Después de la gran acogida de su música para “Luces de viernes noche” (Peter Berg, 2004), Explosions In The Sky podrían haber tenido una larga carrera paralela componiendo para el cine y la televisión, pero en realidad han sido bastante selectivos con sus scores. Sobre todo, han trabajado con un par de directores que no les piden solo repiqueteo de guitarras y crescendos extáticos: el citado Berg, que los usó también en “Friday Night Lights”, la serie, y David Gordon Green, para el que grabaron las músicas de “Prince Avalanche” (2013) y “Manglehorn” (2014).
Doce años después de “El único superviviente” (2013), repiten con Berg en la miniserie de Netflix “Érase una vez el Oeste”, historia de un casi amor y de una familia elegida imposible con el agitado territorio de Utah de 1857 como paisaje. En los albores de la guerra entre el ejército de Estados Unidos y la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la mujer (muy bien) interpretada por Betty Gilpin contrata a un arisco guía (Taylor Kitsch) para ayudarles a ella y a su pequeño hijo (Preston Mota) a cruzar una cordillera amenazadora (facciones en lidia, bandidos, tribus hostiles, criaturas salvajes, los elementos, suma y sigue) en dirección a una localidad llamada Crook Springs, donde deberían encontrarse con el padre del chaval. Lo que sigue es un poco exhibición de atrocidades: disparos a bocajarro, cuchilladas al cuello, flechazos en la frente, degollaciones en serie, latigazos, etcétera, todo ello musicado con estilo evocador y amargo por unos Explosions In The Sky reacios a plagiarse a sí mismos.
La atmosférica, tensa “The Fort”, con ese de electrónica pulsátil a lo Carpenter, hace referencia a Fort Bridger, donde la protagonista Sara y su hijo Devin deben encontrarse con el hombre que inicialmente iba a ayudarlos a completar el trayecto. El mesurado galope de “Hard Road” suena cuando los vemos unidos a una caravana de mormones después de que hayan asesinado a ese primer guía. Poco después llega lo que en el disco se titula “A Massacre” y suena a frenesí percutivo: ese (trucado) largo plano secuencia en el que soldados mormones vestidos, en algún caso, de nativos americanos atacan al grupo de emigrantes en el Viejo Sendero Español; calvario inspirado en los ataques de la verdadera Masacre de Mountain Meadows.
Antes que seguir siendo sinónimo de victoria, Explosions prefieren aquí explorar, a veces, resultados más ambiguos, más oscuros, como demuestran también los sonidos en reverse de “Jacob’s Descent”, sobre el descenso a locura y el asesinato del mormón Jacob (Dane DeHaan), cuya búsqueda de una de sus mujeres acaba adquiriendo inesperada emoción. O buscar, antes que una progresión hacia el cosmos, atmósferas de nervio contenido que no acaben de estallar, como en “Horizon”. Cuando se quieren poner emotivos, directos y a la encía, siguen siendo más que eficaces: difícil escuchar “This Land” sin recordar una despedida no por esperada menos dolorosa. Y volver a llorar. ∎