Scowl

El fichaje por la discográfica Dead Oceans –casa de Bright Eyes, Toro Y Moi o Cassandra Jenkins, entre otros muchos– tras su paso por la rocosa Flatspot Records –hogar de Countdown, Minus o Kill Your Idols– evidencia un cambio de ciclo para Scowl, la banda californiana formada por la vocalista Kat Moss, los guitarristas Mikey Bifolco y Malachi Greene, el bajista Bailey Lupo y el batería Cole Gilbert, en activo desde 2019. Su visita a España en el verano de 2023 y su presencia en la edición del Primavera Sound del presente año dejan claro el nivel de popularidad y forma en que se encuentran.

Rebajada la testosterona de sus coléricos inicios, más propios de una banda de hardcore de Nueva York, el nuevo rumbo tomado por los de Santa Cruz arroja una pala de cal y otra de arena: la inclusión de más medios tiempos, que viran del vitriolo punk a terrenos más abonados al pop. No hay que olvidar que la diva Billie Eilish está entre las actuales preferencias musicales de Kat.

Con un inicio marcial de batería y unos riffs abiertos de guitarra, el tono melódico de las voces en “Special”, muy similar al de bandas como Paramore, empasta perfectamente con el metálico medio tiempo, que desemboca en un estribillo que alcanza el clímax con unos guturales propios de una banda deathcore al uso. Es como si, pese al modosito look a lo Avril Lavigne que presenta Moss en el videoclip, hubiera sido poseída por el espíritu demoníaco de la niña de “El exorcista” (William Friedkin, 1973) en una pirueta bronca digna del metalcore de Emma Boster (Dying Wish) o Candace Kucsulain (Walls Of Jericho). El leitmotiv sobre las ganas de vivir –“el infierno de mi perdición es desesperación por sentirse vivo”– converge en un mea culpa derrotista: “¿Sentiste vergüenza ahora que estás huyendo? Perdiste la fe, no la querías”.

El single, con embrión en una idea de Greene, ha sido producido por el alquimista Will Yip (Arctic Monkeys, The Wonder Years, Quicksand), limando asperezas de brutalidad hacia un sonido más pulido, donde el equilibrio compensa el punch grave de antaño. ∎