Porque puede que mi burbuja de redes sociales sea diferente a la tuya, pero pongo mi mano en el fuego a que ambas han hervido estos últimos días con el concierto de Oasis que, el pasado viernes 4 de julio, reunió a los hermanos Gallagher en Cardiff para dar el chupinazo de una gira de la que hace meses que hablamos. Y, sí, soy consciente de que este tema ya ha salido en la Rockdelux recientemente, pero me voy a permitir el lujo de volver a ello desde el punto de vista más viral simple y llanamente porque es de lo único que se está hablando en estas últimas jornadas.
La fiebre arrancó incluso días antes del show, cuando los fans empezaron a postear fotos como esta en honor a la icónica portada de “(What’s The Story) Morning Glory?” (1995). A lo que siguió una especie de retransmisión no oficial de la experiencia del concierto por parte de los asistentes, que dejaron constancia de un abanico de fenómenos que van desde algunas opciones gastronómicas que hicieron que algunos se quedaran un poco “looking back in anger” por el módico precio de 20 libras hasta una impagable documentación de cómo los fans de Oasis siguen vistiendo como si todavía estuviéramos en 1997.
Claro que también los medios más oficiales y oficiosos se sumaron al hype hablando de la reunión de los Gallagher o, como es el caso de la BBC, asesinando (moralmente) a Oasis con comentarios que metían el dedo en la llaga del hecho de que las nuevas generaciones puede que conozcan más a la banda por determinados anuncios que por su histórico beef con Blur. Ya dentro del concierto, hubo tiempo para mostrar solidaridad con Palestina y para rendir homenaje a Diogo Jota, jugador portugués del Liverpool que falleció recientemente en un accidente de coche junto a su hermano.
También hubo espacio para el salseo de una Anna Taylor-Joy pegándose el filetazo con su marido Malcolm McRae en un clip sin sonido que me hace desear que ocurriera durante “Stand By Me”, porque le pega todo. E incluso hubo guiños al cachondeo con el recortable de cartón de Pep Guardiola que los hermanos plantaron sobre el escenario… Total, una noche que se puede resumir en esta foto que pasará a la historia. Y, cuando digo que pasará a la historia, lo digo con todas las de la ley porque resulta que ya hay gente que incluso se la ha tatuado en lugares inverosímiles del cuerpo.
Cualquiera podría pensar que Elon Musk iba a mantener un perfil bajo después de que Trump y su gabinete empezara a sembrar la duda con la (maravillosa) posibilidad de deportar al techno-bro por excelencia… Pero Elon Musk es Elon Musk. Así que, en vez de mantener ese recomendable perfil bajo, el tío declaró que Grok debía mejorarse de forma significativa con una nueva actualización que lo que ha hecho más bien es que la IA de X empiece a referirse a sí misma como MechaHitler y a diseminar un inquietante discurso antisemita que ha quedado inmortalizado en pantallazos como este o este otro. Lo mejor de todo es que, cuando los usuarios preguntaron a Grok si esta nueva personalidad de MechaHitler había sido activada por Musk, la IA respondió que nanay, que en verdad Elon la había diseñado así “desde el principio”.
Madredelamorhermoso, menudo movidón lo de The Velvet Sundown… Así que, cuidado, porque esta vez el contexto viene enrevesado: en las últimas semanas, ha sorprendido el éxito de una banda llamada The Velvet Sundown que lo peta con más de un millón de escuchas mensuales en Spotify. Cuando los medios empezaron a interesarse por el grupo en cuestión, sin embargo, se toparon con varias cositas extrañas entre las que hay que destacar un perfil de Instagram en el que absolutamente todas las fotos están creadas con IA.
Y aquí empezó lo bueno. De repente, un tal Andrew Frelon salió a la palestra como portavoz oficial de The Velvet Sundown para declarar a la ‘Rolling Stone’ que los temas de la banda que pueden escucharse en las plataformas de streaming fueron creados usando Suno (servicio gratuito para generar música y convertir texto en melodías). Esta charada duró unos días hasta que el presunto portavoz volvió a salir a la palestra, esta vez para admitir que formaba parte de una trama para engañar a los medios. Una declaración que coincidía con un comunicado de la página verificada de The Velvet Sundown en Spotify desvinculándose tanto de Frelon como de la cuenta del grupo en X-Twitter. Entonces llegó Deezer, rival de Spotify, para poner sobre la mesa que su sistema de detección había identificado las canciones de la banda como “100% generadas por IA”, algo que hace recordar las declaraciones de Daniel Ek, CEO de Spotify, sobre su intención de permitir libremente la presencia en su plataforma de la música generada con IA.
Entre tantos dimes y diretes, solo hay una cosa clara: las canciones de The Velvet Sundown se han empezado a colar en las listas de éxitos por mucho que la reacción generalizada sea un poco de “fuck AI”. Y es que, aunque estén clarísimas las referencias que se han usado en el prompt para crear las canciones de la banda, no se puede negar que este caso abre un debate alrededor del uso de la IA por parte de plataformas como Spotify para generar esa música que determinadas (MUCHÍSIMAS) personas escuchan de fondo mientras hacen otras cosas, sin prestarle demasiada atención. Música por lo que, en última instancia, no van a tener que pagar a ningún músico que, además, les acuse en redes de ser unos usureros.
Porque está claro que esos millones de escuchas no vienen de que absolutamente nadie haya ido expresamente al Spotify de The Velvet Sundown para escuchar su música. Vienen, más bien, de incluir esa música en los centenares de playlists que son el modus operandi habitual de aquellos que utilizan este tipo de servicios musicales de forma casual y, perdón por lo que voy a decir, también de forma un poco descerebrada. Porque, en serio, ¿me vas a decir tú que escucharías por voluntad propia a una banda con estas fotos de Instagram que son puro cringe? ∎