La música de David Berman ha estado presente en mi vida durante más de una década, siempre en segundo plano y funcionando como un cómplice cuyos textos inteligentes –píldoras amargas provistas de migajas de cariño– te ayudan a proseguir. El sonido de
Silver Jews se ha endulzado últimamente con pequeñas variaciones hasta conseguir madurar sus frutos.
Gracias a una uniformidad vocal anodina y a la vez conmovedora digna de Leonard Cohen –o incluso, a ráfagas, de Johnny Cash– adaptado a tiempos presentes, tal que Bill Callahan –
“Lookout Mountain, Lookout Sea” es definitivamente el
“Woke On A Whaleheart” de 2008–, desgrana viñetas de nostalgia en cinemascope –como
“Suffering Jukebox”, con sus frases para enmarcar:
“You got Tennessee tendencies + chemical dependencies”– y tristeza inconsciente –
“My Pillow Is The Threshold”–, que incluso brota en las partes más sencillas, como la prestada
“Open Field”.
Y el final, toda una declaración –de intenciones, de amor– cantada a medias con su pareja Cassie, nos muestra a un autor maduro, que con toda su inestabilidad a cuestas ha encontrado un refugio. ∎