He de decir que siempre me enfrento con un poco de reticencia a un trabajo de corte nacional sobre un objeto de estudio lejano. En primer lugar, porque un trabajo de campo rara vez implica una metodología desde la distancia; en segundo (y tirando de este hilo), porque por una cuestión probabilística existirá alguien autóctono con una visión más empática, pero objetiva, del estudio de caso. Reikiavik, capital de Islandia, tiene unos 139.000 habitantes: menos que Valladolid, Salamanca, Granada o Vigo. Todo el país, algo menos de 400.000: más o menos, toda la población concentrada en Palma de Mallorca. Hay 14 vocales y 18 consonantes en el alfabeto islandés, sale a borbotones agua hirviendo del suelo, la energía geotérmica trae consigo precios bajos en la factura de la luz. Entender una figura como la de Björk, educada bajo unos valores medio hippies, sin experimentar la cultura del contexto en el que se crió suele ser una tarea peliaguda. Nørdica Libros, sin embargo, edita una excepción a la norma, un análisis de la figura nada hiperbólico y, ante todo, muy útil.
Libros como “Björk. Una constante mutación” no solo ayudan a entender a la figura artística, sino también la forma en que un determinado núcleo poblacional entiende a la artista. Análisis historiográfico más que histórico, vaya. La reticencia va difuminándose en cuanto se empieza la lectura: la editorial se dedica prácticamente a editar en España las diferentes literaturas de los países nórdicos. Se entiende que ese acercamiento intercultural ya lo tienen de base. Otro punto a favor, y quizá el más importante del trabajo: el libro no es una biografía, ni un ensayo de aquellos que visten de leyenda la extravagancia. Una figura tan ecléctica como la islandesa es carne de ser analizada desde el misticismo, la magia y otras aptitudes divinas en cualquier retrospectiva a su trayectoria. La editorial, sin embargo, se dedica a recopilar escritos sobre ella en diversos momentos de su carrera: la magia o el misticismo, si aparecen, lo hacen en boca de los autores escogidos. Y ya se sabe lo que dicen por ahí: quien dice algo de Björk, dice más de él que de Björk.
La selección de textos es exquisita, pues funciona como un puzle de polos opuestos que, a la larga, posee un sentido global. Dentro de esta, varios puntos reseñables: el primero de ellos, que no se limita únicamente a recoger textos de periodistas españoles, lo que ayuda a reflexionar sobre los paralelismos y diferencias a la hora de comprender la figura de la artista en otros países. La segunda es la ordenación de estos. El libro se articula por bloques delimitados en base a sus lanzamientos discográficos. Tras uno introductorio y otro por MUSIC RADAR CLAN dedicado a la época previa a su trabajo en solitario, hay uno dedicado a cada álbum de la autora. Dentro de estos hay entrevistas, crónicas de conciertos o simplemente reseñas, pero destaca la inteligencia en la selección temporal: hay escritos de textos coetáneos a los momentos de cada lanzamiento, pero también algunos de ellos con la retrospectiva del tiempo. Por ejemplo, en la era “Post” encontramos el artículo de JORDI BIANCIOTTO para esta revista el mismo año de su lanzamiento (1995), pero también un nuevo análisis a los 25 años de su salida, por CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA para ‘Mondo Sonoro’ (publicada en 2022). Dicha selección ayuda a discernir los puntos de unión, pero también de lejanía, sobre cómo se comprendía a la artista y cómo se comprende ahora y, en definitiva, cómo su trayectoria más cercana al tiempo presente ha condicionado la forma que tenemos de analizar también su pasado.
En conclusión, “Björk. Una constante mutación” se erige como una obra alejada de clichés o de alimento para biopics, centrándose en un análisis plural que destaca por su trabajo hemerográfico. Comprendiendo una historiografía diversa, comprendemos a la islandesa desde diversos frentes. El libro no solo desentraña la evolución de Björk, sino también cómo ha sido percibida y reinterpretada a lo largo del tiempo y en diferentes contextos culturales. Porque el ídolo no radica exclusivamente en el quién se ensalza, sino en el cómo se cuenta. El acabado de la edición física, además, da gusto tenerlo entre las manos. ∎