Un trío muy visceral (Soph Nathan, a la derecha). Foto: Katie Silvester
Un trío muy visceral (Soph Nathan, a la derecha). Foto: Katie Silvester

Entrevista

Our Girl: “Nada está del todo bien nunca”

Our Girl es un trío de art-folk londinense liderado por Soph Nathan. Tras el lanzamiento de “The Good Kind”, su segundo álbum, a finales del año pasado, Nathan se embarcó en una gira acústica como artista invitada en el tour de despedida de Porridge Radio, que pasó en marzo por nuestro país. Conversamos con ella.

“The Good Kind” (Bella Union-Music As usual, 2024) es el resultado de un proceso de introspección y vulnerabilidad, donde Our Girl –la cantante y guitarrista Soph Nathan junto al bajista Josh Tyler y la batería Lauren Wilson– explora los rincones más oscuros de su memoria. El segundo álbum del trío de art-folk londinense aborda temas que se suelen evitar: la sexualidad, la enfermedad o la muerte, entre otros. Pese a lo temible del proceso, Soph Nathan aporta a todas sus composiciones un rayo de esperanza, envuelto en el sonido granular de sus guitarras pausadas. Con una mezcla de audacia y delicadeza, Nathan se conoce a sí misma a la vez que la conocemos los demás: el álbum es un ejercicio de autodescubrimiento frente a situaciones que generan un shock temporal.

Así, tras “The Good Kind”, Nathan habla sobre lo difícil que fue exponer sentimientos tan personales en sus canciones: no tanto durante el proceso sino una vez el resultado estaba disponible en las plataformas de streaming. Escribir se ha convertido en un método de autoconocimiento para ella, y en este disco ha aprendido a ser más concreta que nunca, expulsando a borbotones algunos pensamientos encerrados en la parte más oscura de su memoria durante mucho tiempo.

El proceso de composición no fue sencillo; la grabación, tampoco. Inicialmente registrado en Rockfield Studios bajo la producción de John Parish, el resultado no convenció del todo a la banda, que sentía que la identidad del proyecto se perdía frente a un sonido nada textural. Las limitaciones de tiempo y la falta de puesta en común previa en el local de ensayo (el disco fue compuesto en período pospandémico) hicieron que, después de su estancia con Parish, Soph Nathan y Fern Ford tomaran los mandos de la producción musical, reconstruyendo partes del álbum en un proceso que permitió recuperar elementos presentes en las maquetas iniciales. Con el apoyo de otros músicos cercanos, como Stella Mozgawa (Warpaint, en la canción que da nombre al disco), o Marika Hackman y Art School Girlfriend (coristas de “Relief”), la banda encontró finalmente el confort en un trabajo que los obligó a poner en práctica los aprendizajes narrados en el LP: en resumen, la resiliencia frente a la adversidad. Como telonera de Porridge Radio, Soph Nathan vino sola. Normalmente en vivo son cinco personas, aunque en la banda sean tres. Es una vibra diferente así. Pienso que tengo que hacer las canciones más duras del repertorio para que sea más divertido”, nos dice. “Ayuda más a escuchar las letras, por ejemplo. Es más íntimo, aunque en los mismos espacios. Hay otro tipo de conexión”, apostilla.

“Absences”, en versión acústica. Vídeo realizado por Jonny Ridout.

Vuestro último álbum, “The Good Kind”, fue lanzado en noviembre. ¿Qué piensas que has aprendido de ti misma desde que el disco está publicado?

Bueno, cuando salieron las primeras canciones, aunque sabía que eran muy personales, me sorprendí un poco. Sé que he elegido sacarlas al mundo y sé que me he esforzado mucho en ellas, pero me sentí muy expuesta. Creo que no pude pensar mucho. Estábamos muy enfocados en grabar el álbum y en pensar cómo lo queríamos hacer. Le echamos muchas horas extra. Ahora que han pasado unos meses, me siento más relajada.

¿Es la primera vez que te has expuesto tanto escribiendo canciones?

Sí, supongo que sí. Hicimos un álbum antes y... bueno, también. Toda mi escritura es muy personal, siento que es una herramienta para conocerme a mí misma y procesar las cosas que me están pasando. Pero supongo que en este álbum busqué concretar más los temas de mis canciones, mientras que en el primer disco estaban más difusos.

“Cuando salieron las primeras canciones, aunque sabía que eran muy personales, me sorprendí un poco. Sé que he elegido sacarlas al mundo y sé que me he esforzado mucho en ellas, pero me sentí muy expuesta”

Soph Nathan

¿Qué sucedió para hacerlo de esta forma?

Creo que, a veces, todavía me sorprendo. Estoy intentando escribir más regularmente, como práctica, pero generalmente escribo cuando tengo un sentimiento malo. En “The Good Kind” hay un par de cosas que no había pensado durante años, o de las que ni siquiera me había percatado hasta que comenzaba a escribir las canciones. Empecé a mandarme notas de voz a mí misma. Y hay algunas en las que proceso muchos sentimientos. No han llegado al disco, porque muchas suenan mal. Normalmente empiezo a componer una canción cuando soy asaltada por un sentimiento, y no soy capaz de superarlo hasta que la termino, o la toco en directo. “Absences”, por ejemplo, trata de cuando pasé un cáncer cuando era joven. Fue un momento terrorífico y algo que ocupó gran parte de mi cerebro, aunque yo no estuviera pensando en ello. No sé por qué he escrito esta canción ahora.

Pero, por ejemplo, todas las emociones que tuviste durante esos momentos de enfermedad, ¿sabías que estaban ahí?, ¿las hablas con tus seres queridos? ¿O solo a posteriori de haber escrito un tema?

Es curioso porque soy una persona bastante abierta, y siempre quiero hablar sobre cualquier problema que tenga. Por eso, me asombra haberme sorprendido después de haber escrito sobre el tema, porque yo ya sabía que eso estaba allí. Esta canción, concretamente, o mi situación con el cáncer, es algo que no había hablado durante mucho tiempo. Muchas de las otras canciones que hay en el disco también hablan de problemas de salud de mis seres queridos, o sobre sexualidad. En términos de sexualidad, suelo hablar bastante con mis amigos. Pero creo que sobre salud es más difícil hablar, porque lo único que quiero es ser un buen punto de apoyo para mis amigos. No es que no lo sienta, pero no siempre es bueno estar hablando de estos problemas. En una canción, en cambio, sí que puedo plasmar todo esto.

Es un álbum optimista, aunque has tenido que luchar mucho para encontrar ese optimismo. ¿Crees que estar triste es el camino fácil?

Sí, creo que te puede llevar mucha energía ver el lado positivo en algo. Aun así, a mí generalmente me nace de forma natural. Después de hablar con mis compañeros de banda, me di cuenta de que en cada canción, aunque empiece con algo duro o agotador, hay un sentimiento de esperanza. Eso refleja cómo soy yo en otros ámbitos. Obviamente, me siento muy triste con respecto a muchas cosas que me suceden, y a veces necesito que otras personas me saquen de ahí, pero es interesante aprender eso y verlo reflejado en las canciones.

Soph Natrahn, flanqueada por Lauren Wilson y Josh Tyler. Foto: Katie Silvester
Soph Natrahn, flanqueada por Lauren Wilson y Josh Tyler. Foto: Katie Silvester

¿Has luchado mucho en este álbum?

Creo que, simplemente, lo que pienso es “¿qué podemos hacer para mejorar?”. Hay una esperanza al final. Además, fue muy duro hacer este disco. Cuando fuimos a grabarlo, salimos sin sentirnos del todo contentos con él, pero ya nos habíamos gastado todo el dinero. Fue un gran reto. Tuve que confiar en mí misma, seguir adelante y remar para que todos estuviesen en la misma página que yo. Fue muy difícil para nosotros. Eso también se ve reflejado en las canciones: hacer de una circunstancia difícil algo esperanzador.

Es como si hubieses escrito un álbum y, después, todas las moralejas que en este aparecen las hubieras tenido que aplicar en el proceso de grabación…

Hay un punto de unión entre las letras y el proceso de grabación, que es tomar algo complicado e intentar conseguir lo mejor de eso, trabajando duro para hacerlo juntos. Avanzar en mitad de los retos.

Y en ese proceso de grabación, ¿cuáles fueron las cosas que al final no te convencieron?

Creo que el álbum no sonaba como nosotros. Necesitábamos más tiempo para experimentar. Nuestro último LP salió en 2018. Después tocamos mucho. Después hubo una pandemia. Escribimos el álbum manteniendo mucha distancia entre nosotros: no lo habíamos tocado en vivo y eso es una parte transversal de nosotros. Eso tuvo mucho que ver, pero a la vez teníamos un tiempo bastante limitado con el productor. Teníamos ideas diferentes sobre cómo debería sonar, y no fue hasta que lo grabé cuando me di cuenta de que realmente sabía lo que yo quería. Para mí, ese resultado tenía mucho espacio y muy poca textura: yo quería que fuera textural y cálido.

“Estoy intentando escribir más regularmente, como práctica, pero generalmente escribo cuando tengo un sentimiento malo. En ‘The Good Kind’ hay un par de cosas que no había pensado durante años, o de las que ni siquiera me había percatado hasta que comenzaba a escribir las canciones”

Soph Nathan

En los créditos apareces como coproductora. ¿Cuándo entraste en la ecuación? ¿Iba a ser una coproducción desde el principio, o solo cuando no te gustó el resultado decidiste ponerte a los mandos?

Eso mismo. Básicamente lo grabamos con el productor, y luego me di cuenta de que había partes de las demos que eran relevantes y que no quería que se perdieran. Después de salir del estudio, pasé un mes y medio con Fern Ford, y reprodujimos muchas de las cosas que estaban en las maquetas.

Igual fuiste la productora desde el principio y simplemente no lo sabías…

Sí, creo que sí. En todos los grupos de música, sobre todo cuando empiezan, existe la creencia general de que necesitas trabajar con una persona externa. Yo no soy muy buena ingeniera de sonido, pero estoy trabajando en el proceso y dando indicaciones para que otras personas puedan hacerlo. Tampoco creo que sea malo trabajar con alguien, yo podría hacer esto sola, pero creo que siempre es mejor hacerlo con otras personas. Mi proyecto es una cosa muy personal, es agradable conversar con alguien que tiene una perspectiva externa. Si yo busco un sonido concreto, puedo trabajar con Fern, pero no tengo mucha experiencia todavía. Aun así, si sabes cómo quieres sonar, deberías intentar tomar la posición del productor. Lo que hace que una canción sea buena suele ser la combinación de varias personas, pero si tienes claro cómo quieres que suene algo…

Para mí, “The Good Kind” abraza esa dualidad entre la soledad y la colectividad. Es muy íntimo, pero has colaborado con otros artistas, como Warpaint o Art School Girlfriend.

Todas las canciones que compongo son primero a guitarra y voz. Eso es algo que no podría hacer si hubiese alguien más delante, es demasiado personal. También entiendo la satisfacción que genera tocar con amigos. La gente que participa en “Relief” (Marika Hackman y Art School Girlfriend) son todos buenos amigos, y compartimos local de ensayo. “Relief” es una canción que refleja mucho la forma en la que yo veo a mis amigos dentro de mi vida, así que me resultó agradable que ellos pudieran hacer los coros.

Exposición de intimidad. Foto: Katie Silvester
Exposición de intimidad. Foto: Katie Silvester

Tú, además, eres guitarrista en The Big Moon. ¿Cómo de diferente te sientes en cada uno de los proyectos?

Es francamente diferente. Empezamos ambas bandas al mismo tiempo, más o menos. Y me gusta mucho tocar la guitarra y el bajo en proyectos de otras personas. Bueno, The Big Moon es mi banda también, pero siento que le hago de apoyo a Jules, que es la compositora. Por tanto yo escribo mis arreglos de una forma distinta, porque sé lo que ella necesita, que no es lo que necesitaría yo en mi proyecto. Me encanta tocar con gente distinta, es algo que me sale de forma natural. Antes de Our Girl yo no había sido la líder de una banda, sino que componía de vez en cuando. Estoy muy contenta de tener ambas. Creo que si solo tuviera una también querría la otra.

Aun así, has comentado que casi dejas Our Girl durante los momentos de grabación. ¿Cómo te sientes actualmente?

Siento que estamos más unidos que nunca y disfrutamos de tocar en vivo como nunca antes lo habíamos hecho. Esta banda es una parte muy importante de nosotros. Hemos estado juntos desde hace diez años, así que nos conocemos muy bien. Ahora mismo sabemos exactamente lo que uno necesita del otro. En ese sentido, funcionamos como una familia. Hubiese sido genial tocar con ellos en España teloneando a Porridge Radio, pero no fue posible. Girar es bastante caro.

La primera canción del álbum se titula “It’ll Be Fine”. ¿Podríamos decir, en ese caso, que está todo bien ahora?

Creo que nada está del todo bien nunca. Y esa canción es sobre no estar bien pero no saber por qué. Es sobre mí, y también sobre alguien más. Creo que es agradable aceptar que las cosas no marchan bien siempre, porque solo así puedo estar tranquila y pensar que mi vida podría cambiar dentro de un mes. Ahora tengo más claridad sobre eso. Y estoy aprendiendo a hacerlo por mí misma, a tratar de estar tranquila en situaciones terroríficas, o a tener conexión con gente que me hace sentir bien cuando estoy en momentos malos. Por ejemplo, después de lo nerviosa que he estado durante la grabación, estoy mucho mejor ahora. Pero sé que eso va a cambiar dentro de poco. ∎

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