Álbum

Acid Arab

٣ TroisCrammed-Shelter Studio, 2023

De las residencias en Chez Moune al día de hoy, ha pasado mucho tiempo para Acid Arab. El dúo formado por Guido Minisky y Hervé Carvalho a principios de la década pasada aunando la fascinación de ambos por la cultura musical del mundo árabe –y su cumplidor trabajo en el mundo del club– surgió en un contexto en el que se valoraba la vertiente exótica y la reivindicación de músicas periféricas. Hoy, sin embargo, ya tenemos superados los debates sobre la apropiación cultural y proyectos como este han sido carne de cañón y de escrutinio mientras se dirimía qué es homenaje y qué es expropiación. En pleno apogeo de la discusión surgieron The Blaze, por ejemplo, otro dúo electrónico con origen francés que puso sus ojos en la herencia arábiga sobre el acervo galo, inoculada a través de la inmigración, el fútbol o estaciones de radio como Radio Nova o Beur FM.

Acid Arab, en cualquier caso, siempre fueron unos románticos. En el sentido más literal de la palabra. Para “Musique de France” (2016), su álbum de debut, ya dejaron entrar en su centro de operaciones a toda una pléyade de músicos procedentes del Levante mediterráneo, una región geográfica histórica conformada por las tierras orientales y norteafricanas bañadas por el mar Mediterráneo: Marruecos, Argelia, Turquía, Siria… Y con el lanzamiento de “Jdid” (2019) ya aparecían plenamente constituidos como un colectivo francoárabe en el que también militaban Pierre-Yves Casanova, Nicolas Borne y el teclista argelino Kenzi Bourras, que desde entonces los acompaña como parte de la banda en directo y que aquí ofrece un psicodélico electro primigenio en “Emo”. Sus discos testifican numerosos viajes por Oriente Próximo y un interés en profundizar en la relación con sus colaboradores, construyendo un espacio creativo sólido y formulado a la manera de un colectivo, más allá de vínculos esporádicos o casuales. No hay más que escuchar “Sayarat 303”, de su primer álbum, y compararla con la segunda parte publicada en ٣ Trois”.

Precisamente por ese modelo, el tercer trabajo largo de Acid Arab ofrece la versión más refinada del colectivo hasta la fecha. Concreta en su aproximación estilística un abanico desplegado del house al tech y al electro conducido a través de un viaje del Norte de África y el País de Sham hasta los Montes Tauro, en la península de Anatolia. Y profunda en su aproximación a las músicas tradicionales de los lugares que evoca. Argelia y su rai se cuelan en el deep house de “Leila” –apertura de la mano de Sofiane Saidi, colaborador habitual–, o en la aproximación casi trap de “Gouloulou” –que reinterpreta el rai comercial de los noventa junto a Fella Soltana, una de sus grandes estrellas–. También se acercan a la deriva urbana del aroubi, con ecos de la música urbana local de la actualidad, en la sintética “Halim Guelil” –con Cheb Halim–. Y homenajean a Rachid Taha –fallecido en 2018–, uno de los pioneros de la fusión rai y también tentáculo desde los primeros compases de Acid Arab, en el track más orientado al techno del disco, “Rachid Trip”. “Acid Chavi”, por su parte, toma el modelo formal de la música chaoui –típica del sur de Argelia–, con el cantante local Khnafer Lazhar y Djelloul Ammar a la gasba, una flauta de caña de origen bereber, y lo fusiona con ritmos propios del chaabi sobre una pulsante base de acid house.

Convocando una espiritualidad electrónica que es ya canon en la trayectoria de los productores franceses, pueden escucharse en “٣ Trois”, además, ritos marroquíes con la voz de Ghizlane Melih –actualmente comparte un proyecto de fusión dub y bass music con el productor belga Alix Pilot– o cantos rituales chamánicos propios de la tradición alevi, un grupo musulmán heterodoxo de influencia chií y orígenes preislámicos asentado en Turquía. Precisamente la laxitud que se asocia con los alevís es símbolo de la visión vanguardista de artistas como Cem Yıldız, que colabora en “Döne Döne”. Hay hueco, incluso, para la canción protesta durante el trance deep house de “Ya Mahla”, en la que el sirio Wael Alkak hace un llamamiento a la libertad del pueblo árabe con un fuerte recuerdo al espíritu reformista, progresista y liberador de las primaveras árabes. ∎

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