Reediciones

Cocteau Twins

Four-Calendar Café / Milk & Kisses4AD-Popstock!, 2024

Los dos últimos álbumes de Cocteau Twins, publicados en Fontana, vuelven a 4AD, el sello en el que editaron sus seis LPs precedentes, en edición remasterizada y sin añadidos ni extras innecesarios.

Tras el éxito de “Heaven Or Las Vegas” (1990), uno de los pináculos del trío, Ivo Watts-Russell les abrió puertas: la relación con Robin Guthrie, Elizabeth Fraser y Simon Raymonde se había ido agriando con el paso de los años y la banda recaló en Fontana, entoces subsidaria de Philips.

“Four-Calendar Café” (1993) es un disco gestado en el conflicto, con la relación personal entre Guthrie y Fraser abocándose a la ruptura: la pareja se separó ese mismo año, tras trece de estrecha relación y el nacimiento en 1989 de su hija Lucy Belle.

Fue su disco de mayor éxito popular y ventas: alcanzó el número 7 en los charts británicos y a los tres años de su publicación había vendido más de 235.000 copias. También es el que podríamos considerar más pop, encapsulando los soñadores efluvios del grupo en formato de canciones más accesibles, algo que ya se aprecia desde la inicial “Know Who You Are At Every Age”, una perla que habría que colocar en cualquier “best of” de Cocteau Twins con un mínimo de luces.

“Four-Calendar Café” no fue muy apreciado en su momento y muchos fans y críticos echaron la vista atrás para recordar catedrales sónicas sumergidas de la majestuosidad de “Head Over Heels” (1983), “Victorialand” (1986) o el citado “Heaven Or Las Vegas”. Injusto: el disco mantiene el ADN de los mejores Cocteau Twins, con la guitarra líquida de Guthrie y la voz embrujada de Fraser haciendo su magia en cortes como “Bluebeard”, “Oil Of Angels”, “My Truth” y “Essence”: puro pop de ensueño para habitar en parajes que solo se materializan a través de magos de la alquimia sonora como ellos.

El canto del cisne, “Milk & Kisses” (1996), ya es otro cantar: se le podría calificar de mediocre o mera repetición (con pocas ganas) de una fórmula ya exprimida, aunque utilizar el adjetivo “mediocre” en el contexto de los Twins sea pecar de prepotencia. Pero es cierto que el disco alza el vuelo en contadas ocasiones (esa especie de vals que es “Half-Gifts” sería una de ellas; también “Rilkean Heart”, homenaje confeso a Jeff Buckley; o la hermosa “Seekers Who Are Lovers”, algo así como ABBA en un bosque de niebla), aunque la garganta de Fraser sigue luciendo en estado de gracia. Retrospectivamente, Raymonde opinó de “Milk & Kisses” en estos términos: “El proceso de composición fue bueno, pero siempre pensé que el disco sonaba apagado”. Una despedida discreta pero digna. En cualquier caso, estas recuperaciones –remasterizadas por Guthrie– del ocaso de Cocteau Twins constatan de nuevo la vigencia de una banda extraordinaria, hiladores de un sonido que ni sus alumnos más aventajados (Slowdive, The Sundays, Beach House) han llegado a igualar ni, por supuesto, superar. ∎

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