Disco destacado

Nala Sinephro

EndlessnessWarp-Music As Usual, 2024

Su arranque discográfico con el excelente “Space 1.8” (2021) destapó con autoridad la naturaleza y atributos de esta compositora y productora de 28 años, nacida en Bruselas, de ascendencia belga-caribeña y asentada en Londres. Aunque su vehículo inicial fue el arpa –un instrumento “fuerte pero con voz calmada”, en sus propias palabras–, Nala Sinephro también acreditó en aquel álbum el decisivo rol del sintetizador en una propuesta de perfil conceptual que bebía tanto del jazz espiritual como de la electrónica ambiental y que ciertas voces adscribieron a plurales referentes como Alice Coltrane, Laraaji, Jon Hassell o el mismo Brian Eno. Sinephro se empapaba además de cósmicos influjos vitales, así como de un ideario que enarbolaba la creación como vehículo de reflexión y terapia, para proyectar un modelo compositor que envolvía y cautivaba a través de un sonido en innegociable tránsito.

Reflexión interior. Foto: Kris Tofjan
Reflexión interior. Foto: Kris Tofjan

Es justo esa dinámica noción la que ahora se amplifica en un “Endlessness” que busca erigirse en “una inmersión profunda en el ciclo de la existencia”, llevada de la mano por un arpegio permanente que se define como “Continuum” y que numera la secuencia del disco del uno al diez a modo de tornadizo relato. Combinando con sutileza fundamentos de jazz, electrónica y música orquestal, Nala Sinephro desdobla la hoja de ruta de un hipnótico viaje en el que, además de sus sintetizadores y, en menor medida, arpa, también disfrutan de voz y voto pujantes puntales de la escena del nuevo jazz británico, algunos de los cuales ya figuraron en nómina de su primer álbum: los saxofonistas James Mollison (Ezra Collective) y la cotizada Nubya Garcia (Nérija), la trompeta de Sheila Maurice-Grey (también en Nérija y líder de Kokoroko), las baterías de Morgan Simpson (black midi) y Natcyet Wakili, el refuerzo de los sintetizadores de Lyle Barton o Dwayne Kilvington y las conmovedoras cuerdas de la londinense Orchestrate, dirigida por Rob Ames. Las ilustraciones de Daniela Yohannes y el diseño de Maziyar Pahlevan también reinciden, sumando reflejo y continuidad estética a aquel debut.

La comunión entre líneas acústicas y esos omnipresentes sintetizadores genera una colectiva y absorbente esfera sonora, más porosa y cohesionada incluso que la exhibida en su predecesor. La interrelación instrumental desborda la convencional alineación entre grupo y solista, tejiendo sinuosas exposiciones durante las que se suceden clímax, puentes y distensiones a través de una arquitectura panorámica estimulada por fragmentos y tramas que van creciendo en sucesivas escuchas. “Endlessness” termina por expresar plenamente esa “celebración expansiva y fascinante de los ciclos de vida y el renacimiento” que persigue su autora, responsable también de arreglos, producción y mezclas de un trabajo donde la acabada sonoridad se antoja tan decisiva como su sustancioso proceso. Una invitación a la interiorización que fluye, espacial y tentadora, a través de capas y cadencias hasta dar forma a una de las citas ineludibles de la temporada. ∎


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