El futuro es de los que cambian las reglas y nos hacen avanzar. Pero como siempre, para poder avanzar conviene primero retroceder. Por ejemplo, hasta 1929, cuando Lorca desembarca en Nueva York para vivir el sueño vanguardista. De aquel viaje vuelve un Lorca nuevo, capaz de reinterpretar su propio arte a partir del surrealismo. Hoy no cabe duda: Lorca es el poeta Game Changer. Un tipo que vio las cosas de manera diferente y supo avanzar, invitándonos a todos a hacerlo.
Avancemos ahora cincuenta años después del rupturista viaje del poeta a Nueva York, cuando llega el más hermoso acto de justicia poética: unos versos lorquianos de “Así que pasen cinco años”, pieza de su “teatro imposible”, pasarán a la historia gracias a otro
Game Changer.
“El sueño va sobre el tiempo flotando como un velero”, escribió Lorca, y cuando sale cantado por boca de Camarón ya no hay vuelta atrás: el juego ha cambiado de nuevo. Antes de cantar por Lorca, Camarón ya había grabado nueve discos, producciones que le habían situado en la cima del flamenco como el mejor cantaor contemporáneo. ¿Qué hizo el cantaor isleño ante ese éxito? Romper con su propio molde. Repensar su cante jondo
deslumbrante para crear algo nuevo, Game Changer. Camarón trae al flamenco guitarras y bajos eléctricos, baterías, teclados, bongós y hasta un sitar. Incorporando al flamenco sonidos del rock y del jazz, Camarón revoluciona la música española con “La leyenda del tiempo”,
cuyo canción homónima recuperaba los versos de Lorca para un tema flamenco-rock ahora histórico
. Adelantado a su tiempo, Camarón deja que sea precisamente el paso del tiempo el que juzgue su obra. Hoy no cabe duda: Camarón es el cantaor Game Changer.