Viendo el éxito digital de “Hentai”, una canción de la que aún solo hay 15 segundos disponibles, Rosalía ha entendido que en 2022 un buen meme vale más que una millonaria campaña de marketing. A falta de una semana para el lanzamiento de su nuevo álbum, la cantante empezó a tuitear los supuestos 20 mandamientos/cualidades de una “Motomami”. Se trata de una serie de tuits que van desde mensajes motivacionales, como “una motomami no necesita, la necesitan”, hasta otros más dirigidos a seguir la estela de “Hentai”, como “a una motomami le gusta la leche”.
La ola de memes en formato texto sobre la motomami-lifestyle ha inundado la red social a medida que sus usuarios se han ido uniendo para añadir su granito de arena, describiendo qué más hace una “Motomami”, creando un retrato hiperespecífico de la mujer moderna. Rosalía no ha perdido la oportunidad de intensificar la viralidad y de crear comunidad. Y lleva retuiteando sus favoritos desde que empezó la moda.
Mientras “Motomami” ha sido el meme-texto principal en el twitter de habla hispana, el angloparlante ha estado dando vueltas al suyo propio. El pasado lunes, el ‘The New York Times’ publicaba un artículo de una estudiante universitaria llamada Emma Camp titulado “I Came To College Eager To Debate. I Found Self-Censorship Instead”. El artículo de opinión sobre la cultura de cancelación en las universidades ha sido recibido en internet con ojos en blanco y vaciles. En pocas horas, la crítica se transformaba en meme.
Manteniendo el inicio del título como catchphrase, usuarios de internet se ponían a describir experiencias específicas y obras de ficción que se desarrollan en universidades. Truco que pronto se estudiará en MBAs como fórmula de la viralidad: al igual que el meme de “Motomami”, “I Came To College” también da carta blanca a la creatividad y a proyectarse uno mismo en tuits.
En TikTok el algoritmo adapta la conversación a los gustos de cada uno. Aun así, aunque nunca hayas prestado atención a la parte activista social de TikTok, esta semana era imposible que la ruptura de Chelsea Hart y Lance Tsosie (conocido como Modern Warrior) y el drama que los rodea no te salpicase.
La pareja de influencers (1,6 millones y 2,7 millones de seguidores, respectivamente) estuvo unida durante unos pocos meses y ha roto porque Chelsea se negó a tener una relación poliamorosa y después Lance estuvo saliendo con otras chicas. Chelsea lo acusa de manipularla, pecado capital en el reino del activismo digital. Desde que el drama empezó a desplegarse entre vídeos acusatorios, Lance ha perdido más de 500.000 seguidores y, aunque subió un vídeo pidiendo perdón, lo borró al poco tiempo tras la respuesta negativa que obtuvo.
Que la ruptura de Hart y Tsosie sea el mayor TikTok drama desde lo de West Elm Caleb es bastante representativo del estado de internet estas últimas semanas. Ningún drama así de plano y aburrido habría sobrevivido en un mes normal, pero desde que estallaron las noticias de la guerra de Ucrania el entretenimiento ha sido escaso y superficial. Y los extremely onlines se agarran a lo que pueden. Entre los cientos de vídeos que cubren las noticias de la ruptura, prevalece la narrativa “¿de verdad estamos hablando de esto?”. No estamos solos.
Gracias al empujón causado por “Euphoria” y el revival del indie sleuth y de la estética de los 2010, Tumblr está volviendo a la relevancia. Tanto es así que estos últimos meses la red social ha tenido la suficiente tracción para generar su propia gama de memes, que luego se expanden a otras redes sociales: primero vino el “horse plinko” y esta semana ha sido el turno del “live slug reaction”. El meme se trata básicamente de añadir una imagen de una babosa espacial de “Star Wars” en fotos con el subtítulo “Live Slug Meme”, como si fuese una retransmisión en directo de un noticiero sensacionalista. Nace de un tuit en que se apuntaba cómo después del famoso beso gay al final de “Star Wars. Episodio IX: El ascenso de Skywalker” (2019) –el único en nueve películas, fuertemente promocionado por Disney en Occidente– hay un plano aún más largo de una babosa espacial mirando con ojos que juzgan. A pesar de que el tuit haya sido corregido (la babosa espacial sale antes del beso), el meme ya está imparable.
En medio del backlash que está recibiendo Disney desde la comunidad LGBT por apoyar la Ley “No digas gay” de Florida, el Live Slug Reaction ha sido añadido al lado de cientos de imágenes con alto subtexto homoerótico, con parejas que no están juntas en la ficción canónica pero sí dentro del folclore de internet.
Mientras Rusia se queda aislada del internet global, con TikTok y Netflix cancelando su servicio en el país, Facebook y Twitter bloqueados, Occidente recurre a la búsqueda de héroes anónimos para darle cierto sentido a algo tan inabarcable como una guerra. Uno de los fan-favorites en esta labor es Jack Sweeney. Este estudiante de la Universidad de Florida, de solo 19 años, fue lanzado al estrellato online con un bot que indicaba la posición del jet privado de Elon Musk. Resultaba tan molesto para el billonario que este le ofreció 5000 dólares por cerrarlo. Sweeney se hizo con los corazones de internet cuando le respondió que el bot era demasiado divertido para cerrarlo por una cifra menor de 50.000. El nuevo proyecto de Sweeney es un bot llamado Russian Oligarch Jets, con el que sigue el paradero de los oligarcas rusos e informa al mundo cada vez que estos aterrizan en algún sitio.
No es el único bot usado para el bien y no para el spam que está acaparando la conversación digital. Gender Pay Gap citaba las cuentas de empresas que posteaban mensajes a favor del Día Internacional de la Mujer, indicando a su público el porcentaje de brecha salarial de la compañía. Con iniciativas como esta, el purplewashing va en camino de convertirse en una etapa que vivimos en los 2020 y que se mira desde el futuro con vergüenza ajena. ∎