Canción del día

LISA feat. Rosalía

New Woman2024
LISA y Rosalía: lo que les da la gana.
LISA y Rosalía: lo que les da la gana.

En la primera –y hasta ahora última– canción del día dedicada a LISA ya suponíamos que en algún momento del futuro publicaría una colaboración con Rosalía y la promesa no se ha hecho esperar: “New Woman” llega casi dos meses más tarde que “Rockstar” como inmediata sucesora. Ahora ya sabemos que el verso de la catalana que ha estado circulando estos días por redes sociales –“Soy la Rosalía, solo sé servir”– no pertenece a su nuevo disco ni tiene por qué estar orientado al sonido de este. Aparte de la famosa frase, resulta bastante extraña la poca promoción que ambas están haciendo del tema.

“New Woman” parte de la amistad cultivada entre ambas a lo largo de los años, pero otro tipo de intereses subyacen en la colaboración. La Rosalía post “Motomami” (2022), metida de lleno en su era más otaku, lleva un par de años preparándose para la conquista de Asia. Y LISA ha decidido que todo lo surcoreano se le ha quedado un poco pequeño. Si todo sale tal y como las artistas desean, el featuring será un win-win parecido a los matrimonios concertados de la nobleza medieval.

Lo curioso de la carrera de LISA es que para conseguir lo grande tiene que pensar en lo pequeño. “Rockstar” tenía poco de k-pop, pero “New Woman” no tiene nada. “LALISA”, su primer single en solitario, presentaba un videoclip cargado de ostentación: neones fluorescentes, narrativa policiaca, poledance y un decorado caribeño que se transformaba en un templo tailandés sobrecargado de dorado.

Esa petulancia hortera surcoreana se ha transformado en un clip dirigido por Dave Meyers –Billie Eilish, Harry Styles– donde ya solo el tratamiento del color exclama “¡Occidente!”. Un cúmulo de imágenes alegóricas apuntan a que la tailandesa está bastante harta de su antigua industria; y el papel de Rosalía exclama “¡dilo, tata!”: depilándose unas piernas donde el vello se sustituye por purpurina, fotocopiándose o permitiendo que un puñado de manos la maquillen y desmaquillen a su antojo, afirma que ha estado supeditada a algo más grande durante mucho tiempo. El yin yang que ambas forman con sus cuerpos representa esa fuerza opuesta y contradictoria que termina formando el todo: ha de minimizar su producción para maximizar su resultado.

Por eso mismo, “New Woman” no ha sido coreografiada: LISA siempre ha sido la bailarina en BLACKPINK, pero en su carrera en solitario prefiere resaltar su papel como rapera. Rosalía sigue a la tailandesa en un recitado más hiphopero que el registro que ha hecho hasta ahora: incluso en el beat se aprecia, sobre ese bajo sincopado, un efecto rebobinado de pinchadiscos noventero. El tratamiento de la caja y el charles mantiene ese gusto por el rap americano de finales del siglo XX: de algún modo, LISA necesita reivindicar la autenticidad de su gusto, porque las raperas de las girlbands de Corea del Sur –ya sea por su imagen bubblegum o su entrenamiento previo– están bastante denostadas por los raperos “de verdad”.

Así, en “New Woman” consigue un nuevo logro en su independencia a través del “menos es más”. Para Corea del Sur, solo más es más, pero LISA ni siquiera es coreana. Aunque la independencia en un artista con las características de la tailandesa siempre sea algo relativo, sí que se puede apreciar que, definitivamente, es una new woman. Y quién mejor para asesorarla que esa catalana que siempre ha hecho lo que le ha dado la gana. ∎

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