Te puede interesar más o menos lo que nos cuenta “Sirāt”, pero lo que es indiscutible en el último filme de Oliver Laxe es su poderosa fisicidad, el imponente e hipnótico vigor de sus imágenes (también presente en las anteriores obras del cineasta gallego), algo en lo que tienen un papel fundamental las localizaciones en el paisaje de Marruecos (y Teruel), la fotografía de Mauro Herce y la música de Kangding Ray, el proyecto del francés afincado en Berlín David Letellier.
Desde hace unos días ya se puede escuchar el soundtrack de la película, más de cincuenta minutos de electrónica de alta fidelidad que, por supuesto, funciona a la perfección al margen del filme (algo que no se puede aplicar a toda la avalancha de bandas sonoras que se publican cada semana).
Letellier tiene el honor de ser unos de los escasos autores que ha publicado en raster-noton, el sello fundado en 1996 por Olaf Bender, Carsten Nicolai (Alva Noto) y Frank Bretschneider, aunque desde 2019 lo hace en ara, su propia marca. Y el influjo de Nicolai (y también del japonés Ryoji Ikeda, otro de los compinches de Noto) está muy patente en sus exploraciones de techno quirúrgico y en sus esporádicas desviaciones de ambient flotante.
La música de “Sirāt”, toda inédita a excepción de dos cortes de “Solens Arc” (raster-noton, 2014) –“Blank Empire” y “Amber Decay”– que han sido remezclados ahora–, es una invitación al trance extático, con bombos que relucen como el inclemente sol bajo el que deambulan los personajes de la película, con momentos para el bajón –“Horizon”, “Katharsis” (coescrita con Laxe), “Desierto”, “The Fall”, “Ritual”, “Les marches”–, la comunión ravera (“En la noche”, “La route”, el tema titular y los dos rescates antes mencionados) y el recogimiento espiritual (un “Surah Maryam” recitado por Ali Keeler, el fundador del granadino Al Firdaus Ensemble, que acude al capítulo 19 del Corán). ∎