La vida es sueño. Foto: Vice Cooler
La vida es sueño. Foto: Vice Cooler

Entrevista

Peel Dream Magazine: “Me tomo como un cumplido que digan que mi música es aburrida”

Joe Stevens, el cerebro de Peel Dream Magazine, lanza reflexiones sobre su último trabajo, “Rose Main Reading Room”, un álbum que equilibra la melancolía y la ligereza, mientras desmenuza su relación con Nueva York y revela su peculiar enfoque sobre la composición.

Joe Stevens, originario de Nueva York, es el creador de Peel Dream Magazine, grupo que lleva el nombre del legendario DJ de la BBC Radio 1, John Peel. A lo largo de su carrera, ha explorado sonidos que abarcan desde el krautrock hasta el dream pop y el shoegaze. Afincado en Los Ángeles tras la pandemia, Stevens presentó recientemente “Rose Main Reading Room” (Topshelf, 2024), su cuarto álbum y el primero con el sello Topshelf. Este disco es la continuación de “Pad” (Tough Love, 2022), un álbum conceptual centrado en la separación de la banda y su intento de reconstrucción.

En sus trabajos anteriores, “Modern Meta Physic” (Slumberland, 2018; reeditado el pasado 31 de enero en edición deluxe) y “Agitprop Alterna” (Tough Love-Slumberland, 2020), la banda destacó por fusionar influencias de Stereolab, My Bloody Valentine –especialmente de la era “Isn’t Anything” (1988)– y Sufjan Stevens, mientras que “Pad” dio un giro hacia un pop más barroco con música de cámara. “Rose Main Reading Room” fusiona todos estos estilos y nos transporta en un viaje en el tiempo por la infancia de Stevens en Nueva York, explorando temas de identidad y percepción a través de sus recuerdos de Manhattan y los edificios históricos de la ciudad.

Esta introspección se logra mediante sintetizadores cósmicos y un pop caleidoscópico, junto con la participación de la vocalista Olivia Babuka Black y el multinstrumentista Ian Gibbs. Con nueve horas de diferencia horaria con Los Ángeles, conversamos con Joe emocionados por la posibilidad de que este 2025, casi seguro, incluya España en su gira europea…

Ian Gibss, Joe Stevens y Olivia Babuka Black. Foto: Bryce Pulaski
Ian Gibss, Joe Stevens y Olivia Babuka Black. Foto: Bryce Pulaski

¿En qué momento surgió esa introspección que te llevó a querer tocar canciones sobre tu infancia en Nueva York?

Crecí en los suburbios, a unos 30 minutos de Manhattan. Aunque no éramos “gente de ciudad”, íbamos a Nueva York con frecuencia, sobre todo los fines de semana. Mi papá a veces nos llevaba a mi madre y a mí a Central Park, a museos o a ver partidos de los Yankees. Tengo muy buenos recuerdos de esos días. Después de la universidad, viví en Nueva York como adulto durante unos diez años. Simplemente disfrutaba de esa versión más cinematográfica de Nueva York, la que creo que la mayoría de la gente conoce, aunque al vivir allí te desensibilizas un poco. Pero al mudarme a Los Ángeles hace unos cuatro años, Nueva York empezó a parecerme algo más abstracto, como la ven quienes no son de allí. Quería escribir algunas canciones sobre Nueva York. Tenía en mente el Museo de Historia Natural y pensé en un disco donde cada canción fuera como una sala distinta, una especie de alegoría de quién soy. Al final el álbum no fue tan conceptual, es solo una colección de canciones, pero lo incliné un poco en esa dirección. “Central Park West” trata de esos recuerdos de la infancia y de cuando deambulaba por la ciudad. Los paseos por Central Park, la vida en sus calles… Todo me inspiraba.

¿Sientes que Nueva York sigue siendo la misma ciudad o que ha cambiado?

La verdad es que ya no disfruto tanto al visitarla, y me alegra no vivir allí. Mi familia vive allí, lo que siempre implica planificación y logística. Aunque parezca la misma ciudad, Nueva York cambia constantemente, especialmente Brooklyn. Cada año encuentras un paisaje diferente: edificios derribados, negocios que cierran y otros nuevos. Pero Manhattan, sobre todo Midtown y las zonas turísticas, son como una cápsula del tiempo.

“En mi niñez sentía mucho la presión de los roles de género. Te enseñaban a pelear, a practicar deportes y a abrazar esa idea de guerra y masculinidad. Es algo bastante ridículo. Aunque tengo un lado competitivo, me entristece pensar en lo limitada que era esa experiencia”

Joe Stevens

Ahora que vives en Los Ángeles, ¿crees que estas dos ciudades te inspiran de manera diferente a la hora de hacer música?

Creo que podría escribir música en cualquier lugar, incluso en Nueva Escocia. Pero Los Ángeles y Nueva York me gustan mucho, cada una a su manera, y ambas me inspiran.

Al indagar en tu canción “Recital” se intuye que estudiaste piano…

Sí, desde los seis años hasta el final del instituto.

¿Has seguido estudiando algún tipo de música, composición o similar?

No formalmente. Pero desde que me mudé a Los Ángeles he estado haciendo mucho trabajo de composición, que no requiere ningún tipo de título. Y con la ayuda de otras personas he aprendido mucho sobre producción musical, arreglos y cosas así. No pienso en teoría musical ni en esas cosas.

“War and glory, glory! I want you…” ¿Qué te llevó a escribir sobre la glorificación de la guerra en “I Wasn’t Made For War”?

En mi niñez sentía mucho la presión de los roles de género. Te enseñaban a “ser un hombre de verdad”, a pelear, a practicar deportes y a abrazar esa idea de guerra y masculinidad. Es algo bastante ridículo. Aunque tengo un lado competitivo, me entristece pensar en lo limitada que era esa experiencia. Cuando entendí que no tenía que ser un tipo duro me sentí liberado, especialmente al mudarme a la ciudad.

Energía positiva. Foto: Vice Cooler
Energía positiva. Foto: Vice Cooler

Querría hablar de otra de tus canciones, “Counting Sheep”, lo que todos hacemos cuando no podemos dormir. ¿Este álbum te está ayudando a dormir mejor?

Sí, un poco. Pensé en ella como una canción de cuna suave. Al principio no iba a formar parte del álbum. Es un tema introspectivo, que reflexiona sobre mi historia personal, sobre perdonarme a mí mismo por los errores del pasado y, al final, sobre vivir en el presente.

¿Cuál es el miedo que más te atormenta?

A veces temo ser inútil o desagradable, lo cual sé que es irracional, pero es un miedo de toda la vida. Me preocupa ser rechazado por los demás.

En cambio, “Four Leaf Clover” suena como un amuleto de la buena suerte. ¿A quién representa?

“Four Leaf Clover” en realidad trata sobre mi esposa. Normalmente evito las canciones directas de amor, pero esta es algo especial. Expresa lo positiva que es ella en mi vida. Hay un juego de palabras: estoy diciendo que es mi amuleto de la buena suerte, pero también que es tan increíble que, en cierto modo, me da un poco de celos…

Noto que hay un recurso de repetición en las canciones y que vuelven esas influencias de Stereolab y también de Belle & Sebastian…

Mi álbum anterior, “Pad”, es algo fuera de lo común en mi discografía, una aberración. Pero en los dos anteriores y en “Rose Main Reading Room” hay un eje común: el minimalismo musical, con estructuras repetitivas y simples, con pocos cambios. Siempre quise que fuéramos una banda que no escribe canciones perfectas, sino algo más extenso, repetitivo, casi hasta el punto de aburrir. Me inspiran los sonidos drone y la música oriental, los primeros años de Stereolab y compositores minimalistas como Steve Reich, Philip Glass y Terry Riley. La idea es ofrecer al oyente un sonido familiar y luego jugar con sus expectativas, alargando la repetición y rompiendo la estructura típica de una canción. Me tomo como un cumplido que digan que mi música es aburrida. Me inspiran también Haruomi Hosono, Ryuichi Sakamoto, Yellow Magic Orchestra y el krautrock, especialmente Neu! Además, Sufjan Stevens ha sido una gran influencia en la textura y estética de mi música.

“Me inspiran los sonidos drone y la música oriental, los primeros años de Stereolab y compositores minimalistas como Steve Reich, Philip Glass y Terry Riley... Me inspiran también Haruomi Hosono, Ryuichi Sakamoto, Yellow Magic Orchestra y el krautrock, especialmente Neu! Además, Sufjan Stevens ha sido una gran influencia”

Joe Sevens

¿Y quiénes dirías que son las personas, no solo de ahora, sino de siempre, que han influido en lo que te gusta hacer?

Mi profesora de piano fue fundamental. Era exigente pero con un talento innegable, me ayudó a desarrollar una base sólida y una gran pasión por la música. Mi hermano, además, fue mi primer mentor. Estudió composición y me abrió las puertas a sonidos que nunca había imaginado: clásica, experimental, ruido, electrónica, y todo mezclado con su amor por Nirvana y Pearl Jam. En Nueva York descubrí una escena musical vibrante y underground que me marcó. Y en general me inspiran aquellos que usan su arte, dentro de cualquier ámbito, para conectar con los demás y dar forma al mundo.

¿Puedes contarnos un poco sobre esas otras composiciones musicales fuera de Peel Dream Magazine?

Desde que me mudé a Los Ángeles he buscado ganarme la vida con trabajos freelance como componer para agencias, anuncios y pódcasts. Me atrae la parte funcional de esto y no tiene que ser algo brillante ni perfecto. Artistas como Andy Warhol crearon cosas vanguardistas pero también trabajaron en diseño gráfico. No siempre me concentro en mi “obra maestra”, y también disfruto de estos trabajos sencillos que cubren mis gastos. Mi sueño es que el trabajo de la banda y mi labor como compositor freelance se complementen. Tengo varios instrumentos virtuales y programas MIDI y conozco a muchos músicos en Los Ángeles. La ciudad está más enfocada en la industria musical que Nueva York, y me encanta ser parte de eso.

¿Te da miedo el alcance que tiene actualmente la IA en el mundo de la composición?

Sí, lo tengo. Me han comentado que la IA puede generar música personalizada de gran calidad, pero yo prefiero ir paso a paso. Creo que la composición para cine, como los jingles, podría verse afectada por la inteligencia artificial y entiendo que pueda quitarles trabajo a algunas personas. Pero la composición es un proceso mucho más profundo, humano, de interactuar con las personas involucradas en el proyecto. Creo que siempre habrá un espacio para que los seres humanos sigan desempeñando un papel importante en todo esto.

“Wish You Well”, vídeo realizado por Peel Dream Magazine.

Los vídeos y visuales de los sencillos tienen un grano y una textura interesante. ¿Buscabais ese efecto a propósito?

No tenemos presupuesto para este tipo de cosas. Mi sello me dio 1500 dólares para hacer cuatro vídeos musicales, lo cual es poco, incluso para uno solo. Para “Lie In The Gutter” utilizamos imágenes de la gira grabadas con una cámara pequeña y algo de Super 8, lo que le da un toque vintage. En “Central Park West” y “Dawn” usé imágenes de archivo gratuitas que encontré buscando cómo hacer un vídeo gratis. Y luego, para “Wish You Well”, que fue el vídeo más serio, un poco de grano para darle estilo, aunque no lo teníamos muy planeado. ∎

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