el relevo como Gran Premio de Riad Sattouf y el Fauve de Oro al mejor álbum del año a “La couleur des choses”, del suizo Martin Panchaud. Todo ello salpicado con un cierto acento hispano entre el resto de premios.

No habría festival si no hubiera polémica. La quincuagésima edición del Festival de Angulema –el certamen francés es la meca del cómic para todos los aficionados– no se salvó de esta, señal de que el noveno arte está en movimiento, se cuestiona y considera que esta cita es la apropiada para dirimir sus diferencias. Aunque a veces sea de forma virulenta. La exposición anunciada del dibujante francés Bastien Vivès y la carta blanca que se le ofrecía se anuló un mes y medio antes del festival ante la polémica en erupción por su comentarios considerados pedopornográficos en las redes, sus ataques a colegas mujeres y sus libros eróticos.

A mediados de diciembre, el manifiesto “Les raisons de la colère” (“Las razones de la cólera”), publicado en el periódico digital ‘Mediapart’ y con quinientas firmas, pedía la retirada de esta exposición acusando a Vivès de “promover la cultura de la violación”. De hecho, el dibujante ha afrontado en los últimos años varias denuncias que no han prosperado, pero, a raíz de la polémica, hay un nueva investigación por tres de sus obras publicadas en Glénat y Les Réquins Martaux, a quienes también se incluye en la causa.

En las paredes de Angulema, el movimiento #metooBD pegaba sus collages de denuncia a la vez que en todas las conversaciones aparecía el tema. La Ministra de Cultura, Rima Abdul-Malak, intervino en un debate sobre la censura lamentando que la polémica hubiera tomado estas dimensiones y asegurando que el gobierno estaba dispuesto a poner a disposición sus servicios de orden si se hubiera celebrado la exposición. Y el delegado general del festival, Franck Bondoux, que en la inauguración tuvo que contener sus lágrimas durante el discurso, participó en otro debate sobre sexualidad y libertad de expresión. Un debate en que la única autora que accedió a formar parte fue Coco, autora de “Seguir dibujando” además de colaboradora de ‘Charlie Hebdo’ y de ‘Libération’, quien calificó a Vivès de “adolescente retardado” por sus comentarios en las redes, aunque consideró que “es escandaloso que no se haya podido ver su exposición”, añadiendo que lee autores “para que le molesten”. Entre el público, también división de opiniones entre las intervinientes que denunciaban “la carga mental” patriarcal que suponen los cómics de Vivès y quienes se quejaban de que se le aplicara la cultura de la cancelación. Debate no cerrado.

Cartel de la edición del 50 aniversario por Julie Doucet.
Cartel de la edición del 50 aniversario por Julie Doucet.

Protagonismo mangaka

Algunos comentarios en las redes de Vivès que surgen ahora se remontan a principios de 2000, cuando él solo era un veinteañero y un activo participante en grupos aficionados al manga utilizando seudónimos. Un fenómeno generacional que ha acabado propagándose por todo el festival, ya que Francia es el segundo país consumidor de mangas después de Japón. Y que hace que la carpa dedicada a este estilo sea cada vez más grande y se multipliquen la exposiciones de este género.

Los organizadores no quisieron perder comba para lo que pueden ser los próximos cincuenta años de festival, porque otorgaron nada menos que dos Fauve de Honor y un Fauve Especial a tres ilustres mangakas venidos expresamente para acompañar sus respectivas exposiciones. Los de honor fueron para el veterano Ryōichi Ikegami y el maestro del folk-horror Junji Ito, este último con nuevo volumen publicado en España y de plena actualidad gracias a su serie en Netflix. Y el premio especial fue para el más joven Hajime Isayama, que triunfa con la saga “Ataque a los titanes” (2009-2021).

El suizo Martin Panchaud, mejor álbum por “La couleur des choses”. Foto: Antoine Guibert (FIBD / 9 e Art+)
El suizo Martin Panchaud, mejor álbum por “La couleur des choses”. Foto: Antoine Guibert (FIBD / 9 e Art+)

Un mejor álbum a partir de cartografía digital

El gran vencedor durante la ceremonia de cierre a lo mejor del año, con el Fauve de Oro, fue el suizo Martin Panchaud con “La couleur des choses” (2022), editado por Ça et là y que en España aún no tiene distribuidor. El jurado apreció la originalidad de la obra, no exenta de interés narrativo, aunque el autor haya realizado sus viñetas a través de programas informáticos y de cartografía como Google Maps, InDesign o Illustrator. Así, no hay dibujo propiamente dicho, sino símbolos geométricos y pictogramas. Y los personajes están representados por círculos de colores vistos en perspectiva desde arriba. Un ejercicio de estilo que hay quien compara con los innovadores trabajos de Chris Ware. La historia es la de un chico de catorce años y las dificultades para hacerse comprender por los adultos en el entorno familiar y vecinal.

Es el segundo año consecutivo que la editorial francesa Ça et là se lleva el Fauve de Oro, porque el año pasado ya lo obtuvo con “Escucha, hermosa Márcia(2021; en España 2022), del brasileño afincado en Barcelona Marcello Quintanilha, uno de los principales protagonistas de la nueva ola del cómic latinoamericano. El Gran Premio del Jurado, el Fauve de Plata, lo ganó la francesa Anouk Ricard con “Animan” (2022), las historietas minimalistas de un inspector que se convierte en animal para resolver los casos y que publica Éditions Exemplaires, la nueva plataforma sin intermediarios de Lisa Mandel para que los autores cobren el 40% de los ingresos y que se financia por micromecenazgos.

La francesa Anouk Ricard, Gran Premio del Jurado, el Fauve de Plata, por “Animan”. Foto: Antoine Guibert (FIBD / 9 e Art+)
La francesa Anouk Ricard, Gran Premio del Jurado, el Fauve de Plata, por “Animan”. Foto: Antoine Guibert (FIBD / 9 e Art+)

Premios con acento hispano

Entre los otros premios, destaca el Eco-Fauve para una obra con sensibilidad ecológica que se llevó la española Ana Penyas por la versión francesa de “Todo bajo el sol” (2021), editada como “Sous le soleil” por Actes Sud. No se encontraba en Angulema para recogerlo, pero sí la argentina Sole Otero para recibir el Fauve del Público por la versión francesa de “Naftalina”, que editó en 2020 Salamandra Graphic y de quien también se ha encargado en Francia Ça et là. Otero vive desde hace tres años en la ciudad aquitana, donde entró en la Maison des Auteurs, y allí sigue con sus nuevos proyectos. Al recibir su estatuilla, la argentina agradeció a los responsables de su nueva casa, pero sobre todo a su abuela, porque “es por ella que existe este libro”.

De tan inesperado que fue, el Fauve de los Bachilleres para el alicantino Ximo Abadia por “Khat” (2022) –el relato de un chico eritreo que llega en un barco con inmigrantes rescatados al puerto de Valencia– no tuvo ni a Abadia ni a nadie de su editorial suiza La Joie de Lire para recogerlo. Sí que estaba, por el contrario, el coordinador de la revista en catalán ‘Forn de calç’, Marc Charles, que se llevó el Fauve del Cómic Alternativo ante cuarenta candidatos de todo el mundo. Editada por Extinció Edicions, tiene carácter anual y solo cuenta con dos números porque el primero apareció en 2020. “Nos gusta sacar gente que empieza en el cómic y no lo tiene fácil y menos en Cataluña, o en Barcelona”, explicó ante el público Charles. Luego nos contó que el tercer número saldrá a finales de febrero y tendrá colaboraciones de Clara-Iris Ramos, Genís Rigol –residente también en Angulema–, Ana Sender, Ana Domingo, Marc Torices o Cristina Daura. Y, como colaboración exterior, la estadounidense Lale Westvind, quien protagonizó la portada de Rockdelux a principios del pasado diciembre.

Marc Charles, coordinador de la revista en catalán ‘Forn de calç’, se llevó el Fauve del Cómic Alternativo. Foto: Antoine Guibert (FIBD / 9 e Art+)
Marc Charles, coordinador de la revista en catalán ‘Forn de calç’, se llevó el Fauve del Cómic Alternativo. Foto: Antoine Guibert (FIBD / 9 e Art+)

Libertad de expresión ante el poder

En el debate sobre cómic y resistencia ante el poder –que contó con la Ministra de Cultura, Abdul-Malak, de origen libanés– se dieron cita en la misma mesa tres dibujantes que tienen más que problemas para publicar en su país. El primero de ellos, el iraní Mana Neyestani, fue encarcelado en 2006 por sus dibujos y, tras su liberación, consiguió ser acogido como exiliado en París. También lo edita Ça et là. El segundo, el turco Ersin Karabulut, responsable de la revista ‘Penguen’ (Insomne) –que nos anunció que la cerraba por todas las dificultades políticas y económicas con que se topa–, ha publicado en Dargaud un diario dibujado de Estambul que no puede salir en su país. Y la tercera, la marroquí Zainab Fasiki, quien el año pasado ganó en Angulema el Premio Paralelo del Coraje por “Hshouma. Corps et sexualité au Maroc” (2019), es decir “cuerpo y sexualidad en Marruecos”, tuvo asimismo sus complicaciones cuando hace unos años fue la primera en dibujarse desnuda en sus trabajos.

Riad Sattouf, un Gran Premio 2023 que viene del futuro

El francés Riad Sattouf lanzó en noviembre pasado el sexto y último tomo de su autobiografía “El árabe del futuro”, un éxito de ventas desde 2015 por parte de Allary Éditions y que Salamandra Graphic también cierra en castellano en mayo próximo. Durante estos seis tomos hemos recorrido su infancia y adolescencia cuando su madre francesa y su padre sirio se trasladaron a vivir a un pueblo cerca de Homs, en los años ochenta, y luego toda la familia continuó viajando entre otros países del Próximo Oriente y Francia. Un psicoanálisis personal y geopolítico de finales del siglo pasado, con el trazo simple pero característico de Sattouf, que le ha hecho ganar el Gran Premio de Angulema 2023 a una carrera en la que también encontramos personajes como “Pascal Brutal” (2005-2007), un alter ego viril con todos sus miedos sobre la sexualidad.

Riad Sattouf, sonriente y agradecido: Gran Premio de Angulema 2023. Foto: Vicenç Batalla
Riad Sattouf, sonriente y agradecido: Gran Premio de Angulema 2023. Foto: Vicenç Batalla

“En el año 2001, cuando firmé mi primer contrato de autor, aún no había besado a nadie en la boca”, contó en su divertido discurso al recibir el galardón, en el que rememoró sus deseos de dibujante cuando era pequeño y su “ego excepcionalmente gigantesco” para superar estos traumas. Habló de su abuela materna desaparecida como motivación para escribir “El árabe del futuro”, imaginando que a ella le gustaría leerlo aunque nunca hubieran –ni ella ni él– “esperado, ni soñado una sola vez”, convertirse en Gran Premio de Angulema.

Y, en ese momento, en la ceremonia de apertura, Sattouf se lanzó a una retahíla de agradecimientos a autores en los que se había inspirado que terminó, evidentemente, por Julie Doucet, la quebequesa Gran Premio 2022 que fue quien le pasó personalmente el testigo. Doucet, con toda su timidez y veinte años de ausencia en la escena, volvió con el magnífico “Suicide total” (L‘Association, 2023), publicado el año pasado en inglés por Drawn & Quarterly como “Time Zone J”. Y puso a todo el mundo de acuerdo sobre su obra, precursora del cómic feminista. ∎

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