Álbum

Mercury Rev

Born HorsesBella Union-[PIAS] Ibero América, 2024

La trayectoria de Mercury Rev es una de las más curiosas, interesantes y también inexplicables que ha dado el rock alternativo estadounidense de las últimas tres décadas largas. Un camino que los ha llevado a entregar obras maestras indiscutibles de influencia gigante y también álbumes que rozan la incomprensión en su propia radicalidad formal. Vaya por delante que “Born Horses”, su primer disco de material nuevo en nueve años, pertenece a esta última estirpe.

Pero repasemos, aunque sea de manera somera, ese recorrido para intentar explicar cómo se ha llegado hasta aquí. Formados a finales de la década de los ochenta en el norte del Estado de Nueva York, primero casi como proyecto experimental/académico y luego ya como grupo de rock al uso, los miembros de Mercury Rev fueron consolidándose hasta debutar en 1991 con el ya mítico “Yerself Is Steam”, trabajo que combinaba melodías expansivas con un mar de distorsión y que los situó de inmediato como grupo a seguir. Las consecuentes giras de presentación y la publicación de su continuación, el más que estimable Boces” (1993), sumieron a la formación en un marasmo de mal rollo y toxicidad, en el más amplio sentido de la palabra. La salida de David Baker, colíder, marcó el fin de la primera etapa de la banda.

Después del fracaso comercial (no creativo) que supuso See You On the Other Side” (1995), parecía que la historia de Mercury Rev había llegado a su fin. Todo lo contrario: el grupo abrazó el bucolismo de las Catskill Mountains y entregó aquella maravilla llamada Deserter’s Songs” (1998), que aunaba la América mágica de Brian Wilson y Neil Young etapa “After The Gold Rush” (1970) y la agitaba con la psicodelia marca de la casa del miembro del grupo y productor Dave Friedmann. El combo había dado con la fórmula y así lo ejemplificó en el ligeramente inferior pero también subyugante All Is Dream” (2001).

A partir de ahí, los nuevos discos sencillamente no estuvieron a la altura compositiva de los anteriores y fueron apartando a Mercury Rev del foco: cada vez menos relevantes y excitantes. Esa paulatina bajada de nivel (del melifluo The Secret Migration” –2005– al electrónico y algo inane Snowflake Midnight” –2008–) pareció dejar claro que se trataba esencialmente de una banda de los años noventa que no encontraba su sitio en el nuevo siglo. Así, se llegó a The Light in You” (2015), predecesor de “Born Horses”. Rarísimo artefacto que combinaba una primera parte de canciones emocionantes de psych-pop y una segunda que era una suerte de homenaje extraño a los grupos de pop de los años sesenta.

“Extraño”. Es una palabra que define bien el período actual en el que está sumido el grupo. El divertimento de recrear en 2019 el segundo álbum de Bobbie Gentry en The Delta Sweete Revisited” con un puñado de vocalistas invitadas dejó un poco perplejo al personal. Pero nada comparado con “Born Horses”, en el que Mercury Rev ejecutan la enésima reinvención de su carrera, abrazando una suerte de spoken word con aires jazz. Mood Swings”, corte de apertura, comienza con una secuencia de piano y la voz aguda de Jonathan Donahue, territorio conocido. Pero pronto se diluye en una pieza instrumental de jazz comandada por trompetas como de banda sonora avant-garde. Lo que en un principio se adivinaba como una introducción, rápidamente se advierte que es la nota predominante. “Ancient Love” presenta un registro bajísimo en voz del cantante de la formación, entre el susurro y un recitado, mientras más vientos, pianos y percusiones pugnan por la atención. Piensen en el “★” (2016) de Bowie, pero sin la carga emocional de este último.

Esta línea creativa permanece en el resto del LP. Lo más similar a una composición clásica de Mercury Rev es la bonita A Bird Of No Address”, que surge como un pequeño oasis antes de seguir por los derroteros de jazz experimental con textos recitados. Más allá de que la propuesta sea radical y resulte más interesante que apasionante, el problema radica en las letras: no es fácil entender de qué van más allá de la literalidad de los títulos y no se aprecia un gran poder de evocación. “Your hammer and my heart / We’re never found far apart / Right from the start of you and I / It was like keeping kittens apart”, declama Donahue en, sí, Your Hammer And My Heart”. “Patterns in the words we say / I see patterns and how the sunlight scatters / And what the radio plays”, dice en Patterns”. No hay subtexto, no se sabe cuáles son los mensajes profundos.

Que un artista sea innovador y sorprendente siempre será una cualidad que destacar. Durante sus casi cuarenta años de carrera, Mercury Rev lo han sido. En “Born Horses” no dan en el clavo, pero se agradece que intenten cosas buenas. Contraviniendo al maestro Yoda se podría decir: “Lo hagas o no, lo importante es que lo intentes”. ∎

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