La semana vista por…

Programación nacional y ecléctica en las las Fiestas de San Isidro, en Madrid, aunque este año la balanza se ha ido con mucho menor disimulo hacia lo más carpetovetónico y rancio. Entre el 3 y el 15 de mayo se celebrarán 56 conciertos gratuitos en diferentes emplazamientos de la capital. En el programa oficial, el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, destaca las actuaciones de Los del Río, Ella Baila Sola, Azúcar Moreno, Nancys Rubias, Antonio José, Russian Red, Diana Navarro y la Banda Sinfónica Municipal. También se han anunciado los nombres de Café Quijano, La Frontera, Mägo de Oz y David Civera, mientras que el pregón correrá a cargo de David Summers. Es cierto que habrá un puñado de conciertos interesantes, como los de Ralphie Choo, Queralt Lahoz, Los Punsetes, Karmento o el evento “Mataderas. Zona Bruta: 30 años de hip hop made in Madrid”, con seis raperas encabezadas por Arianna Puello. También algún gesto inesperado, como la inclusión de Pedro Pastor, anteriormente censurado por varios consistorios del Partido Popular. Son estas, en realidad, unas pocas excepciones en la línea general de un cartel bastante significativo del concepto que el equipo de Martínez-Almeida tiene de la cultura y de la música popular.

Pero siempre hay iniciativas loables que ayudan a sacudir la caspa. El 25 de junio actuarán en la también madrileña sala El Sol Lydia Lunch y Marc Hurtado. Será parte de una gira especial donde la neoyorquina y el francés (cofundador del dúo Étant Donnés) interpretarán canciones de Suicide y Alan Vega –con quien ambos coincidieron en el álbum “Re-up” de Étant Donnés, en 1999–. Las entradas ya están a la venta al precio anticipado de 18 euros.

Pero, ahí afuera, permanece el clamor porque cada vez son más caros los conciertos de cierta envergadura. En paralelo, las bandas se quejan con más frecuencia de que pierden dinero si salen de gira. Y, en medio de todo este contexto, llama la atención la carta abierta firmada por 280 artistas, encabezados por Billie Eilish, Lorde y Green Day, pidiendo que se apruebe con urgencia en Estados Unidos la Fans First Act, una propuesta de ley para regular el mercado de la venta de entradas y proteger al consumidor. Lo llamativo de la misiva es que esta se centra básicamente en castigar la reventa en el mercado secundario, pero no dice nada acerca de bajar los precios o de que los recargos por gastos de gestión sean menos abusivos.

Esto es aún más serio: el rapero iraní Toomaj Salehi ha sido condenado a muerte por criticar al gobierno del país en sus canciones y redes sociales, y por participar en manifestaciones de protesta. Tiene veinte días para apelar y, mientras tanto, ya se han producido movilizaciones por parte de las asociaciones de derechos humanos. Salehi llevaba encarcelado desde octubre de 2022. En el último videoclip que grabó antes del arresto, dice cosas como: “Su crimen fue bailar con el cabello al viento. Su crimen fue ser valiente y criticar 44 años de su gobierno. Es el año del fracaso”.

Una noticia de cine para cerrar. Aaron Sorkin ha declarado en el pódcast estadounidense “The Town” que está pensando en escribir una suerte de secuela espiritual de “La red social”, el filme que dirigiera David Fincher en 2010. El guionista afirmó que él culpa a Facebook de los acontecimientos del 6 de enero de 2021, cuando simpatizantes de Donald Trump ocuparon el Capitolio de Washington. Al ser preguntado por la responsabilidad que atribuye a la red social en aquellos acontecimientos, él respondió hábilmente: “Tendréis que comprar una entrada de cine para saberlo”. De todos modos, no pongan los dientes largos todavía. El proyecto no está nada avanzado, y Sorkin también ha afirmado que solo seguirá adelante con esto si David Fincher dirige la película. El cineasta todavía no se ha pronunciado al respecto.