Libro

Antonio García Martínez

Franco Battiato y la búsqueda espiritualProkomun Libros, 2024

En algunas ocasiones –muy pocas, afortunadamente– aparecen libros que hablan de un músico sin referirse a su música. De hecho, es como ir a la playa y no bañarse, o como ir a una discoteca y no bailar. Pero no nos queda más remedio que aceptar que hay gente con gustos de todo tipo. Este es el caso de Antonio García Martínez (Madrid, 1960), un procurador de tribunales de Madrid que practica el yoga y confiesa ser un admirador de Franco Battiato, aunque solo se refiere a su obra para comentarnos el aspecto espiritual de las letras de sus canciones.

Y resulta que Franco Battiato (1945-2021) era un compositor e intérprete –además de muchas otras cosas– impregnado de una gran espiritualidad, y como tal lo expresaba en muchos de sus composiciones y discos. No era, sin embargo, un ferviente católico, sino que recogía enseñanzas de las más diversas religiones: el sufismo musulmán, el budismo tibetano, el taoísmo, el hinduismo, el judaísmo, el misticismo cristiano… Y con todos esos ingredientes se compuso sus propias creencias, que incluían el “cuarto camino” –doctrina metafísica introducida por George Gurdjieff–, el sexo tántrico, el vegetarianismo y la fe ciega en la reencarnación, entre otras opciones.

En “Franco Battiato y la búsqueda espiritual”, García Martínez nos va descubriendo todas esas características de un Battiato que conocíamos por sus canciones, hasta el extremo de encontrarnos con un personaje que casi nos resulta desconocido, ya que más allá de su indudable capacidad creativa tenía, seamos sinceros, una confusión mental –por definir su estado de alguna manera– de agárrate y no te menees.

Y esa confusión parece haberse contagiado al autor del volumen, ya que su estudio es bastante disperso: la redacción es deficiente, hay muchos errores de puntuación; en muchas ocasiones no se sabe si está hablando de discos o de canciones; tampoco queda claro quién pronuncia determinadas declaraciones, ni de dónde proceden; en la discografía seleccionada se echan en falta datos importantes como el año de publicación, la compañía editora o si el trabajo contó con una versión en castellano…

Es decir, que al compilador de esta “búsqueda espiritual” del malogrado artista italiano solo parece interesarle el proselitismo –algo que, por cierto, nunca intentó el autor de “Centro de gravedad permanente”–, y reproduce diatribas del tal Gurdjieff y otros teóricos del asunto, como René Guenón o su maestro Ramiro Calle, que es el autor del prólogo. Pero de música, nada.

Para eso, mejor leer a José Manuel Caturla en “Franco Battiato: listado emocional”, a Felipe Cabrerizo en “Franco Battiato. Epílogo” o a César Estabiel en “Franco Battiato: ¿quién soy yo?”. ∎

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