Álbum

L’Exotighost

Hawái está en tu menteEverlasting, 2025

Puro sonido exótica. No puede ser de otra forma cuando algunos temas del tercer disco de los madrileños L’Exotighost llevan por título “Hawái está en tu mente”, “Plantasia”, “Isla Fortunato” y, sobre todo, “The Enchanted Sea”, que es el nombre de uno de los álbumes de exótica, easy listening y space age del maestro del género, Martin Denny, publicado en 1959. Pero hay más, mucho más. No es solo cultura de tiki, guitarras hawaianas e inspiraciones de Denny, Arthur Lyman, Juan García Esquivel o Les Baxter. Por ejemplo, el corte que abre el álbum, “Surfin’ Vistula”, invoca tanto las playas californianas como las bandas sonoras de los primeros filmes de Quentin Tarantino. “Similau”, con sus percusiones y sonidos de pájaros, ya nos sitúan plenamente en la jungle music de los cincuenta y sesenta, pero el siguiente “Hawái está en tu mente”, con arpegios que recuerdan fugazmente a la “Escuela de calor” de Radio Futura, parece cuestionar en su estribillo en inglés y español la mítica del propio género.

“New spectrums in exotica” es la frase que puede leerse en letra pequeña en el margen inferior de la cubierta. Nada de revival. Nada de pastiche, sino más bien una exploración contemporánea de aquel género en apariencia efusivo, elusivo, distendido –y edénico: los mundos soñados de los mares del sur, la polinesia o las islas hawaianas–, que para quienes lo cuestionaron era ya de por sí un pastiche y nació en tiempos de crisis económica, ideológica y atómica, por un lado, y de fusión (jazz, música africana y latina, space age pop, surf, lounge, theremines, marimbas) y experimentación tecnológica (sonido estereofónico, alta fidelidad, cintas procesadas, las primeras computadoras) por otro.

Temas como “Plantasia” y “Firecracker” redefinen hoy el clasicismo del género exótica, más vértigo que ambiente, al revés de “Hanalei Dawn”, una bella pieza atmosférica marcada por la guitarra y el vibráfono. Son temas que nos transportan sin duda alguna a aquel tiempo, geografía y música (Hanalei es una población del norte de la isla de Kauai, aunque al parecer también hay un bar granadino con este nombre especializado en cócteles tiki), pero que intentan salir del ámbito constreñido y “crear una exótica nacional”, como escribió Jesús Rodríguez Lenín en Rockdelux cuando entrevistó a L’Exotighost con motivo de la aparición de su segundo disco, “Kamongo” (2022).

Exótica, porque es distinta (y es suave y cimbreante, no inquieta como la otredad), y lejana, porque formula una identidad propia a partir de las bases creadas hace décadas en un contexto bien distinto. A eso siguen entregados el fundador del grupo, Javier Díez Ena (theremín, ukelele bajo, ambientes y electrónica), María Arranz (marimba, vibráfono, percusión), Juan Pérez Marina (guitarra, lap steel, shamisen) y Ricardo Moreno (batería, percusión). Tras los pasos de Mastretta, quizá, pero con los rostros ocultos con máscaras de tiki espacial y un concepto fantasmático en su mismo exótico nombre. Y una fascinante y expandida lectura de “The Enchanted Sea” en la que los efectos del theremín sustituyen lo que en la grabación de Denny eran silbidos y coros, y las guitarras impregnan todo el tema de una atmósfera distinta a la conferida por el piano en aquella auténtica modernidad de 1959. ∎

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