Tras las remasterizaciones lanzadas en 2023 de sus tres álbumes de estudio, “Spooky” (1992), “Split” (1994) y “Lovelife” (1996), la querida banda (no solo) shoegaze Lush sigue reivindicando su catálogo con esta edición de 35º aniversario de “Gala” (1990), recopilatorio nacido como parte de un acuerdo con Warner Music y con el fin de introducir al grupo en los mercados japonés y estadounidense. El álbum –que el purista Ivo Watts-Russell, capo de 4AD, nunca quiso ver como álbum, dada su variedad de sonidos– recuperaba en sentido cronológico inverso el miniálbum “Scar” (1989) y los EPs “Mad Love” (1990) y “Sweetness And Light” (1990), y añadía dos temas producidos, como el material de “Mad Love”, por Robin Guthrie de Cocteau Twins: una versión del “Hey Hey Helen” de ABBA y una versión más larga de “Scarlet”, hallazgo de “Scar” allí coproducido entre Lush y John Fryer.
Watts-Russell tenía razón: “Gala” no se aguanta realmente como álbum. Sónicamente, involuciona más que evoluciona. Es decir, se pasa de los brillos cegadores y las dulces disonancias esculpidas por Tim Friese-Greene en “Sweetness And Light” al imponente pero más transparente sonido post-punk propuesto por Guthrie en “Mad Love”. Este último debió producir también el más áspero “Scar”, pero las sesiones de “Heaven Or Las Vegas” (1990) y el nacimiento de su hija lo hicieron complicado, y se acabó optando por Fryer, mano derecha de Watts-Russell en This Mortal Coil.
Ahora, “Gala” reaparece en versión LP/CD estándar, pero también como un cofre deluxe con tres 12” (uno por cada referencia más o menos larga) y un 7” (para las dos canciones extra); la clase de edición por la que Miki Berenyi (voz, guitarra) venía abogando desde hace unos años. Todos los temas han sido remasterizados por el reputado productor musical e ingeniero de sonido Kevin Vanbergen, igual que en las reediciones de 2023. No ha conseguido hacer el conjunto coherente, pero ninguno de los temas ha sonado nunca tan bien por separado.
Un bonito aliciente de la reedición es esa biografía escrita por la mismísima Jenny Hval, quien recuerda cómo descubrió el disco y cómo le voló la cabeza que “Thoughtforms” y “Scarlet” estuvieran presentes en dos versiones diferentes. Estudiando las diferencias se convirtió en crítica musical adolescente: “Empecé a preguntarme por qué y cómo la segunda ‘Thoughtforms’ estaba acelerada y amplificada en la producción de Robin Guthrie para ‘Mad Love’. Finalmente decidí que me encantaban las dos, pero prefería la primera, porque era más lenta, sonaba más libre y profunda, y las voces de Miki Berenyi tenían más espacio”. La segunda, quizá superior, tiene casi cuatro veces más escuchas en Spotify: ¿está sola Hval?
De lo que queda por recuperar, merece especial atención “Topolino” (1996), el recopilatorio de (sobre todo) caras-B de “Lovelife”, pero cuesta imaginar que vayan a remasterizarlo y relanzarlo, si tenemos en cuenta que Lush se olvidó bastante de esa época tan pop de su carrera en la gira de reunión de 2016. ∎