Barry B es uno de esos proyectos que aparecen sorpresivamente, o que llegan de repente a los oídos cuando ya están relativamente consolidados en su escena. El proyecto surge en 2021, ya de la mano de Sony. Durante estos años, orbita en torno a rusia-idk en varias colaboraciones con DRUMMIE, rusowsky o Ralphie Choo; también se junta con Teo Planell, D3llano o Recycled J: su discografía se inunda de voces ajenas y cuesta percibir cuál es su voz y cuál es la del otro. En mayo de 2024 comienza a soltar adelantos de su álbum de debut, aunque resulte raro hablar de debutante tres años después de su primera aparición. Esta vez, ya lo hace de la mano de Universal. Parece que hasta ahora estuviera jugando al crecimiento indirecto de la mano de artistas mejor posicionados que él, y este año, por fin, podemos escuchar lo que Barry B quiere transmitir en soledad.
Cabe preguntarse, entonces, a qué suena Barry B cuando se adueña de todo su proceso creativo. La respuesta es simple: menos experimental y más fórmula de lo que se pudiera esperar. “CHATO” toma su nombre del mote que utiliza su padre para referirse al cantante. El término también hace referencia a una persona de nariz poco prominente, y a un vaso de culo ancho y paredes cortas, comúnmente usado para el vino tinto.
El LP podría ser una radiografía de sí mismo, o al menos de un momento muy concreto de su vida. Así, parece que muestra múltiples escenas de ficción autobiográfica que se sitúan en el período entre el que deja su antiguo grupo y comienza a irle bien con este otro. Dentro de ello, hay dos caminos en la línea cronológica del trabajo: desamor y god’s plan. El primero se aprecia, sobre todo, en las baladas rock, de influencia británica, que colman el álbum. Por ejemplo, “Todo ese dolor” suena a la época inmediatamente posterior al country pop de Mumford & Sons, y “TK” trata de jugar al breakbeat fruto de la emigración jamaicana en Gran Bretaña, aunque a media asta.
El plan divino, en cambio, se utiliza de una forma prácticamente contextual. Resulta curioso que la generación más atea de la historia de la civilización utilice tantas metáforas sobre la religión cristiana (en forma de sino) en sus letras: más recientemente lo hemos visto con “Bodhiria”, el primer LP de Judeline, pero Barry B también se apropia de esa conversión religiosa en la edad adulta en letras como “Yo nunca he creído en Dios, ahora estoy arrodillado preguntándole si vas a volver” (“Todo ese dolor”), y mucho más en su junte con Carolina Durante, titulado directamente “Yo pensaba que me había tocado Dios”. Así, Barry B participa de esa nueva tendencia en el artisteo español de pensar (o, al menos, proyectar) en su cualidad de carismático y/o uniqueness como si el destino, los astros o un Ser Divino los hubiese señalado con el dedo y, por tanto, incrementado su talento por encima del resto de los mortales. Ciertamente, Barry B es de Aranda, y eso le permitió abrirse camino en el circuito de festivales a través del Sonorama (hace una década, con otros proyectos que tuvo antes de montarse una cosa en solitario). Estudió ingeniería y, planeando una mudanza a México, se estampó con el coche y tuvo que volver al negocio familiar. Se puede decir que gracias a ese accidente volvió a nacer o que, sin aquel, no habría podido triunfar en el mundo de la música. Una anécdota que refuerza su carácter divino y se encuentra con la epicidad que busca en su primer LP.
Dice de “CHATO” que es un collage de varios géneros musicales, ecléctico e inclasificable. Bueno, a ver. Lo cierto es que puede resumirse en una mezcla entre “Screamadélica” (Primal Scream, 1991) y “Wilder Mind” (Mumford & Sons, 2015) con Auto-Tune. Hay cosas del “Full Moon Fever” (1989) de Tom Petty y algo de Aaron Dessner, pero, aunque el acercamiento a Primal Scream le sale bastante mejor que a Dua Lipa, no es suficiente para hablar de una contraposición creativa de influencias. Al fin y al cabo, toda la música popular que escuchamos ya está impregnada de una clara influencia anglo, así que utilizar dicho término geolocalizador rara vez resulta descriptivista.
Mayo, Tuiste, DRUMMIE, Sam Gold, Roy Borland y nusar3000 han ayudado a coproducir el álbum. Carolina Durante y Gara Durán se cuelan en las vocales. “CHATO” es un LP de muchas manos pero no de tantos sonidos, un trabajo de soft rock con un poco de pop ibérico moderno pero, sobre todo, muy amable al oído. Con este, Barry B toma el rol de la persona más comedida de su escena, un rusia-idk que prefiere no salir de la zona de confort. ∎