Pocas cosas son más complicadas que pasar de promesa a realidad, pero Sabrina Mae Teitelbaum, alias Blondshell, lo ha conseguido con la facilidad aparente de quien parece que no le cuesta nada. Todos sabemos que un segundo álbum es una prueba de fuego, y la ha resuelto con creces. Después de un debut homónimo que colocó su nombre en neón y sus canciones en listas de lo mejor del 2023, regresa con “If You Asked For A Picture”. Y ojo, que no es el típico segundo disco tímido: aquí Sabrina sube la apuesta, redobla la intensidad y se atreve a sonar más profunda y oscura, pero también mucho más brillante. Descaro, tablas y colmillo.
Lo curioso es que Blondshell, que siempre tuvo algo de heredera del alt-rock noventero, sigue exprimiendo esas raíces, pero esta vez de una forma mucho más personal, menos pegada a los clichés y más cerca de su propia piel. El disco abre con “Thumbtack”, que parece una balada acústica hasta que se retuerce y se expande en capas que recuerdan ese indie de habitaciones oscuras, con una letra que compara el apego tóxico con una chincheta clavada en el costado: “You’re a thumbtack in my side / A dog bite / You distract / From what’s worse so I will let you”. No lo quieres ahí, pero tampoco sabes vivir sin su pinchazo.
El single estrella “T&A” es quizá el tema que mejor define el espíritu del álbum y que ya os adelantamos aquí. Con un riff contundente y guitarras sobreamplificadas a lo Smashing Pumpkins, Sabrina plantea el amor más torcido imaginable, una dependencia con sabor ácido que aun así (o precisamente por eso) suena tan irresistible como liberador. Es uno de esos temas que nacieron para incendiar a los jóvenes en festivales, mientras gritan versos sobre lo malo que es querer a quien no te conviene. En “Arms”, con atmósferas que remiten al grunge más elegante, Sabrina pone límites con un sarcasmo delicioso: “I don’t wanna be your mom, but you’re not strong enough”. El tema se mueve con una ternura resignada, cantando las verdades sin anestesia pero quedándose contigo hasta que pasa el dolor.
La relación familiar ocupa un papel central en “What’s Fair” y “23’s A Baby”, con dos momentos brillantemente magnéticos. La primera, con ritmo rápido y guitarras en bucle, explora las heridas maternofiliales con una precisión quirúrgica, cuestionando sin rodeos el desempeño materno –“What’s a fair assessment of the job you did”–, reflejando expectativas impuestas –“You’d want me to be famous so you could live by proxy”– y cargando con el lastre emocional de haber crecido demasiado rápido –“I grew up fast without you”–. La segunda juega hábilmente con la ironía, disfrazando en melodía luminosa un drama generacional sobre la inmadurez y el peso del legado familiar: “23’s a baby, why’d you have a baby?”.
Teitelbaum no teme mirarse hacia dentro. El corte central del álbum, “Event Of A Fire”, es una narrativa escalofriante sobre madurar de golpe, con guitarras avanzando desde suaves arpegios hasta una intensidad creciente que nunca llega a descontrolarse del todo. Encapsula esa sensación de vértigo existencial que acompaña los primeros errores adultos. Con la pista anterior, “Two Times”, Sabrina nos muestra también su lado más boygenius, dejando ver una delicadeza melódica e introspectiva que confirma su voz como una de sus mejores armas secretas. Y “He Wants Me” parece desvelar todas las contradicciones de estar con alguien por pura conveniencia afectiva: “I’ll stick with you, ’cause I like sleeping well”. Un sarcasmo ligero, como un chiste interno entre ella y quienes sabemos exactamente de qué va la cosa.
“If You Asked For A Picture” es un álbum de doce cortes lleno de claroscuros emocionales, con melodías pegadizas que esconden letras demoledoras. Teitelbaum domina la técnica de mostrar lo justo, dejando que quien escucha complete la historia. Es canalla, directa y divertida, pero también sensible y valiente. Este segundo disco es la confirmación de que Blondshell ya no es solo una promesa adolescente, es toda una realidad. ∎