Álbum

Touché Amoré

Spiral In A Straight LineRise, 2024

No se acaba la gasolina en la fábrica de Touché Amoré. El quinteto californiano comandado por el carismático vocalista Jeremy Bolm lo demuestra de nuevo en este álbum, el sexto, y el primero que editan en Rise, finiquitada su etapa en Epitaph.

Repiten en la producción con el curtido Ross Robinson –Fear Factory, Korn, Deftones, Sepultura…–, un certificado de garantía para derramar en “Spiral In A Straight Line” una burbujeante lava de hardcore melódico que los debería sacar definitivamente de una supuesta “segunda división” dentro del género y catapultarlos a audiencias masivas.

Una monolítica base rítmica –Elliot Babin (batería), Tyler Kirby (bajo)– es el cemento perfecto para que las guitarras de Clayton Stevens y Nick Steinhardt vayan construyendo riffs que, sin exceso de imaginación, se muestran tan efectivos como infalibles. Pero es la voz de Bolm, siempre al borde del colapso emocional, la que realmente logra que el valor de Touché Amoré se mantenga al alza en las filas del post-hardcore contemporáneo: logra transmitir a la perfección el caos y la angustia de unos parámetros líricos que escarban en los tendones del malestar de una sociedad poco amable con sus moradores, algo presente desde la inicial e infecciosa “Nobody’s”: ¿Es suficiente? / Para cancelarlo / Y lamer nuestras heridas y ponernos en tiempo pasado / ¿Es suficiente? / Para cancelarlo / Y atribuirlo a que a veces las cosas no tienen sentido”.

En “Hal Ashby” utilizan el nombre del desaparecido director de, entre otras, “Harold y Maude” (1971) y “El último deber” (1973) para fotografiar el balanceo de constantes dudas existenciales (“Una catástrofe equivocada de Hal Ashby / No es exactamente algo que planees ser / Tienes que manejarlo con gracia / Una catástrofe equivocada de Hal Ashby / No es exactamente algo que planees ser”), con el vocalista en pleno éxtasis dramático.

En su primer largo en cuatro años, los angelinos han vuelto a contar con los servicios de Julien Baker, aquí presente en el cierre con “Goodbye For Now” –la de Tennessee ya tenía cameos en “Stage Four” (2016) y “Lament” (2020)– y Lou Barlow hace acto de presencia en “Subversion (Brand New Love)”, uno de los escasos momentos de reposo (sobre todo al inicio) de un álbum que reivindica con orgullo el poder de una banda ineludible para entender el significado de la palabra “hardcore” en el devenir de las dos últimas décadas. ∎

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