A priori, parecen bastante prescindibles los recopilatorios de “grandes éxitos” en esta era del streaming en que te puedes ir directamente a las plataformas y acceder a múltiples playlists de cada artista, incluso elaborar la tuya propia. En el caso de Los Punsetes, las circunstancias –esto es, los retrasos cada vez más largos en las fábricas de vinilos– también han roto la que debería ser su dinámica normal de lanzamiento. Este “España necesita conocer” debería ser el disco que presentase a la banda madrileña en su nuevo sello, Sonido Muchacho, repasando sus primeros quince años de trayectoria. Sin embargo, ha llegado entre el EP de canciones posteriores, “Todo el mundo quiere hacerte daño” (2021), y su próximo larga duración. En realidad, tampoco hace falta un arsenal de excusas para justificarlo: se trata de un doble vinilo limitado a 500 copias y con varios valores añadidos: ilustraciones de Joaquín Reyes y diseño de Elisa Pérez (Caliza). Todo un caramelo para los fans.
Pero, sobre todo, está la inmensa gozada de escuchar 23 de sus mejores canciones una tras otra, secuenciadas por el grupo con su propia lógica, que no es la cronológica. En ese sentido, se trata de un “greatest hits” inapelable en el que nada sobra, todo se mantiene igual de bien ante el paso del tiempo, y que demuestra por qué nos encontramos con uno de los repertorios más brillantes del pop español de este siglo. Los Punsetes han afianzado un estilo propio, un cancionero que parte siempre de esa idea de que lo natural es la entropía, que ha captado y plasmado disfunciones sociales desde el humor cáustico y desde un lenguaje más coloquial, más verista, que realmente provocador. Frente a ese indie festivalero del lolololo y la épica de la falsa prosperidad, ellos nos han puesto frente al espejo sin tapujos y han sabido captar un sentir que se refleja muy bien en sus directos, en los que los fans se desgañitan y buscan el pogo como si estuviesen exorcizando toda la mierda que posee nuestras vidas. Al principio de su carrera, se les comparaba con muchas bandas (la mayoría veía a Los Nikis o a Los Planetas, yo veía a TCR también), pero es ahora a otros grupos más jóvenes a los que se les compara con ellos. Tal vez porque, aunque su fórmula de hacer canciones estaba bastante clara, no la han sobreexprimido de un modo tan evidente como pudiera parecer. Aunque hayan caído en la gracieta por momentos, detrás siempre había una carga de profundidad, una emoción genuina, unas melodías y unos sonidos de guitarras que consiguen llegar al tuétano sin caer en la autocopia.
Sobre las canciones, no puedo añadir nada mejor a lo que ha escrito Patri Di Filippo en su análisis de la discografía del grupo. Solamente que la selección incluye los éxitos más obvios mezclados con algunos tapados de su discografía que aquí pueden ser redescubiertos, como el caso de “Estrella distante”, un tema que crece y crece hasta llevarme a estar casi de acuerdo con la opinión de mi compañera de que es el mejor de todo su repertorio. ∎